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Investigadores buscarán nidos del pez diablo para acotar su reproducción en el Cañón del Sumidero

Se harán talleres de información y capacitación sobre riesgos de esta especie para la economía

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TUXTLA GUTIERREZ, Chiapas. Esta semana se establecerá un programa de monitoreo para localizar los puntos de anidación del pez diablo en el río Grijalva en el Parque Nacional Cañón del Sumidero, a fin de acotar su reproducción, dio a conocer Ernesto Velázquez Velázquez, investigador de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach).

Informó que de manera conjunta con los pescadores de la zona del municipio de Osumacinta, prestadores de servicios turísticos y el personal del Parque Nacional Cañón del Sumidero se hará a partir de la siguiente semana talleres de información y capacitación sobre la especie, riesgos para la economía la invasión de esta especie.

Precisa que una vez que llega el pez diablo a los ecosistemas encuentran ambientes favorables para su reproducción, es muy difícil erradicarlo, por ello se establecerá un mecanismo de control, ese es el principal reto, es una realidad si presencia en las aguas del río Grijalva.

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En el río Grijalva se podrían alcanzar grandes poblaciones del “pez diablo”, advierte, por ahora se han encontrado ejemplares en la entrada del Cañón del Sumidero a la altura de la desembocadura del río Sabinal, al igual que en el río Santo Domingo, enfatizó el investigador.

El pez diablo tiene la particularidad de hacer agujeros o nidos en los taludes de los ríos con un metro de profundidad y un diámetro de 10 a 15 centímetros, pero donde encuentra zonas ideales para anidar puedan construir hasta 20 o 30 nidos y lo que provoca es un derrumbe de los taludes en las zonas vulnerables, resedimentación y sólidos suspendidos en el agua.

Luego, las especies nativas que no toleran estos cambios disminuyen dramáticamente sus poblaciones y en pocos años se puede agravar su situación.

En el país se han presentado propuestas para su industrialización como artesanía, su transformación en harina para alimentos de peces y embutidos para consumo humano, pero no es redituable, se ha quedado a nivel experimental y ninguna de estas propuestas ha llegado a ser exitosa, en ninguna parte del mundo, ni en Sudamérica, una probable explotación en Chiapas requiere de grandes poblaciones de esta especie, explicó.

Velázquez Velázquez comentó que en Playas de Catazajá hubo una propuesta muy interesante para industrializar la especie en harina para peces y para el consumo humano, lo mismo que embutidos para el consumo humano, aunque no se consumó el proyecto, se puede consumir, aunque la proporción del muslo es muy poco.

El pez diablo existe, es una realidad y está presente en las aguas del río Grijalva en el Cañón del Sumidero, es sorprendente y alarmante la presencia de esta variedad en este río y en el Santo Domingo.

En plena pandemia del Covid 19 se capturaron ejemplares justo en la del cañón en septiembre del 2021, en diciembre de ese año hubo otros registros en la presa Chicoasén por parte de pescadores del municipio de Osumacinta.

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Los ejemplares fueron llevados al Laboratorio de Zoología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, para nuestra sorpresa los estudios confirmaron que se trata del pez diablo, una variedad de exótica invasora que viene de Sudamérica, Amazonas, de Colombia y de Brasil, aunque también existe en Costa Rica y Panamá, en México los reportes ya van a cumplir 20 años en la presa del Infiernillo en Michoacán.

En Chiapas los primeros registros fueron en Playas de Catazajá y Presa Peñitas en el 2000, cuando pescadores acudieron al Museo de Zoología de la UNICACH con los primeros ejemplares, una vez que se logra establecer en los ecosistemas es muy difícil su erradicación, no nos queda más que controlar, manejar e industrializar sus poblaciones.

Esta especie de agua dulce invasora causa mucho daño a los ecosistemas, a la economía y al impacto social, desplaza a los peces nativos de las pesquerías ribereñas, disminuyen las pesquerías, los pescadores pierden ingresos, incluso afecta a las poblaciones con la tilapia que es muy cultivada en México y en las presas del estado, subrayó Ernesto Velázquez.

Cuando el pez diablo es muy abundante se quedan atrapados en las redes de los pescadores y lo que hacen es desecharlos tirándolos en las orillas de los ríos y esto provoca contaminación por descomposición y daños a la salud.

Isaí López | El Heraldo de Chiapas

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