En Acapulco permanece La Casa de Tarzán, un refugio del actor Johnny Weissmüller

ACAPULCO, Guerrero. A pesar de la modernidad que predomina en la zona del Acapulco Tradicional, el Hotel Flamingos se yergue majestuoso y presume haber sido la residencia del actor Johnny Weissmüller, el mítico “Tarzán”, quien convirtió este inmueble en el refugio ideal en los años 50 para la famosa Pandilla de Hollywood.

Este legendario lugar se encuentra enclavado en lo más alto de los acantilados y con una espectacular vista a mar abierto. Además de la Isla de La Roqueta, sobresale La Casa de Tarzán que, a pesar del paso del tiempo, los cambios de clima y la llegada de grandes construcciones modernistas, sigue siendo un atractivo natural.

José Sedano Galera, un promotor del turismo en el puerto de Acapulco, refirió que el hotel Flamingos es una vieja construcción que mantiene su estilo y da al visitante los aires de glamour y tranquilidad de esa época, factores que llevaron a los actores John Wayne, Red Skelton, Fred Mc Murray y Johnny Weissmuller “Tarzán” a adquirir la propiedad construida en 1930.

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Aunque, recordó que fue el colorido del lugar y su belleza natural, lo que motivó a Weissmüller a comprar totalmente el inmueble que habitó hasta su muerte en 1984, que, por cierto, cuentan que cuando sufrió un padecimiento de un síndrome cerebral crónico, le impulsaba a asustar a la gente profiriendo el célebre grito del rey de la selva característico de sus películas en el corredor de su residencia.

Sin embargo, añadió, la construcción siguió siendo punto de reunión de las estrellas del séptimo arte de Hollywood, así también albergó a príncipes, actores y políticos de todas partes del mundo, “en el hotel se organizaban las grandes fiestas”.

Sedano Galera indicó que el personal que trabaja en la propiedad aseguró que el hotel no pasa de moda y por ello personalidades como Luis Miguel lo han visitado, actrices como Ana de la Reguera también estuvieron filmando una película y fue visitante distinguido Plácido Domingo, entre otras personalidades del ambiente artístico, político y empresarial.

Quienes visitan este inmueble podrán gozar de una selecta colección de fotografías que retratan en el tiempo el glamour y parte de la vida del mítico “Tarzán”, cuyo sitio preferido siempre fue el jardín que lleva al mirador, desde el que se aprecia la Barra de Coyuca, Pie de la Cuesta y en marzo y abril, el paso de las ballenas, que se ha convertido en otro de los atractivos del lugar.

Celso Castro | El Sol de Acapulco