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Sonora

Dionisio cuida un jardín afuera del panteón en Hermosillo, mientras busca regresar a Oaxaca

HERMOSILLO, Sonora. Justo a la altura del bulevar Quiroga y la calle Navojoa, afuera del panteón municipal, Dionisio cultiva un jardín con paciencia, cariño, ilusión y los recuerdos de su niñez cuando vivía con sus padres en Oaxaca.

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HERMOSILLO, Sonora. Justo a la altura del bulevar Quiroga y la calle Navojoa, afuera del panteón municipal, Dionisio cultiva un jardín con paciencia, cariño, ilusión y los recuerdos de su niñez cuando vivía con sus padres en Oaxaca.

Hace 20 años, el oaxaqueño intentó cumplir el sueño americano, subió al tren “La Bestia” y emprendió su viaje a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de empleo y vida para su familia.

Sin embargo, un accidente cambió sus planes, un 27 de mayo mientras pasaba por Puerto Peñasco, Sonora, cayó del tren y fue trasladado al Hospital General de Hermosillo; los doctores no pudieron hacer nada y le amputaron ambas piernas. Desde entonces está varado en Hermosillo.

Ahora, en su silla de ruedas, durante un mes, el hombre se ha dedicado a sembrar plantas de todo tipo, desde árboles hasta hierbas comestibles, en el jardín que acondicionó en un espacio afuera del cementerio, donde pasa sus días mientras encuentra la manera de regresar a casa.

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Con lágrimas, Dionisio recordó los momentos felices que vivió con sus padres y sus hermanos, también el jardín y los árboles frutales que poseía, y el trágico accidente que cambió su vida.

Para noviembre de 2020 vivía afuera del panteón donde empezó a sembrar sus plantas, tuvo que irse de ahí por algún tiempo y al regresar encontró los arbustos y matas quemados, quebrados y maltratados, por lo que se volvió a instalarse decidido a levantar “sus plantitas”.

“A mí me gusta la naturaleza; de donde vengo hay mucha naturaleza, no vengo de un lugar seco y no me gusta vivir así porque me gusta la naturaleza, la casa de mi mamá estaba todo lleno de árboles y frutas; yo mismo cortaba naranjas, mandarinas y eso es lo que recuerdo, por eso lo hago”, compartió.

A bordo de su silla de ruedas, Dionisio recorre la banqueta del panteón mientras jala una manguera que utiliza para regar sus plantas y mantener el área verde, darle una mejor vista al lugar y disfrutar de un poco de naturaleza en el desértico Sonora.

Dionisio invita a la gente que pasa por el lugar a que respete las áreas verdes, que no dañen los árboles o corten sus ramas, pues cada día los riega con mucho entusiasmo para que crezcan fuertes y puedan mantener un clima más agradable para los que transitan por el bulevar.

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