El exceso de tránsito cuesta 2 mil millones de pesos anuales a Tijuana

TIJUANA, Baja California. Los congestionamientos de tránsito de Tijuana provocan estrés en conductores y peatones, pero no sólo eso, también pérdidas económicas por dos mil millones de pesos cada año, informó Gabriel Vizcaíno, vicepresidente de Movilidad de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.

La ciudad fronteriza es uno de los municipios en los que el tránsito en auto se hace cada vez más lento a causa de las calles angostas y el uso de los espacios por parte de los conductores, señaló el especialista de la CMIC .

“IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad) hizo un estudio de cuánto nos cuesta la inmovilidad en México, son 93 mil millones de pesos lo que perdemos anualmente porque estamos parados en el tráfico. En Tijuana perdemos dos mil millones de pesos”.

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El 50 por ciento de la población no cuenta con un vehículo para trasladarse por la ciudad y utiliza el transporte público, que es caro (hasta 18 pesos el pasaje) e ineficiente (en 2013 fue calificado como tal en un estudio nacional por parte de la Asociación de Transportistas del entonces Distrito Federal).

“Nada más se le está dando importancia a los que sí tienen carro”.

Las personas que viven en colonias en la periferia de Tijuana tienen problemas para trasladarse: Hay pocas unidades y no hay rutas directas, sino que se tiene que trasbordar para llegar al destino, como es el centro de la ciudad.

“Los recorridos son muy largos. Toda la gente viene de donde mismo y toda la manera de llegar es en vehículo privado, porque el transporte público no es suficiente. Genera un problema de tráfico regional”.

En una ciudad planificada y diversificada para la movilidad, lo ideal es que la población tenga acceso a los establecimientos para servicios y actividades recreativas cerca de su casa.

“Mientras la gente tenga menos distancia para trasladarse, menos tráfico vamos a hacer”.

La solución para reducir el exceso de tránsito es, en parte, mejorar el transporte público para que se pueda trasladar al mayor número de personas en un viaje y esto contrarreste el uso del transporte particular, explicó.

“Debemos cambiar las políticas de estacionamiento, eso es importantísimo y la forma en la que diseñamos calles”.

Los estacionamientos verticales y la creación de un carril para el uso de la bicicleta, por ejemplo, harían que la población tuviera opciones para moverse por la ciudad y no solamente el automóvil.

En la ciudad existe el Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), cuya finalidad es, de acuerdo con su misma publicidad, “ofrecer a la población un servicio de movilidad seguro, cómodo y rápido”; sin embargo, aún no tiene cobertura en todo el municipio.

Por parte de la iniciativa privada se han hecho esfuerzos para mejorar la movilidad en la ciudad fronteriza, un ejemplo es el Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (Pimus) creado por miembros especialistas del Consejo de Desarrollo de Tijuana (CDT), que habla de la necesidad de crear espacios para los peatones. Se estima que en Tijuana circulan más de 500 mil vehículos (registrados) y un número similar de irregulares.