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El Extranjero

Muere Al Bagdadi, líder del sanguinario Estado Islámico

Murió en una operación nocturna de las fuerzas especiales de Estados Unidos en el noroeste de Siria

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El despiadado y escurridizo líder del Estado Islámico (EI o ISIS), Abu Bakr al Bagdadi, murió “como un perro” en una operación nocturna de las fuerzas especiales de Estados Unidos en el noroeste de Siria, informó el domingo presidente estadounidense Donald Trump

El mandatario detalló que las fuerzas estadounidenses mataron a un “gran número” de militantes del EI y acorralaron a Al Bagdadi en un túnel, donde éste detonó un chaleco suicida.

El caudillo de ISIS que rara vez fue visto, se cree que 48 años de edad en el momento de su muerte, justificó el asesinato de miles de civiles por motivos religiosos y, mediante duros castigos, impuso en sus dominios un régimen teocrático con usos y costumbres medievales inspirados en los albores del Islam.

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Nació en la ciudad iraquí de Samarra en 1971, Ibrahim Awad Ibrahim Ali al Badri al Samarrai –su verdadero nombre– cursó estudios universitarios y ejerció de predicador durante años, antes de unirse a la resistencia armada contra la ocupación estadounidense bajo el paraguas de la filial de Al-Qaeda en Irak.

En ese periodo, fue detenido y encerrado cuatro años en el campo de prisioneros de Bucca, administrado por las fuerzas de Estados Unidos, antes de reengancharse de nuevo a la lucha armada.

Ya usando su pseudónimo, en 2010 ascendió a la jefatura de su grupo terrorista, que entonces usaba el nombre Estado Islámico de Irak (EII). A la cabeza de ese grupo y haciendo gala de una ambición sin límites, entró en conflicto con el heredero de Osama Bin Laden en Al-Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri, a quien Al Bagdadi llegó a tachar de “pacifista” en una arenga.

La ruptura entre ambos culminó en abril de 2013, cuando Al Bagdadi anunció la fusión del EII con la filial de Al-Qaeda en Siria en una agrupación común denominada Estado Islámico de Irak y del Levante. Esta decisión, desautorizada por Al Zawahiri, desembocó en su total desvinculación de Al-Qaeda en enero de 2014 y en el comienzo de sus enfrentamientos con las facciones rebeldes sirias.

A sus éxitos militares en Siria, le siguió una fulgurante expansión por Irak, llegando hasta las mismísimas puertas de Bagdad. Con el Ejército sirio superado por la guerra que comenzó en 2011 y el iraquí en retirada, Al Bagdadi pasó a dominar un amplio territorio en el que el 29 de junio de 2014 proclamó el califato islámico.

El califato se convirtió en un poderoso imán que atrajo fanáticos de todo el mundo e incitó a seguidores, simpatizantes e imitadores a ensangrentar cualquier lugar en el planeta.

EI planeó o inspiró ataques terroristas en todo Europa, mientras utilizaba su experiencia en las redes sociales para a atraer un gran número de voluntarios extranjeros.

Fue una guerra de años, en los que el grupo yihadista se hizo conocido por sus ejecuciones en masa y espeluznantes asesinatos de rehenes, antes de que la última porción de territorio del califato en Siria fuera tomada en marzo.

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Desapareció en 2014 y solo fue visto en un video en abril con una barba gris y roja, junto a un rifle de asalto, mientras alentaba a sus seguidores a “vengarse” después de la derrota territorial del grupo. 

Su última prueba de vida salió el 16 de septiembre, cuando llamó en un mensaje sonoro de media hora a la batalla global y a liberar a las mujeres de los yihadistas que se encuentran encerradas en campamentos en el norte de Siria controlados por los kurdos.

Desde 2017, el califato comenzó a perder terreno a manos de las milicias kurdas que pusieron punto final al dominio territorial de ISIS en marzo de este año y el reloj comenzó a moverse en contra de Al Bagdadi.

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El Departamento de Estado estadounidense había ofrecido una recompensa de 25 millones de dólares por información sobre su paradero.

La muerte de Bagdadi es un gran impulso para Trump, cuya abrupta decisión de retirar un pequeño, pero efectivo contingente de fuerzas estadounidenses de Siria provocó temores de una posible reagrupación del EI y le granjeó una andanada de críticas, incluso de su generalmente leal Partido Republicano. La noticia de la redada fue elogiada por varios líderes mundiales.

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