La oposición venezolana llega debilitada al diálogo con Nicolás Maduro

El encuentro entre la oposición y el régimen venezolano en la Ciudad de México sólo fue la antesala para las negociaciones que iniciarán el 30 de agosto de 2021, con la idea por parte del gobierno de Nicolás Maduro de lograr que se levante el embargo petrolero internacional y con la intención de la oposición de lograr que se celebren nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias.

Si estas pláticas hubieran sucedido en 2019 en México, posiblemente la oposición hubiera llegado a este tercer intento de diálogo con ventaja o por lo menos en igualdad de condiciones ante el régimen chavista, pero tres años después ese bloque político que encabeza Juan Guaidó llega muy debilitado, prácticamente sin dientes para defenderse.

Aunque 50 naciones en el mundo siguen apoyando a Guaidó como el presidente provisional de Venezuela, pero el chavismo se encargó en las pasadas elecciones legislativas de quitarle el poder que le respaldaba a nivel doméstico, hoy sólo cuentan con el apoyo internacional, pero a medias.

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Por qué a medias, resulta que Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, están dispuestos a negociar incluso con Maduro como presidente de Venezuela, eso es un punto a favor del chavista.

En esta ocasión, Maduro llega fuerte a la mesa de negociaciones y su principal objetivo es que el presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, relaje las sanciones a su gobierno impuestas por su antecesor el republicano Donald Trump, quien por cierto al final de su mandato dejó a la deriva a Guaidó.

Todo aquella flama de apoyo que despertó Guaidó en enero de 2019, se fue apagando poco a poco, tras la represión del gobierno de Maduro, quien por cierto tiene todo el respaldo del Ejército y de los grupos paramilitares, llamado Colectivos, ellos se encargaron de apaciguar aquel brote, que sí le dejó algo a la oposición fue la huida a España de Leopoldo López, pero el arresto del diputado Freddy Guevara.

Sólo por recordar, el régimen de Maduro que lleva ocho años en el poder se ha especializado en apagar todos los brotes de violencia que han tratado de tumbarlo de la herencia política que le dejo su mentor, el fallecido Hugo Chávez, Leopoldo López fue encarcelado, Herique Capriles silenciado y la Mesa de la Unidad Democrática anulada.

Eso sí, el costo humano ha sido muy elevado, según Naciones Unidas más de cinco millones y medio de venezolanos han huido de ese país, muchos de ellos hacia Colombia o México. Además el gobierno de Maduro enfrenta la acusación de crímenes de lesa humanidad por parte del Tribunal Penal Internacional (TPI).

Este punto si puede puede representar una piedra en el zapato para los propósitos de Maduro, en el sentido de que se relajen las sanciones económicas y energéticas a su gobierno para poder capitalizarse y seguir operando su régimen, el asunto es que si Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá ponen ojo en la acusación del TPI el asunto se le viene abajo al chavismo.

Y es que el país sudamericano eliminará a partir de octubre seis ceros a su moneda, el bolívar, informó hace dos semanas el Banco Central de Venezuela, que también anunció la emisión de nuevas monedas. El anuncio se da en medio de una alta inflación que restó valor al bolívar, dando paso al uso generalizado del dólar.

Se trata de la tercera reconversión en Venezuela en 13 años. El fallecido Chávez eliminó, en el 2008 tres ceros a la moneda. Su sucesor, Nicolás Maduro, hizo lo mismo en agosto de 2018 y suprimió cinco ceros. En total, se han eliminado 14 ceros al bolívar.

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Otro punto a considerar, es que si en este mundo la crisis sanitaria mundial del coronavirus ayudó a alguien fue precisamente a Maduro, los confinamientos terminaron de apagar las brasas opositoras, entre ellas, un nuevo intento de un grupo de mercenarios que supuestamente entraron vía Colombia para asesinar al Presidente venezolano y en donde se involucró a Guaidó, quien también trató de orquestar una rebelión de una célula militar, que al final lo dejó solo.

La compleja situación generada a nivel mundial por la pandemia del coronavirus, lo prolongado de la crisis venezolana y el fracaso de los anteriores procesos de diálogo han debilitado el interés de la comunidad internacional por Venezuela, lo que hace prever que los resultados de este proceso dependen exclusivamente de los actores venezolanos.

Para este proceso de diálogo, apoyado por Noruega, se asomó la posible participación de representantes de Rusia, Argentina, Holanda y Francia que acompañarían a los delegados del gobierno y la oposición, pero aún no está claro cómo sería su intervención.

El asunto es que la oposición tiene que dar paso seguros en esta nueva intentona de diálogo, hay voces como la de María Corina Machado que considera que el encuentro en México no es neutral y los puntos a debatir según la política no son una solución para los venezolanos y si pueden legalizar las aspiraciones de Maduro. La cosa no pinta bien. O usted ¿qué cree?

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