Seguridad

El crimen organizado incursiona en la producción de coca en Guerrero

La Organización Sistema Internacional para la Paz aseguró que el estado fue el primer productor de amapola en México

Published

hace 3 meses

enero 31, 2024

ACAPULCO, Guerrero. Tras la aparición de opioides sintéticos como el fentanilo, la producción de amapola en la sierra de Guerrero dejó de ser rentable y los grupos del crimen organizado incursionan ahora en la producción de planta de coca, desde la cual se genera la materia base para crear la cocaína.

Dicha planta es endémica del sur del continente, pero han encontrado espacios con climas y tierras propicios para su reproducción especialmente en la sierra de Atoyac, donde los grupos ya controlan extensiones de tierras, reveló el líder de la liga de comunidades agrarias Evencio Romero Sotelo.

Explicó que estos grupos delincuenciales se han establecido en los sitios que tienen microclimas adecuados para cultivarlos, pero aclaró que eso no afecta la producción de café, mango, limón o coco que son los insumos en los que Guerrero tiene cultivos importantes.

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Indicó que a diferencia de lo que se ha conocido de otros estados como Michoacán donde se les cobró un impuesto de la delincuencia a los productores de limón, en Guerrero la producción agrícola no reporta ningún tipo de extorsiones o control por parte de los grupos delincuenciales.

Resaltó que los que sí han controlado son los cultivos ilícitos como lo es la amapola en la sierra y la Montaña, pero ahora experimentan con la siembra de coca y aunque se han asentado en la zona de la sierra de Atoyac no afectan la producción del café, ni tampoco les cobran algún tipo de extorsión a los productores.

“He tenido reuniones con los productores, con autoridades agrarias y no tenemos ningún reporte de productores que tuvieran alguna situación como la que pasó Michoacán con el tema del limón”.

A pesar de eso, reconoció que hay zonas en las que no se puede entrar por la inseguridad que se vive como lo sería algunas zonas de Tierra Caliente, pero aún allá se tiene información de los productores agrícolas.

“Hasta donde sabemos y conocemos es de que no ha habido en este caso algún control sobre el mango, sobre el limón, sobre el coco, que son los productos más importantes de Guerrero y por supuesto el maíz”, dijo.

De acuerdo con la Organización “Sistema Internacional para la Paz”, Guerrero fue el primer productor de amapola en México, su producción llegó a ser el 60 por ciento de lo que se generaba en el país, ello siempre fue un atractivo para los grupos delincuenciales que han pugnado por el control total de esta producción.

La amapola (Papaver rhoeas) es una planta que alcanza 50 centímetros de altura, su flor es considerada sumamente hermosa y originalmente es de Asia y Europa, donde crece de manera silvestre.

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A Guerrero se especula que llegó en la década de los 70 y se adaptó muy bien al clima, suelo y condiciones de humedad especialmente en la zona de la sierra.

La producción de amapola se consideró el sostén de la economía de la sierra, y sobre ella se han generado muchos mitos de personas muy ricas que viven en esta zona de Guerrero, aunque la realidad es que se mantiene un nivel de pobreza muy alto y la opresión de autoridades que cada año destruyen miles de cultivos y de los grupos delincuenciales que controlan el trasiego del enervante hacia el norte del país.

Un dato que las autoridades han resaltado es que México por décadas fue productor y el trasiego de drogas se enfocó hacia el país del norte, sin embargo, después de los atentados de las Torres Gemelas, las políticas migratorias se endurecieron y mucha de la droga que estaba destinada a Estados Unidos se quedó para ser consumida en este país y generó un cambio en muchos aspectos de la producción, el trasiego y comercialización de los enervantes.

En Guerrero la violencia asociada a los grupos delincuenciales genera alrededor de mil 500 muertes por año, y han logrado corromper autoridades de todos los niveles de gobierno, incluso en muchas zonas son quienes imponen gobernantes.

Abel Miranda / El Sol de Acapulco