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Nirvana pasó de ser una banda del montón a lo más visto en medios de comunicación

El productor discográfico Steve Albini recuerda cómo fue trabajar con la desaparecida banda de Seattle

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Nirvana era una de las bandas más populares sobre la faz de la Tierra en 1993 y para el productor Steve Albini, el de la agrupación no fue un legado corto, pues todos podemos mantener una vida creativa durante mucho tiempo.

Dos años antes el grupo había lanzado su segundo disco, el popular Nevermind, que los llevó del underground al mainstream en cuestión de unos meses. De ser una banda del montón en una de las ciudades norteamericanas más imprevisibles para la música, pasó a figurar en festivales, medios de comunicación masiva y hasta revistas de moda.

El grupo se preparaba para grabar su tercer disco, acerca del cual todos los involucrados esperaban algo distinto.

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Geffen, su sello discográfico, esperaba tener en sus manos otro disco de ventas masivas para seguir exprimiendo la franquicia, pero los miembros del grupo, principalmente Kurt Cobain, querían grabar un disco un poco más crudo y menos sobreproducido que Nevermind, para de alguna manera volver a sus raíces alternativas y no terminar siendo un grupo vendido, como de hecho ya los acusaba algunas voces.

Fue por ello que el grupo pensó en Steve Albini, quien tenía en su currículum credenciales excepcionales, como las de haber producido los discos Surfer Rosa, de Pixies, y Pod, de The Breeders, entre otros.

Aunque durante todo este tiempo se rumoró que Steve Albini realmente despreciaba a Nirvana y que los consideraba una especie de “R.E.M. con caja de ruidos”, en una reciente charla con él aprovechamos para que nos contara cómo recuerda su trabajo con la banda.

Lo primero que Steve Albini aclaró es que sus sentimientos hacia Nirvana no eran negativos, como se ha dicho en varios medios.

Mis sentimientos hacia ellos siempre fueron cálidos. Siempre tuve una buena relación de trabajo con ellos y los admiro. Aún soy amigo de Dave Grohl (el entonces baterista del grupo y actual frontman de Foo Fighters) y de Chris Novoselich (el bajista).

Creo que son buenas personas y disfruto de su compañía. Sabemos que cualquier situación negativa que yo hubiera expresado sobre la experiencia de grabar con ellos es sólo una cuestión política de su sello discográfico, que me usó como una especie de chivo expiatorio para tratar de presionar a la banda en un momento en el que los sellos discográficos podían controlar el comportamiento de sus bandas”, expuso.

Recordemos que Albini fue contratado para producir el entonces nuevo disco de una de las bandas más populares del momento. Y una movida muy inteligente de su parte fue tratar de mantener alejadas de la grabación a todas las personas que pudieran interferir negativamente en la misma, empezando por los ejecutivos discográficos.

Por ello, Albini le recomendó al grupo que grabaran el disco en los Pachyderm Studios, cerca de Minnesota, un lugar en donde sabía que podía mantener al margen a los ejecutivos del sello.

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En algún momento de la historia, trascendió que Cobain quería utilizar la técnica de Albini de capturar el ambiente natural de una habitación mediante la colocación de varios micrófonos, algo que los productores de los discos anteriores de Nirvana se habían negado a hacer.

Finalmente, la grabación se completó en seis días y aunque hubo discrepancias entre los músicos y el productor, el propio Cobain calificó el proceso como “la grabación más fácil que jamás hayamos hecho”.

Acerca de sus razones para mantener lejos de la grabación a los ejecutivos del sello, Albini dijo:

Las disqueras suelen hacer eso de decirle a las bandas: ‘deberías utilizar este productor o este estudio, o no nos gusta esto, o remézclalo así’, pero Nirvana se fue por su cuenta, hubo una gran resistencia a ese tipo de comportamiento y yo fui sólo un daño colateral en el enfoque crítico de esa metodología.

Porque cuando escuchas el disco ahora, te das cuenta de que suena bien, es un buen disco, pero en ese momento parecía que era peligroso que una banda de ese estatus tuviera ese nivel de autonomía”.

También es cierto que una vez que el management y la disquera escucharon el disco, no les gustó, porque evidentemente era mucho menos comercial que Nevermind.

De hecho, los miembros del grupo también tenían sentimientos encontrados con el resultado, aunque después de un mes de escucharlo y de tocar las nuevas canciones, les pareció que tenían un gran disco en sus manos.

Si escuchas In Utero ahora, te darás cuenta de que suena bien, es un buen disco, pero en ese momento parecía que era peligroso que una banda de ese estatus tuviera ese nivel de autonomía.

Por cierto, la banda consideraba que en la grabación la voz y el bajo sonaban demasiado bajos, por lo que le pidió a Albini que remezclara el disco, pero éste se negó, siendo finalmente Bob Ludwig y Scott Litt (productor de R.E.M.) quienes realizaron la tarea.

Y aunque Albini dice haber quedado satisfecho con su trabajo, años después afirmó que Geffen era la responsable de las dificultades que empañaron la trayectoria del disco, el cual además lo hizo impopular entre los principales sellos discográficos y le ocasionó problemas para encontrar trabajo durante un tiempo.

Otras personas a las que Steve Albini quería mantener lejos del estudio de grabación fue a los vendedores de droga, como recientemente se reveló en algunos medios especializados.

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El propio productor confirmó que otra de las razones de que decidiera trabajar en un estudio a unas 50 millas de Minneapolis, fue para estar en un lugar donde no hubiera “gente depredadora” tras la repentina fama mundial de Nirvana.

“No hubo nada fuera de lo común en las sesiones, independientemente de que ellos eran extremadamente famosos y había que hacer todo lo posible para mantener el lugar en secreto y asegurarnos de que no nos invadieran los fanáticos y los traficantes de drogas”, le contó a NME.

“El lugar estaba lo suficientemente lejos de cualquiera que la banda conociera y así no tendríamos un maldito equipo de televisión afuera todos los días ni ningún traficante tratando de hacer negocios… Teníamos que asegurarnos de que no se corriera la voz”, dijo.

 Acerca de la pérdida del líder de Nirvana, con quien estuvo trabajando hace poco más de tres décadas, Albini comenta:

“Bueno, trabajamos juntos durante un par de semanas y yo confiaba en él, sabía que no me estaba mintiendo, aunque no puedo juzgar el tipo de circunstancia en el que se encontraba, porque él como persona se encontraba en una situación única. Estoy muy triste por lo que pasó con él, me entristece que ya no esté aquí, eso obviamente es algo terrible para todos…”

“Sólo agregaría que, cuando alguien como él se va, muchos suelen decir que su legado tenía que ser así, tan corto, pero yo no suscribo ese tipo de pensamiento, porque creo que todos podemos mantener una vida creativa y productiva durante mucho tiempo.

Si miras a alguien como Neil Young, Willie Nelson o Dolly Parton, que tienen entre 70 y 80 años, verás que aún son muy aventureros y que como músicos siguen siendo increíbles y yo creo que todos tenemos esa capacidad”, agregó el productor.

Alejandro Castro / El Sol de México

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