La situación de Nuevo León es reflejo de pérdida de institucionalidad y decisión caótica del gobernante: Diego Valadéz

GUADALAJARA, Jalisco. Lo que sucede en Nuevo León con la licencia del gobernador Samuel García y el nombramiento de uno interino es el reflejo de una persona extravagante y que se puede considerar una pérdida de la institucionalidad, dijo el exministro Diego Valadés Ríos.

“Lo que estamos viviendo en el episodio de Nuevo León no es más que una expresión de deterioro profundo de la institucionalidad en México, podemos desde la perspectiva anecdótica, atribuir lo que ha ocurrido a una personalidad extravagante”, indicó el exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El procurador de la República aclaró que no se trata de un episodio anecdótico, sino del resultado expreso directo de la consecuencia inevitable de la pérdida de la institucionalidad en el país.

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Todo esto, cuando hay un gobernador como Samuel García que plantea una constitución, la aprueba, promulga “y luego dice que la Constitución establece que el Congreso debe designar a mi sucesor en el interinato, pero he decidido no hacerlo así y yo soy quien va a decidir la designación, estamos en un extravío”, refirió.

En su participación en la Feria Internacional del Libro (FIL), consideró que ello es una decisión caótica que tomó una persona una “persona en estado de confusión, (pues) se trata de un proceso institucional de decadencia que estamos padeciendo los mexicanos”.

Aseguró que en general, en el país hay déficit de gobernabilidad y una decadencia institucional y los únicos afectados son los ciudadanos, porque son en los que se proyectan los efectos de la corrupción.

“Sobre los que se proyectan los efectos de la inseguridad y somos sobre los que se proyectan las dificultades para la previsión de la acción del poder, que finalmente ese es el sentido del Estado de Derecho, que sepamos los gobernados cuáles son los límites del poder del gobernante”.

Ante este escenario y de la situación nacional, dijo que lo primero que se tiene que hacer es detener el proceso de decadencia de la gobernabilidad y de la erosión de la institucionalidad lo antes posible si es que se desea tener la coherencia y coerción del Estado Mexicano.

“Diciéndolo en términos coloquiales, si todavía queremos rescatar el mobiliario, antes de que se produzca el naufragio y eso es lo que debemos de evitar para nuestro futuro”, indicó el jurista.

Víctor Ramírez | El Occidental