El Vaticano está en quiebra

El Vaticano,que ha estado bajo la conducción del Papa Francisco en los últimos siete años, se encuentra en una crisis financiera, debido a una mala gestión de los bienes inmuebles y a la disminución del volumen de las donaciones.

El periodista italiano Gianluigi Nuzzi reveló en su más reciente libro Juicio final, (en italiano Giudizio Universale), que el Vaticano está en quiebra. Una afirmación que retumbó en los rincones de la Santa Sede, generando comentarios a favor y en contra del Estado soberano.

La importante caída de la recaudación, los escándalos de abusos en Estados Unidos y el descenso de fieles, que pasaron de 101 millones de euros en 2006 a 51 en 2018, impulsa a aumentar el riesgo de las operaciones de inversión para rentabilizar las ganancias.

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El déficit ha llegado a un punto preocupante y de no tomarse una acción inmediata se podría presentar la insolvencia, mencionó Nuzzi. Reiteró que el año pasado la Santa Sede perdió cerca de 44 millones de euros (unos 49 millones de dólares).

La situación es tan grave que la Iglesia decidió en 2018 vender las joyas de familias. Por ejemplo, la finca de Santa María de Galería, 424 hectáreas en las afueras de Roma.

El Papa dijo que había un problema de imagen, indicando su contrariedad a actividades especulativas finalizadas a la maximización de los beneficios. “La doctrina de la Iglesia, el riesgo y el miedo a un problema de imagen han llevado la Iglesia a congelar la operación”, explicó Nuzzi.

Resaltó que en los últimos años no ha habido una buena gestión de los bienes inmuebles (unos 4.400 por un valor de unos 2.700 millones de euros), ya que existe una gran porción de propiedades vacías, y otras que fueron dispuestas a sus arrendatarios por bajos costos, o incluso, de forma gratuita.

Las filtraciones de Nuzzi, conocido por ser autor de otros libros escandalosos sobre la Iglesia y que fue juzgado y absuelto por el propio Vaticano en 2016 por haber publicado las cartas filtradas por el mayordomo de Benedicto XVI, han provocado una dura reacción de la Iglesia.

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El obispo Nunzio Galantino, actual presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), negó los resultados de la investigación que Nuzzi realizó para escribir su libro, sobre las cuentas bancarias en el Vaticano.

Además, Nuzzi reveló en su libro que tras una reforma económica de 2018, impulsada por el Papa, en la Santa Sede recurrieron a una contabilidad paralela, pero Galantino también desmintió la información al respecto. “Lo confirmo y repito. La APSA no tiene cuentas secretas o encriptadas. Demuestren lo contrario”, reiteró.

“Aquí no hay colapso, solo hay necesidad de una revisión de los gastos. Y eso es lo que estamos haciendo. Puedo probártelo con números”, aseguró el prelado Galantino ante el diario católico italiano Avvenire.

El APSA, la empresa que controla todas las propiedades del Vaticano y que se ha convertido en un banco paralelo, cerró 2018 con un resultado operativo de -27 por ciento, la primera vez en su historia que se sitúa en números rojos.

“Decir que el Vaticano corre el riesgo de quiebra es falso”, declaró a la prensa italiana el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga que forma parte del grupo de seis cardenales que asesoran al papa Francisco para las reformas económicas.

Otro de los escándalos se centró en la gerencia del “Óbolo de San Pedro”, una ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre para realizar obras de beneficencia. Nuzzi resaltó que los movimientos de esos dineros no se volvieron a hacer públicos y no se conoce hacia dónde fueron destinados.

Por Alberto Fernández