Política

Kaspersky alerta sobre uso deepfake para fraudes financieros, chantaje político, venganzas y acoso

Los ciberdelincuentes reciben hasta 20 mil dólares por estos videos manipulados para fines maliciosos

Published

hace 12 meses

mayo 21, 2023

Dado que en la era digital actual, el riesgo de ser víctima de deepfakes es cada vez mayor, la empresa de ciberseguridad Kaspersky alerta sobre el uso de videos e imágenes manipulados y que son utilizados para fines maliciosos, como fraudes financieros, chantaje político, venganza o acoso.

Refiere que la creación de deepfakes -imagen o audio generado que imita la apariencia y el sonido de una persona- no sólo representa un riesgo para la reputación y privacidad de los usuarios, sino que también son un peligro para sus finanzas, pues el contenido va desde pornografía, hasta la simulación de cryptostreams utilizados en criptoestafas.

En un reporte, la firma de seguridad cibernética resalta que el costo de estos videos varía entre 300 y 20 mil dólares por minuto, según la complejidad del proyecto y la calidad del producto final, pues la creación de deepfakes de alta calidad requiere conocimientos técnicos y de un software avanzado, que son buscados en la darknet.

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Subraya que existe una demanda tan significativa de este tipo de contenido que incluso supera la oferta disponible, toda vez que los usuarios buscan activamente a personas que puedan crear videos falsos para ellos y, en algunos casos, solicitan que sean de objetivos específicos, como celebridades o figuras políticas.

Asimismo, algunos proveedores ofrecen deepfakes de alta calidad para crear Cryptostreams o sorteos de criptomonedas falsos, que son estafas populares en las que los ciberdelincuentes recaudan criptomonedas mediante la promoción de regalos falsos.

“Para crear los deepfakes, los estafadores utilizan imágenes de famosos o mezclan videos antiguos para hacer transmisiones en vivo en redes sociales, donde muestran una página prediseñada en la que piden a las víctimas transferir entre dos mil 500 y un millón de XRP (criptomoneda comúnmente utilizada para intercambios de baja comisión), prometiendo duplicar cualquier pago que se les envíe, con lo cual las víctimas pueden perder entre mil y 460 mil dólares.

Además, algunos creadores de deepfakes ofrecen sus servicios para crear videos pornográficos falsos, así como tutoriales que incluyen lecciones sobre cómo seleccionar el material de origen e intercambiar rostros para lograr una falsificación convincente y usarlos para victimizar y chantajear a personas, causándoles graves daños emocionales, incluso pérdidas económicas.

Vladislav Tushkanov, científico jefe de datos en Kaspersky, subrayó que en la medida en que la tecnología mejore y sea más accesible, es crucial que las empresas y los particulares tomen medidas para protegerse de las estafas y los ataques relacionados con deepfakes.

Para estar protegido de las amenazas relacionadas con los deepfakes, Kaspersky sugiere revisar las prácticas de ciberseguridad implementadas en la empresa, no sólo en términos de software, sino en cuanto a habilidades informáticas desarrolladas.

Recomienda capacitar a los empleados sobre el tema, funcionamiento y retos, además de realizar campañas continuas de concienciación y educación para enseñar a los colaboradores a detectar una deepfake y mantenerse al día de las amenazas más recientes y aumentar los niveles de alfabetización digital.

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También destaca la importancia de utilizar fuentes de noticias de buena calidad, dado que el analfabetismo informativo sigue siendo un factor crucial para la proliferación de deepfakes, y aunque actitud escéptica ante los mensajes de voz y los videos no garantizará que la gente nunca sea engañada, puede ayudar a evitar muchas de las trampas más comunes.

De esta manera, Kaspersky detalla las principales características de los videos deepfake: movimientos bruscos, cambios en la iluminación de un fotograma a otro, cambios en el tono de la piel, parpadeo extraño o ausencia total de parpadeo, labios mal sincronizados con el habla, artefactos digitales en la imagen, así como videos intencionalmente codificados en baja calidad y con mala iluminación.