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Así fue el estilo disruptivo, pero siempre elegante del poeta Salvador Novo

El poeta es considerado un impulsor de las ideas de intelectuales y de líderes políticos

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Tenía que ir de acuerdo con el traje de lana importada de Italia a raya de gis, siempre cruzado, de solapa ancha, cuando mucho, de tres botones, el ancho de los hombros era de tipo italiano o inglés, con cabello brillante y perfectamente bien peinado con cera Wildroot, describe el especialista en moda masculina, Ricardo Domínguez, el estilo del poeta mexicano Salvador Novo.

“Fue un hombre muy importante en la sociedad y en la literatura, un gran poeta, pero sobre todo, el verdadero cronista de la Ciudad de México. Todos los jueves, en su casa de Coyoacán, ubicada en la calle de Madrid número 13 (ahora Teatro Bar El Vicio) reunía a las mentes más brillantes de la política y la cultura de México; él mismo preparaba la comida, conversaba con ellos y los enriquecía con su propio acervo y él se enriquecía con el de ellos.

Pero para formar parte de la exclusiva lista de invitados, había que cumplir con una regla: lucir impecable y a la moda, la cual, Carlos Monsiváis era el único que la rompía”, dice Domínguez, también creador de contenido dentro del canal Estilocracia de YouTube.

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El experto habla del poeta como un impulsor de las ideas de intelectuales y de líderes políticos para la toma de decisiones a favor de la sociedad de un país que enfrentaba la crisis del pensamiento posrevolucionario.

“Durante las comidas que él realizaba siempre había estos intercambios de puntos de vista y su agudeza mental permitía definir las ideas o decisiones de muchos expertos en cuanto a política se refería, él estaba seguro, como lo han estado todos los poetas, de que los políticos son unos lobos, y que la política los hace aún más lobos, nunca esperó que fueran ni buenos ni sabios, él contribuyó a que sus decisiones fueran adecuándose a las necesidades de la ciudad o del país.

Iban políticos de toda índole, jefes del departamento del Distrito Federal como se llamaban antes, al igual que gobernadores o aspirantes a presidentes. Se codeaba con lo mejor de lo mejor, también de la cultura.

Él nunca se peleó con nadie más que con Diego Rivera, a ese lo odiaba, le dedicó un poema horrendo: ‘¿qué puta entre sus bodries chorrearía a este hijo de tan múltiples cabrones?’, si lo revisas es un horror, parecen palabras muy rebuscadas, pero él siempre expresaba su verdad.

Sin embargo, fue un hombre muy talentoso, un estimulador de la cultura en México porque de eso se trataba, estimular a la gente que se dedicaba a la cultura”.

Domínguez habla del comienzo de una importante apertura hacia la inclusión, temas de los que Novo fue un importante precursor.

“Él no tenía ningún problema con mostrar su homosexualidad, era como Oscar Wilde, muy parecido a él. Wilde era la inspiración de todo su grupo, tanto en su forma de hablar como de vestir, eran personas bien vestidas, siempre perfumados que les gustaba hablar bien, tenían un gran respeto al lenguaje y no admitían en su grupo a la gente que hablara mal.

Novo nunca negó su esencia, es más no lo presumía, pero nunca lo ocultó, y nunca habló en forma negativa de los homosexuales. A los que no quería y despreciaba eran a los mal educados, a los vulgares, no los perdonaba nunca, esa era su verdadera personalidad.

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Yo lo admiraba mucho, yo estaba muy chico cuando él era muy conocido, lo veía caminando por Reforma, no era muy asiduo a la Zona Rosa pero sí lo podías encontrarlo ahí algunas veces; estoy hablando de la Zona Rosa de antes, donde podías encontrarte a Carlos fuentes y Carlos Monsiváis en el Perro Andaluz y te podías sentar en su mesa a platicar con ellos”, narra.

El youtuber narra la forma en la que el vestir de los años 30, 40 y 50 se convertía en todo ritual; mujeres y hombres tenían que mantener estrictos protocolos de imagen donde cada prenda debía ser elegida acorde con las tendencias de la época.

“Había sastres de a de veras en todos lados, pero no podías tener un buen traje si no contabas con un buen calzado de calidad. Tenían que ser zapatos sólidos, fuertes, resistentes y muy masculinos.

Los más utilizados de la época eran los de tipo bostonianos, los ingleses de Church’s, y cuando no andaban muy formales usaban mocasines de borlas, todos estos zapatos finos, la parte muy importante era el calzado, era el accesorio más caro que debían traer todos ellos.

“Se notaban de inmediato, un traje bien cortado con un zapato mal hecho no era permitido. También los americanos Nunn Bush eran de los favoritos o si no los Domit, que también no eran nada baratos”.

Dice que dentro de los códigos de vestimenta la valenciana era básica y obligatoria, así como el pantalón con pliegues y los tirantes. “Estos debían traer botón oculto en la parte interna de la pretina del pantalón, y debían ser en forma de cruz en la parte de atrás. Otro detalle importante era la corbata, que debía ir a juego con la camisa, no tanto con el traje sino con la camisa, debían ser corbatas muy finas.

Se usaban mucho los pisa corbatas y los fistoles de oro con piedras preciosas, con cabecitas de leones, ángeles o plumitas, había muchas figuras para escoger. Las mancuernillas eran indispensables no había camisas con puños de botón.

El cabello debía ser peinado de raya a lado y perfectamente bien peinado, con una característica esencial: el brillo. “Usaban la cera Wildroot, estaba muy de moda en esos tiempos y si no con vaselina liquida o Jockey Club, se trataba de que el pelo brillara.

Zapatos sucios y cabello mal cortado era una grosería. Antes de ir a algún lado tenías que ir a la peluquería y a bolear los zapatos”, apuntó.

El experto cuenta que los sombreros de tipo Borsalino eran el básico del guardarropa masculino. “Para el verano era el de estilo Capello (estilo Panamá) y Borsalino para el tiempo de frío o en las tardes. Era imperdonable que un hombre saliera sin sombrero”.

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Para Ricardo, el mayor legado de Novo fue “el valor de saber criticar con estilo, de forma muy aguda y con mucha elegancia, ser muy certero en la crítica“.

Gerardo León | El Sol de México

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