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La CDMX acumula 739 cuerpos sin identificar; 78% son hombres

Un cuerpo o resto no identificado es de la persona que no se tiene en ese momento alguna credencial.

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La CDMX acumula 739 cuerpos sin identificar; 79% son hombres

Autoridades encargadas de los servicios periciales y forenses en la Ciudad de México recibieron en 2022 cinco mil 480 cuerpos y restos humanos, de los cuales 940 no estaban identificados, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En el informe Servicios Periciales 2023, el instituto detalla que de los 940 restos no identificados en la Fiscalía capitalina y el Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses, 739 son cuerpos, 84 fetos, 23 osamentas y 94 restos y fragmentos humanos. Del total, 78 por ciento corresponde a hombres.

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En entrevista con El Sol de México, el perito en criminalística de campo, Mauro Franco, explicó que los cuerpos no identificados son aquellos para los cuales no hay credenciales o documentos para obtener más datos de la persona.

“Un cuerpo o resto no identificado es de la persona que no tenemos en ese momento alguna credencial, un parámetro de tener un nombre, un alias o saber la identidad de esta persona.

“Los restos sin identificar son óseos, de los cuales no hay pruebas de ADN para confrontar y verificar si fueran de familiares o estos restos no cuentan con algún registro por alguna (prueba) pericial que se haya hecho”, comentó.

El 1 de noviembre de 2020, Eduardo N transportaba en un diablito una caja de plástico y bolsas negras por calles del Centro Histórico. Policías capitalinos se acercaron al sujeto, le pidieron abrir las bolsas y hallaron restos humanos.

Luego de una serie de investigaciones, y con la aprehensión del sujeto, quien dijo pertenecer al grupo criminal La Unión Tepito, las autoridades identificaron que los restos pertenecían a dos adolescentes de 12 y 14 años de edad, reportados como desaparecidos el 27 de octubre de ese año. Sus padres los identificaron.

De acuerdo con el Inegi, de los 940 cadáveres y restos no identificados en la Ciudad de México, en 190 la causa del fallecimiento fue un accidente, aunque no se detalla de qué tipo, y 43 fueron por homicidio o feminicidio. En otros casos, el motivo fue suicidio o no se determinó.

Además, los datos muestran que las autoridades locales determinaron en 628 casos un fallecimiento natural, cifra que, a consideración de Mauro Franco, puede abarcar desde personas en situación de calle hasta migrantes.

“Las personas se encuentran a veces en situación de calle y no cuentan con sus documentos, no cuentan con una INE, no son portadores de su CURP o acta de nacimiento y, por ejemplo, también pueden ahí intervenir (en la estadística) algunos migrantes que, a veces, no traen documentos o no son válidos los formatos aquí en el país, lo que quedaría como una incógnita”, mencionó.

El experto dijo que si bien para este tipo de restos y cuerpos no hay una identificación de la persona fallecida, las autoridades los clasifican para generar una base de datos que sirva a familias para saber si un conocido está en él.

Espera de reconocimiento

Un perito que decidió resguardar su identidad mencionó que los cuerpos y restos no identificados son trasladados al Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses y, posteriormente, a una fosa común.

De acuerdo con Mauro Franco, en los panteones locales se hace la inhumación y se genera una carpeta de investigación. También se coloca un número a los restos y se genera una botella de vida.

“La botella de vida es que lleve ahí, tal vez, una copia del certificado, obviamente éste no se ha terminado de llenar porque falta el alias o el nombre, pero sí lleva la causa de muerte, dónde y quién levantó el cadáver, algunas fotografías de cómo era el momento en que se levantó, la descripción donde se encontraba y ubicaba.

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Todo esto se va a meter dentro de una botella, se cierra herméticamente, se coloca junto con el cuerpo en su ataúd y de ahí se puede generar, posteriormente, una exhumación. Luego, al sacar la botella se podrán ubicar o encontrar los datos más precisos para saber quién era. Para esto se le hizo un examen de ADN y se tiene registrado en el sistema”, dijo.

Los datos registrados, afirmó el experto, ayudan a confrontarlos con la información proporcionada por familias que busquen a alguna persona desaparecida con características similares. A ellos también se les practican muestras de ADN.

De esta manera, en caso de que los resultados de las pruebas coincidan, las autoridades ya tienen los datos para ubicar a la persona fallecida.

Jonathan Castro | El Sol de México

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