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Seguridad

El gobernador de Chiapas cuenta con un férreo blindaje personal

El gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cárdenas es uno de los mandatarios estatales que más defiende al presidente Andrés Manuel López Obrador

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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chiapas. El gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cárdenas es uno de los mandatarios estatales que más defiende al presidente Andrés Manuel López Obrador, y cuenta con tres círculos de blindaje férreo.

Al gobernador morenista lo protegen tres círculos a su alrededor: Uno de seguridad, aparatoso, desproporcionado, que no concuerda con el discurso oficial de la Cuatroté.

Otro informativo, férreo, disciplinado, el cual impide que al ejecutivo chiapaneco se le incomode con preguntas relacionadas a la crisis de violencia y de derechos humanos en la entidad.

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El tercero es el más valorado por el mandatario chiapaneco, en el que se ha refugiado en sus ya casi cinco años de gobierno, y no está en el estado que gobierna, sino a 841.5 kilómetros de distancia de Tuxtla Gutiérrez, en Palacio Nacional.

El presidente López Obrador es el principal punto de apoyo para el gobernador. El Ejecutivo federal siempre se ha jactado de que es “mitad tabasqueño y mitad chiapaneco” y nunca deja pasar la oportunidad para apapachar y cobijar a Rutilio Escandón.

Los avances en seguridad también tienen que ver con la participación del gobernador, pero no con palabras, sino con hechos. Rutilio es nuestro amigo, compañero y hermano. No descuidaremos y seguiremos trabajando para que no haya inseguridad ni violencia en Chiapas”, dijo López Obrador el 23 de junio en su conferencia matutina que se realizó en Tuxtla Gutiérrez.

Escandón Cárdenas, quien llegó al poder en 2018 bajo la bandera de Morena y el fenómeno obradorista en aquellas elecciones, fue a San Cristóbal de las Casas, la llamada “Ciudad Real”, el 11 de julio, a dar el banderazo de salida al Operativo Vacacional Verano 2023.

En el evento habló de los logros de la entidad en el sector turístico, de los pueblos mágicos en el estado y de las nuevas conexiones aéreas. Y, de nuevo, sobre la grave situación de violencia en Chiapas, ni una sola palabra.

El mandatario chiapaneco sonríe. Sonríe mucho. Parece que los problemas que padece la entidad (disputas territoriales del crimen organizado, desplazados, paramilitarismo, tráfico de armas, drogas, migrantes y huachicol, descomposición social, trata de personas, municipios sin autoridades por la voluntad de cárteles del narco, como Pantelhó y Frontera Comapala) no estuvieran ocurriendo en el estado que gobierna.

Debe serlo, porque al menos para este evento Rutilio Escandón es resguardado por un aparatoso dispositivo de seguridad, por decenas de elementos de su protección personal que viajan en camionetas blindadas, por elementos del Ejército en vehículos artillados, por innumerables efectivos de la Guardia Nacional, por policías estatales y federales.

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Pero el blindaje de seguridad al gobernador también se traslada a lo informativo. El Sol de México buscó ingresar al evento y le fue negado el acceso. Una mujer de logística del gobierno estatal, que no proporcionó su nombre, argumentó que el lugar (la plaza principal del Palacio Municipal de San Cristóbal de las Casas) “ya estaba lleno”.

Luego dijo que ya le había avisado al encargado de prensa, un tal “Benito”. El funcionario nunca salió y al lugar continuaron ingresando diversos invitados. “No va a salir. No quieren prensa nacional”, comentó un reportero local.

Este diario buscaba una opinión de Escandón Cárdenas sobre la situación de violencia y descomposición social que vive el estado que gobierna. Y allá adentro, en medio de los clarinetes, las dianas, los estruendosos tambores y el choque de botas militares de la banda de guerra del Ejército, con un auditorio que celebraba cada frase del mandatario, Rutilio Escandón seguía sonriendo.

“Lo más fácil para el gobernador, es decir: ‘En Chiapas no pasa nada’. Pero volteemos a las regiones de Los Altos, a la Selva-Frontera, por poner unos ejemplos. Todas tienen situaciones de violencia, la cual ha incrementado en los dos últimos años con la presencia de estos grupos de la delincuencia organizada”, señala Dora Robledo, directora del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba).

Aquí la pregunta más importante -menciona- es “¿quién le está dando todas esas armas de uso exclusivo del Ejército a los criminales?, ¿quién o quiénes les están dando todos esos recursos a los grupos delictivos, porque sabemos que armas como las que utilizan no son baratas?”

En Chiapas el silencio está ganando esta “guerra”, como la denominó la Diócesis de San Cristóbal de las Casas en abril de este año. Ryszard Kapuscinski (1932-2007), uno de los periodistas contemporáneos más influyentes, se refirió a este silencio en su reportaje Por qué mataron a Karl von Spreti como “el preludio de una desgracia y, a menudo, de un crimen”.

Al silencio -añadía el periodista polaco- “no le gusta que ninguna voz, ya de queja, ya de protesta, ya de indignación, turbe su paz y su tranquilidad. Ahí donde tal voz se deja oír, el silencio golpea con toda su fuerza y restablece el estado anterior, es decir, el estado ideal del silencio”.

Rivelino Rueda y Ernesto Muñoz | El Sol de México

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