Familias mexicanas dan un hogar a niños migrantes que viajan solos en búsqueda del sueño americano

Este año el Instituto Nacional de Migración reporta la detención de 48 mil niños, niñas y adolescentes en trayecto hacia Estados Unidos, de los cuales 15 mil viajaban sin compañía.

Para atender a los menores de edad migrantes que se encuentran en el país sin la compañía de un adulto, la Fundación Juconi, la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), y la Procuraduría Federal de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes pusieron en marcha un programa en nuestro país especializado en acogimiento familiar temporal para menores migrantes solicitantes de refugio.

Ana María Tehuitzil y Pedro Cruz son uno de los matrimonios que se incorporó a este programa, y ahora viven con un menor de edad que se quedó a la mitad de camino a Estados Unidos.

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Hace cinco meses Ana María y Pedro escucharon del programa y pese a las mil dudas que cruzaron por su mente, decidieron recibir a “un chico” que salió solo de su país con el objetivo de llegar a Estados Unidos, pero fue detenido en México.

El proceso, afirmaron en entrevista con El Sol de México, no fue fácil pues duró casi un año, pero aseguraron, ha valido la pena.

“Desayunamos juntos, comemos juntos, nos platica cómo le va en la escuela, porque ya va a la escuela, le gusta mucho andar en bicicleta y nos platica cuando regresa de sus paseos, ha sido algo increíble”, afirmó Ana María quien, junto a su esposo, vive en Puebla.

Lo que inició como una intención de ayudar a alguien, agregó Ana María, se ha convertido en una experiencia única, llena de momentos muy gratos. Aunque también reconoció que en un inició siempre existe cierta incertidumbre de recibir en la familia a alguien desconocido.

“Nunca imaginamos que sería así, de repente sí existe una poca de incertidumbre, porque uno no sabe por todo lo que estas personitas han tenido que pasar, ni cómo pueden ser, al principio él hablaba poco, pero con las pláticas y la asesoría que hemos tenido lo ha superado, ahora lo vemos como a un hijo”, afirmó.

Se trata, agregó Pedro, de un apoyo que se puede dar como sociedad.

“Y aunque sea con un niño, dos niños, a los que podamos ayudar, es una aportación que todos deberíamos ofrecer”.

El Programa de Acogida Temporal busca que niñas, niños y adolescentes extranjeros que iniciaron un procedimiento ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) puedan esperar a que se resuelva su trámite, que dura entre seis y 24 meses aproximadamente, en el seno de una familia previamente certificada.

El objetivo, señaló María Isabel Remolina, Asociada a la Protección a la Niñez de ACNUR en México, es que puedan brindar recepción y apertura, respeto y tolerancia religiosa, cultural y social con disposición de ofrecerles un ambiente familiar y contribuir a la restitución de sus derechos.

Las familias son previamente capacitadas para recibir a los menores migrantes y reciben por ello un estímulo económico que les ayuda al sustento. Hasta hoy son 25 las familias mexicanas que participan en el programa, pero se espera que en 2022 lleguen a más de 100 los menores beneficiados por el mismo.

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Pese a que desde el año 2014 la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece el acogimiento familiar como prioridad para los menores, Remolina reconoció que se trata de una práctica poco conocida en nuestro país.

“Tiene mucho que ver con el desconocimiento de la figura, porque aunque está vigente desde el 2014, ha habido muy pocos programas que han impulsado los distintos sistemas del DIF y sigue priorizando el resguardo institucional que, de acuerdo con las directrices de las Naciones Unidas de cuidado alternativo, debería ser el último recurso”, afirmó la funcionaria de ACNUR.

En la región, países como Chile se han convertido en ejemplo para establecer el acogimiento familiar temporal como la alternativa más beneficiosa para el cuidado y protección de niños, niñas y adolescentes que han sido vulnerados en sus derechos.

En apenas un año, entre 2020 y lo que va de 2021, el porcentaje de menores bajo cuidados de familias de acogida pasó de cinco por ciento a 61 por ciento, de acuerdo con datos del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia. Este porcentaje de crecimiento es de los hogares de acogida para menores de edad en general, pero no incluye a migrantes que apenas acaban de integrarse a este tipo de programas.

Roxana González | El Sol de México