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La flor de cempasúchil fue del altar al paladar

La selección de las mejores flores es la parte más importante para dar sabor y color a platillos, postres o infusiones

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Foto: Pixabay

El cempasúchil es la flor de muertos que estremece los sentidos, pero no sólo en el altar, sino también cuando entra en contacto con el paladar, pues en algunos sitios del país se utiliza para platillos, algunos los antojos en postres o como infusión para aliviar malestares

El exquisito aroma de las flores de cempasúchil, que eleva su perfume al ambiente y que guía a las almas de los fieles difuntos desde tiempos inmemoriales, deja su altar protagónico para envolver no sólo a los muertos sino también a los vivos.

Los coloridos pétalos de esta flor, uno de los principales cultivos de los campos San Mateo Ozolco, se convierten en helado para deleitar con su inusual sabor y, además, apoyar la economía de la comunidad.

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La cooperativa Coyotitla en Puebla, produce sus nieves de manera artesanal con variedad de maíces endémicos e ingredientes cultivados en el campo ozolquense; el helado elaborado con cempasúchil se ha convertido en uno de los favoritos de quienes se animan a probarlo.

Según Andrea Ventura de los Santos, creadora de este pequeño rincón ubicado en las principales calles de San Pedro Cholula, quienes prueban los preparados con cempasúchil afirman que el sabor los lleva a la ofrenda tradicional.

Afirma explica que son seis personas, entre familiares y miembros de la comunidad, las que llevan a cabo el proceso de este producto, que va desde la selección de las flores hasta mezclar los demás ingredientes de manera artesanal.

De acuerdo con Ventura de los Santos, la selección de las mejores flores es la parte más importante del proceso, pues éstas son las que se encargan de darle color y sabor al helado, por lo que se deben escoger las más bonitas, ya que le darán vida al producto.

 “Nos dimos a la tarea de hacer un nuevo sabor de helado, uno que nadie se imaginaba, todos se sorprenden, no pueden creer que haya un helado de flor si esta no se come, pero es algo que nos caracteriza, es parte de nuestra cultura y vale la pena resaltar que la flor también puede funcionar en otras cosas, no solo para ofrenda”, comenta.

Además de cautivar el paladar de las personas que lo prueban, también ayudan a la economía de la comunidad de la que es originaria, San Mateo Ozolco, pues son ellos a quienes les compran esta planta para poder realizar el helado de temporada.

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Otro lugar que también decidió deshojar la flor de cempasúchil y refrescar en otoño, es la heladería El Bigote Frío, en Toluca. Su propuesta es nieve de cempasúchil con cerveza, calabaza con queso y chocolate abuelita con pan de muerto.

Si los antepasados comparaban al color amarillo de la flor de cempasúchil con el sol, actualmente hay heladeros que hacen de ese contacto con el astro, un momento más fresco.

“Nosotros fuimos los primeros en convertir el cempasúchil en una nieve, pues es muy difícil encontrar el sabor, tiene que ser un concentrado especial”, afirma Brenda González, propietaria de la heladería.

Explica que si bien el sabor cempasúchil puede encontrarse en otros negocios, generalmente lo combinan con otros sabores como naranja o mandarina.

Además de ese sabor que a días de su lanzamiento ha sido muy solicitado por sus clientes, refirió que también elaboraron la nieve de pan de muerto y calabaza con queso.

“Pensamos en comenzar con los sabores de temporada de Día de Muertos a partir del 15 de octubre y mantenerlos hasta el 15 de noviembre, pero los clientes ya nos preguntaban desde inicios de octubre y pues nos adelantamos”, comentó González.

Uno de los sabores que se ha mantenido en esta temporada año con año, detalló, ha sido el pan de muerto, ahora con la novedad de que se le decora con una galleta en forma de hojaldra.

“Nuestros sabores son nuestra carta de presentación y por eso le pedimos a quienes no nos conocen que vengan, prueben y después nos recomienden”.

De acuerdo con información de la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desde el siglo XVI se tienen registros del uso del cempasúchil en el Códice Florentino, especialmente en la medicina tradicional.

Hoy en día ya se conocen sus numerosas propiedades las cuales describe Maredy Lizaola, naturista dedicada al estudio de las plantas curativas, para empezar. el nombre científico de esta aromática flor es Tagetes erecta L.

Entre los usos tradicionales del cempasúchil está el de combatir parásitos, ventosidad infantil, problemas hepáticos, bilis, afecciones del estómago, empacho, diarrea y vómito; también se usa para tratar afecciones oculares y es tónico del sistema nervioso, detalla la especialista.

Añade que también ayuda a contrarrestar los cólicos menstruales, es coadyuvante para producir leche materna, es útil para combatir problemas de la piel y controlar ataques epilépticos. Asimismo, se usa para diabetes, reumatismo y atenuar malestares del cáncer.

Para combatir todos estos males que menciona Lizaola, las flores se deben usar en cocimiento suave, esto quiere decir que deben hacerse en infusión y también se puede utilizar de forma oral, cutánea, en compresa, en baño y oftálmicamente.

Las hojas contienen un aceite esencial, en el que se han identificado monoterpenos; además los pétalos son ricos en carotenoides, que son antioxidantes naturales, de los que se han encontrado luteína y xantofila.

“La flor de cempasúchitl, es muy buena para tratar problemas digestivos en general pero únicamente se debe tomar en cocimiento suave, de lo contrario sí te va a irritar la mucosa intestinal”, advierte Maredy Lizaola.

Además de usarla como ingrediente para el helado o tenerla en el botiquín, esta flor comestible encuentra cada vez más espacio en la cocina. Es muy común utilizarla para adornar postres, como los brownies de la dark kitchen Malika, con cempasúchil, cacao mexicano, pétalos naturales y coronado con una flor de azúcar; las piezas de Le Caméléon con chocolate semiamargo 54 por ciento de cacao relleno de una ganache de flor de cempasúchil orgánica.

El Sol de México

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