:)

Negocios

La Casa di Costanzo está marcada por el auge petrolero, su estilo inglés y vista al mar

Fue adquirida por catálogo, de una compañía estadounidense y armada pieza a pieza

Published

on

Foto: Vladimir Meza

TAMPICO, Tamaulipas. La casa de veraneo, ubicada donde termina hoy la calle Álvaro Obregón y que es el límite de la entrada a la playa, fue propiedad de don Silverio Di Costanzo, un connotado empresario italiano que se avecindaba en Tampico, propietario de varios negocios en la ciudad.

Fueron los ingleses que llegaron a trabajar en las refinerías, quienes iniciaron la tradición de ir de paseo a la playa. Antes era un lugar lejano y lleno de historias de piratas, luego, la zona costera empezó a convertirse en un área para convivencia, pues los nuevos colonos que llegaron con el auge petrolero cambiaron el paisaje, imponiendo su visión, su arquitectura y sus costumbres.

Para 1920 ya existían campos de golf, canchas de tenis y casas de veraneo al estilo inglés en una zona cerca a la playa, pues la empresa más importante de la época “El Águila”, había trasladado a esa lejana zona, entonces aún parte de Tampico, su complejo refinador y con ello llegaron tradiciones y costumbres de los europeos que laboraban en la planta industrial.

Lee: Venderé aviones, helicópteros y casa de playa del gobierno de Sinaloa, ofrece Sergio Torres

Ya desde 1914, al igual que la refinadora de petróleo, las compañías de Inglaterra habían instalado el tendido del tranvía eléctrico hasta una de los accesos naturales a la playa, entonces ir a pasear al mar los fines de semana empezaba a ser común para estos extranjeros, que más tarde construirán casas para tener una residencia todo el verano.

Al igual que los ingleses, empresarios de la zona, españoles y de otras nacionalidades también construyeron casas de veraneo en lo que se conoce hoy como playa Miramar. Sin embrago, ante el súbito cambio que se va a generar con la expropiación petrolera, varias de las propiedades cambiaron de dueños, mientras otras quedaron en el abandono.

Es así que una de estas casas de veraneo, ubicada donde termina hoy la calle Álvaro Obregón y que es el límite de la entrada a la playa, pasa a manos de Don Silverio Di Costanzo, un connotado empresario italiano que se avecindaba en Tampico, propietario de varios negocios en la ciudad, quien la compra a un funcionario inglés de la refinería “El Águila”.

La Casa Di Costanzo, como se le conoce hasta ahora fue adquirida por catálogo, de una compañía estadounidense y armada pieza a pieza en el terreno que hoy ocupa, contaba con 12 piezas, su propio sistema séptico, pozo y sótano, además de otras novedades de la época como área de refrigeración, así como una escalera con andador, que conducía varios metros desde el corredor hacia la playa.

Con el paso del tiempo la vivienda se fue adaptando, debido a que ha tenido varios usos, entre ellos ser rentada para varias familias, ha tenido agregados en su construcción, con madera de barcos desarmado, ya que el empresario además de una planta de pinturas, participaba en la industria pesquera y comercial.

“Se tenía que cruzar por una zona estrecha entre el follaje para llegar a este punto, en aquellos años de 1950, solo el tranvía llegaba a esta parte de la playa y las familias que venían a Miramar tenían como punto de reunión esta casa, que lleva poco más de 70 años en ese lugar”.

Miguel Mayorga, representante de los comerciantes de playa Miramar y nativo de esta zona de ciudad Madero, comentó que frente a la Casa Di Costanzo se encontraba otra vivienda, de igual características, pero fue abandonada y al igual que varias construidas frente al mar fueron desapareciendo por la falta de interés de sus propietarios.

Lee: Los turistas de invierno gastaron seis mil 700 mdp en sus viajes a las playas de Guerrero

“Esta al igual que otras que se instalaron en Miramar estuvieron funcionando durante muchos años como casas de veraneo, en especial la Di Costanzo, que fue luego dividida en cuartos para que pudieran hospedarse personas e incluso varias familias vivieron ahí, cuidando la construcción”.

Añade que todavía hasta finales de 1980, la casa al final de la Avenida Álvaro Obregón tenía “vida social”, pues se realizaban fiestas y quienes vivían en ella la tenían con el mantenimiento debido, pero al quedar ya sin habitar poco a poco se ha ido deteriorando, sin embargo aún conserva ciertos rasgos que dan aún la idea de la belleza de su construcción.

A pesar de las décadas que lleva soportando “nortes” y hasta huracanes, la Casa Di Costanzo se mantiene en pie, acumulando historias y añoranzas de quienes quienes llegan a divertirse a Miramar y aunque solo algunos han podido sentarse a ver desde su corredor el vaivén del mar, muchos tienen algún recuerdo de esta maravillosa construcción que forma parte del imaginario popular de nuestra playa.

Paulo Monsiváis | El Sol de Tampico

Publicidad

Trends

Publicidad