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Steve Albini: Lejos del negocio de la música convencional

La mayor parte de mis charlas en público son con estudiantes de sonido e ingeniería.

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Steve Albini: Lejos del negocio de la música convencional

La expresión “hay un elefante en la habitación” suele utilizarse como una metáfora de algo que, aunque es evidente, nadie lo menciona ni lo discute. Y es esa la frase que utiliza Steve Albini para referirse a un fenómeno que él define de la siguiente manera: “Las plataformas de streaming están tratando de remonopolizar la escucha de música”.

El genio detrás de las consolas sabe de lo que habla, pues además de su vasta experiencia de más de tres décadas en todas las áreas de la producción de discos, también ha sido músico, autor y periodista musical.

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“En la era del vinilo las grandes compañías discográficas tenían el monopolio de la fabricación de la música, por lo que si no tenías una disquera grande prácticamente no podías vender discos ni estar en la radio”.

Así se controlaban los presupuestos para videos y el acceso a MTV, pero todo eso se terminó con la llegada de la movida independiente donde la música underground desarrolló  su propia red de tiendas y de medios independientes para que hubiera conciertos que operaran fuera del sistema convencional”.

Pero ahora hay una especie de intento por parte de empresas como Spotify, de controlar el ecosistema de la escucha de música y creo que eso es muy peligroso”.

“Aunque sabemos que internet siempre encuentra una solución tecnológica para un problema y la gente lo utilizará para romper ese monopolio que Spotify está tratando de diseñar“.

“Pero por el momento es muy peligroso estar asociado con Spotify o utilizar ese servicio, porque tiene una influencia muy destructiva en la industria, debido a la forma en que los principales sellos discográficos y Spotify se asocian para garantizar que nada del dinero generado llegue a los artistas… Yo espero que todo eso colapse pronto, sé que eventualmente colapsará”, agrega.

En ese contexto, le preguntamos a qué se debe que la mayoría de los músicos de la actualidad permanezcan callados ante estas injusticias.

“Bueno, ese no soy yo. En mis círculos hay mucha gente que se queja de Spotify. Hay muchos artistas que no tienen su música en Spotify por este motivo, pero también hay personas que están sujetas a acuerdos discográficos existentes antes de la era del streaming”.

“En donde no tienen control sobre su música y sus compañías discográficas son las que deciden, pero como te digo, la peligrosa influencia del streaming no durará mucho; si los discos fonográficos duraron cien años y los CD duraron 30 años y las descargas 10 años, el streaming durará aún menos”, asegura.

¿No ves en el panorama un movimiento musical parecido al que hizo Hollywood en contra de los peligros de la Inteligencia Artificial?

No, porque no hay forma de hacerlo. Una vez que Spotify tiene el control de tu catálogo y puede transmitirlo, no hay nada que puedas hacer. No puedes hacerles daño. Pero lo que sí es posible es que se desarrolle algo mejor y más sencillo que Spotify que permita acceder a la música sin tener que participar de ese negocio. Habrá algo autónomo que encuentre la música y la reproduzca sin influencia del resto de la industria. Creo que esa será la próxima gran cosa.

Irónicamente, Spotify es uno de los patrocinadores de la FIM Guadalajara, un evento que anualmente reúne a distintos actores de la industria musical para ofrecer charlas, talleres y sesiones musicales con artistas relevantes.

Sobre la charla que Albini ofrecerá en la Perla Tapatía, adelanta:

“La mayor parte de mis charlas en público son con estudiantes de sonido e ingeniería y yo disfruto hablar con ellos porque generacionalmente sus experiencias son muy diferentes a las mías“.

“Ahora tengo 61 años, así que cuando hablo con personas de 40 o menos pues resulta que su percepción de la tecnología y de la música es completamente diferente, así que disfruto escuchando su perspectiva, para no fosilizarme en mi pensamiento… Eso es importante para mí, para seguir siendo eficaz como ingeniero”.

Y ese es precisamente el tipo de reflexiones que suelen surgir en encuentros como éste, en donde cada invitado deja sus conocimientos pero también se enriquece con lo que ve y escucha:

“Llevo mucho tiempo grabando discos. Entonces tengo mucha experiencia, pero mi experiencia es única porque he estado al servicio de una cultura musical underground donde la popularidad y el éxito comercial no son preocupaciones para la mayoría de mis clientes“.

“Así que no sé si lo que he aprendido es necesariamente aplicable a una experiencia musical general. Y ahí es nuevamente donde estas conversaciones me resultan útiles porque puedo articular la diferencia entre la música como una pasión y la música como una empresa comercial”, reflexiona.

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Muchos artistas que han trabajado contigo luego repiten en varias ocasiones, como ha sido el caso de Mono, Breeders, Nina Nastasia o Gogol Bordello. ¿Te han dicho qué es lo que más les gusta de hacer equipo contigo?

No estoy siendo modesto, pero realmente no lo sé. Lo único que puedo decir es que cuando tengo una relación larga con un artista es porque este disfrutó la experiencia y obtuvo buenos resultados“.

“Porque puedes ser un gran amigo de alguien, pero si tu trabajo no da resultados, entonces esa amistad puede sobrevivir pero sin trabajar juntos. En algunos casos también es una cuestión de presupuestos, porque si piensas en una lista de personas de la industria que tienen una experiencia similar a la mía, muchos de ellos cobran mucho, pero yo no soy tan caro.

Sabemos que no te gusta protagonizar cuando estás produciendo un disco de otra banda, lo cual llama la atención en una época en la que la mayoría de las personas buscan algún tipo de notoriedad.

Sólo es parte de mi naturaleza. Y es una perspectiva que proviene de mis experiencias en la música underground, cuando empecé en los años setenta y no era fácil hacer una grabación en un estudio. Más bien trato de ser reservado, intento no ser demasiado controlador. Digamos que no siento la necesidad de poner límites o pautas a las personas con las que estoy trabajando.

También llama la atención que no aceptas regalías por algunos de los discos que produces.

No me pagan regalías por ningún disco en el que trabajo. Tengo una objeción ética sobre ese método de compensación tal como funciona hoy, porque si a alguien como yo, ya sea ingeniero o productor, le pagan regalías, ese dinero proviene de las ganancias que de otro modo habrían ido al artista, así que es mejor que se lo paguen al artista”.

“No veo la razón para justificar el hecho de quitarles ese dinero, necesitaría verme a mí mismo como igual de ellos o tan importante o significativo como ellos. Pero no veo la razón para que me paguen de por vida por algo en lo que trabajé durante cinco días, me parece absurdo, así que simplemente no lo haré. 

Has trabajado en unos mil 400 discos, y sin embargo la mayoría de la gente siempre menciona títulos como Surfer Rosa, de Pixies o In Utero, de Nirvana. ¿Es eso algo que te moleste? ¿Y por qué crees que sucede?

Bueno, es simple, porque son los discos más notables y famosos en los que he trabajado, pero es algo normal. Por ejemplo, si conocieras a Martin Scorsese, podrías preguntarle sobre el Goodfellas, y aunque ha hecho muchas películas, pues no puedes dejar de averiguar sobre esa.

No me molesta ni me perturba, y como no me importan las opiniones que otras personas tienen sobre mí, pues no me molesta si a lo mejor su perspectiva sobre mí está formada por los únicos dos discos que conocen, está bien, es legítimo y si alguien entiende mejor la amplitud o profundidad de mi trabajo, también está bien.

¿Cómo recuerdas los días en que hicieron Surfer Rosa? ¿Es verdad que es difícil trabajar con Black Francis?

No, porque los miembros de la banda aún eran muy jóvenes e inexpertos en ese momento, así que sólo estaban emocionados de hacer un disco, y en ese momento parecía un gran paso para ellos, además de que fue muy halagador trabajar para un sello discográfico inglés que se interesara por ellos (4AD)…

Yo también era bastante joven, así que todos estábamos aprendiendo cómo se hacía un disco en el estudio. Y como nos llevamos bien, pues nos hicimos amigos y me alegra que el disco haya acabado sonando bien, especialmente por Kim (Deal), con quien he tenido una relación de trabajo muy larga.

Antes de trabajar formalmente como productor e ingeniero de grabación, Steve Albini destacó en la incipiente escena del rock independiente de los ochentas con la banda de punk y noise rock Big Black, que a la postre sería una referencia obligada para la generación de bandas alternativas que llegarían más tarde.

Como músico, ¿cuál fue tu mayor satisfacción con Big Black?

Big Black fue mi primera banda que tuvo éxito de alguna manera y con la que pudimos hacer giras y tocar en otras ciudades y eventualmente en otros países. Fue una enorme satisfacción viajar con ellos y subsistir de la música. Muchas de las amistades y relaciones que hice durante ese período todavía son muy queridas para mí.

Creo que lo más satisfactorio de mi experiencia en Big Black fue operar de una manera opuesta al negocio de la música convencional, porque no teníamos manager, ni agentes, ni abogados, ni conexiones en el negocio de la música. Tratamos a todos como personas y la gente respondió, porque si eres sincero con la gente, la gente será sincera contigo.

Después, ya en los noventas, formaste otra banda llamada Shellac. ¿Siguen activos? Te lo pregunto porque creo que hace mucho que no graban discos.

Es que operamos muy lentamente. De hecho tenemos otro álbum que debería lanzarse en cualquier momento, en las próximas semanas. Lo que pasa es que cuando se terminó, en la primavera de 2020, comenzó la pandemia y todo se dislocó.

Además de que hubo un período en el que todas las plantas de prensado de vinil estaban preocupadas por abastecer a las grandes discográficas, por lo que hacer vinilos se hizo muy difícil, pero finalmente estamos listos… No quisiera dar una fecha de lanzamiento, pero creo que puede ser entre marzo y abril.

Steve, ¿hay algo de la música actual que te llame la atención?

Bueno, hay una especie de simplificación de la música que ocurre de vez en cuando y que ocurre después de un proceso en el que la música pop se vuelve muy elaborada, pero luego vienen esas personas que lo reducen todo a sólo uno o dos elementos, como a principios de los dosmiles, que llegó una banda como The White Stripes, que eran son sólo dos personas que cautivaron a la gente por su simplicidad, y creo que eso está sucediendo nuevamente ahora, aunque esa simplificación está sucediendo de una manera diferente, porque son personas que hacen música en sus hogares, con herramientas simples.

Y entonces tienes a nuevas bandas como los ingleses Sleaford Mods, que básicamente son un tipo gritando y otro lanzando pistas desde una computadora portátil, y que cuando lo ves resulta estimulante, fantástico, pero es estimulante cuando lo ves, es simplemente fantástico. A mí me emociona que esa resimplificación de la música esté volviendo a ocurrir.

Alejandro Castro | Extra | El Sol de México

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