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El Extranjero

La sequía y la crisis en Argentina llevó a que llevó a la economía de Uruguay a cerrar un complejo año 2023

La economía de Uruguay fue impactada en 2023 por una sequía inédita, por la caída de precios de los productos agroindustriales que exporta y por la crisis en Argentina.

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MONTEVIDEO, Uruguay (Xinhua). — La economía de Uruguay fue impactada en 2023 por una sequía inédita, por la caída de precios de los productos agroindustriales que exporta y por la crisis en Argentina.

“Se esperaba crecer un 2 o 3 por ciento y por varias razones, principalmente por la sequía, además de un encarecimiento relativo muy alto con Argentina, terminará el año creciendo un 0,7 o menos”, dijo a Xinhua el investigador del Centro de Estudios de Realidad Económica y Social (CERES), Martín Alesina.

Para el economista se trata de “un crecimiento muy bajo para lo que Uruguay está acostumbrado”.

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El valor de las exportaciones del país sudamericano, lideradas por la carne bovina, soya, celulosa, y lácteos, acumularon entre enero y noviembre de este año un descenso interanual de 14 por ciento medidas, de acuerdo con el instituto Uruguay XXI.

En 2021 y 2022 hubo un efecto “rebote” tras la pandemia, apuntalado por un “buen escenario externo” de los valores de las materias primas uruguayas, explicó por su parte Nicolás Cichevski, gerente de Análisis Económico de la consultora CPA Ferrere.

Pero este año fue “inverso” con un sector agroexportador “no sólo afectado por la sequía, sino también por un escenario de precios no tan favorable”, indicó Cichevski en entrevista con Xinhua.

Buenas y malas

En este escenario adverso también hubo buenas noticias: la inflación alcanzó el menor nivel desde el 2005, llegó al 3.9 por ciento en septiembre, casi la mitad del promedio de los últimos años.

Cichevski opinó que la política monetaria contractiva del Banco Central del Uruguay (BCU) fue exitosa colaborando para concretar una moderación inflacionaria que no se esperaba con tanta intensidad “y tan rápido”.

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Otro indicador positivo apareció en el mercado laboral con un desempleo que osciló entre el 7 y 8 por ciento y que le permitió mostrar los mejores niveles de empleo desde el 2017.

Un punto flojo son las cuentas públicas con un déficit fiscal que supera el 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a raíz de una recaudación menor, mayor inversión en obras y gasto social y que está lejos del objetivo oficial de 2 por ciento, detalló Alesina.

Por eso, el gobierno que sea elegido a fines de 2024 para suceder a Luis Lacalle Pou deberá “ser cauteloso a la hora de prometer o planificar aumento de gasto porque la situación fiscal no va a estar consolidada del todo y el país debe aspirar a un déficit en torno al 2 por ciento”, señaló al respecto Cichevski.

Recuperación

Las perspectivas de crecimiento para el 2024 son más auspiciosas. El efecto de la peor sequía en siete décadas, que terminó en el invierno austral, se revertirá el año que viene, así como el impacto por el cierre por mantenimiento de la refinería de petróleo de ANCAP, apuntó Cichevski.

Además, Uruguay puede tener una buena temporada turística de verano y la segunda planta de celulosa de UPM, construida en el centro del país, producirá a pleno.

“Eso va a impulsar la economía”, agregó Alesina. A su vez, la baja de la Tasa de Política Monetaria (TPM) tras contener la inflación puede incentivar el consumo por encima del ahorro.

“Se espera que la baja tenga sus consecuencias y sea un motor para que el consumo impulse la actividad económica”, afirmó el investigador del CERES. Para CPA Ferrere, la economía el año próximo puede crecer un 3 por ciento.

“Las fuentes de crecimiento van a ser básicamente el rebote de la producción agropecuaria, que no va a estar afectada por la sequía y un escenario de consumo con los ingresos de la población continuarán creciendo en términos reales”, planteó Cichevski.

No obstante, “todavía deberíamos convivir en 2024 con una situación de abaratamiento similar en Argentina, que va a terminar generando una fuga de consumo hacia ese país y un menor gasto de turistas argentinos en Uruguay”, estimó.

La inversión parece ser el factor clave para elevar los niveles de crecimiento del país. “Tenemos un rezago muy grande en inversión, para el nivel de actividad que tenemos es muy bajo. Necesitamos conseguir las condiciones óptimas para que vengan más inversiones”, comentó Alesina.

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En opinión de Cichevski, Uruguay necesita “lograr una mejor inserción en el mundo y ampliar sus mercados para ser más eficiente porque nuestro mercado es muy chico”, con poco más de tres millones de habitantes.

También debe “aumentar los niveles de inversión, productividad de las empresas y del trabajo” porque “una buena parte de la población tiene baja capacitación y dificultades para acceder a buenos puestos de trabajo, y estos no se crean porque no hay una población que pueda cubrirlos”.

De esa manera, añadió, lograría tasas de crecimiento más cercanas “al 2,5 o 3 por ciento y no del 1,5 por ciento como fue en los últimos 10 años”.

Por Gerardo Laborde | Xinhua

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