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Chevo Ordaz pasó de trabajar en la industria petrolera en Veracruz a ganar el Premio Mayor

Tiene 90 años de edad, es originario de Pánuco y fue leal a La Quina

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TAMPICO, Tamaulipas. Conocido como Chevo Ordaz, Eusebio Ordaz Ortiz, fue dirigente petrolero en la época dorada de Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, pero su vida cambió de ser trabajador de Petróleos Mexicanos (Pemex) a ganador del Premio Mayor de la Lotería Nacional.

El 5 de marzo pasado cumplió 90 años de edad, está felizmente casado desde hace 69 años con su compañera de vida Victoria Cuervo Salas, “Vicky” como cariñosamente le llama él.

La historia de Chevo Ordaz es sin duda, un gran golpe de suerte, desde haber estado al frente de la Sección 3 del STPRM (Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana).

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Nació un 05 de marzo de 1934, en 17 Chijol perteneciente al municipio de Pánuco, Veracruz, hijo del matrimonio formado por Crispín Ordaz Ávila y Fausta Ortiz García, su papá se desempeñaba como impresor perforador petrolero en la zona de Ébano y Pánuco en la época del abundante oro negro.

Ingresó a Pemex en 1950, después de haber cursado sus estudios de nivel secundaria y la especialidad de Contador Privado en la Academia Comercial Potosina, localizada en la capital de San Luis Potosí.

“Entré como oficinista, tuve un contrato de transitorio de un mes, posteriormente la planta y me asignaron la ficha cinco mil 138 de Petróleos Mexicanos como obrero general”, destacó Chevo Ordaz.

Una vez que obtuvo la planta en Pemex, Eusebio Ordaz Ortiz se dedicó a trabajar y en 1974 ingresó a las filas de la Sección 3 del STPRM a invitación de su cuñado Roberto Cuevas Guzmán, quien se venía desempeñando como secretario general.

“Mi cuñado Beto Cuevas ya no quiso ser secretario general de la Sección 3 en Ébano, por lo que presentó la renuncia ante Don Joaquín y él le preguntó si ya tenía a alguien que lo fuera a reemplazar y entonces me propuso a mí” dijo.

Fue aprobado y comenzó como secretario de Trabajo, en cuatro años se ganó la confianza de los mil 200 trabajadores de planta y mil 500 transitorios.

“Conté con el apoyo de Gabino Delgado Castellanos, él me convenció para que aceptara el cargo pues yo quería seguir siendo secretario de Trabajo; Alejandro Ortiz Orta también me apoyó”, recordó.

Ahí inició su carrera sindical y política, pues aparte de contar con el respaldo de los obreros de Planta de Pemex en Ebano, tenía la confianza de La Quina quien en 1982 lo propuso como candidato del PRI a diputado federal por el 5o. distrito del estado de San Luis Potosí.

Su consolidación al interior del gremio petrolero se debió a su empatía, “jamás le negué un préstamo, plaza o permiso a los compañeros trabajadores, siempre los defendí en sus derechos”.

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Su incursión en la política inició como diputado federal; “me pidió Don Joaquín que fuera candidato a la diputación federal a pesar de que yo le dije que no sabía nada de leyes, me insistió y tuve que aceptar, gané fácilmente pues no había oposición de otros candidatos, además teníamos el respaldo del sindicato petrolero para cumplir con obras y peticiones del electorado de los diversos municipios de la huasteca potosina”.

Ordaz Ortiz se convirtió en legislador en el periodo de 1982 a 1985, al terminar esa encomienda regresó al gremio sindical como secretario general, en el año de 1988 por solicitud también de La Quina, fue candidato del PRI a la presidencia municipal de Ébano, pues el trabajador petrolero Marcial Álvarez no quiso ser el abanderado, argumentando que no reunía la documentación requerida.

No solo fue amigo y leal compañero de Hernández Galicia, también fue compadre y hasta emparentó con Salvador Barragán Camacho.

“Mi hija Juanis María Ordaz Cuervo y el hijo de mi compadre, Salvador Junior, se casaron y nos fortalecimos más como familia”.

Chevo se enorgullece diciendo, “tuve una relación chingona con Don Joaquín, pero sobre todo porque fui leal, seguí sus principios como es no violar los derechos de un trabajador”.

Con 90 años de edad, goza de buena salud, no usa lentes para leer, además maneja su propia camioneta, es padre de cuatro hijos, abuelo de media docena de nietos y ya perdió la cuenta en los bisnietos.

Se considera un hombre con suerte dentro y fuera del sindicato, pues un 15 de septiembre de 1974 se sacó el premio mayor de la Lotería Nacional con el número 8609 con el que obtuvo un millón 200 mil pesos.

“Lo primero que hice en aquel entonces fue comprar de contado una camioneta Chevrolet modelo 1975 para regalársela a mi papá, quien traía un carro todo viejo, le agredecí haberme formado con buenos principios, ser leal, ayudar al prójimo y sobre todo haberme ayudado a entrar a Pemex”.

Con la caída de La Quina, el 10 de enero del 1989, a Chevo Ordaz le adelantaron su jubilación como trabajador de Pemex a solicitud del entonces dirigente Sebastián Guzmán Cabrera, posteriormente se dedicó a desempeñar el cargo de presidente municipal de Ébano hasta concluir su periodo en el año de 1991.

“Él y sus allegados revisaron mi relación y lealtad hacia con Don Joaquín y decidió jubilarme, ni siquiera me tomaron en cuenta, fue una decisión arbitraría, a partir de marzo del año de 1989 quedé fuera de Pemex a pesar que en 1988 me había reelegido y nuestro líder nos había pedido unidad pues con el triunfo de Carlos Salinas se venían tiempos difíciles para los petroleros, lamentablemente no se equivocó”.

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Tras la baja de Pemex quedó fuera de la Sección 3 del STPRM, “salí sin nada, ni siquiera con una bicicleta, solo cobré lo de mi jubilación y me fui a descansar a Matamoros, tampoco obtuve una plaza en Pemex para uno de mis hijos, mi planta se la dejé a una hermana”.

Chevo Ordaz lamentó que aquel predio de 500 hectáreas que les donó Joaquín Hernández para formar el rancho “Ricardo Duque Rojas” en El Mante fuera administrado por una sociedad anónima del cual se perdieron 200 cabezas de ganado que se robaron.

Recordó que cuando fue secretario general se dedicó a entregar plazas de Pemex, sin pedirles dinero a cambio al trabajador transitorio.

“Había mucho trabajo en Pemex, hasta aquel que no tenía derechos obtuvo una plaza, entre 1980 a 1989 la Sección 3 mandó a 350 trabajadores de planta a las refinerías del sur y a ninguno les pedí algo a cambio, Pemex es de México y por consiguiente todos tenían derecho a tener un trabajo digno para ellos y el bienestar de sus familias”.

Actualmente se dedica a trabajar a favor de diversas iglesias católicas, organizando a los comités de obra contando con apoyo económico de los petroleros jubilados y activos.

Hoy vive lejos de su tierra natal, realiza una vida normal acompañado de su esposa Vicky, vive su pensión como trabajador de Pemex y la del Bienestar que otorga el Gobierno Federal de la 4T, recordando su vida como dirigente sindical.

Si quieres ser un buen líder, solo te tienes que dedicarte a trabajar, ayudar y atender a la gente, no le chingues con lana, porque caes de la gracia de tu gente y de los que creen en ti”.

Eusebio Ordaz recordó a su finado sobrino Crispín Ordaz Trujillo, hijo de su hermano Guadalupe Ordan Ortiz, quien fuera cuatro veces presidente municipal de Ébano.

Miguel Díaz / El Sol de Tampico

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