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El Extranjero

“La escritura es un oficio por el que vale la pena pagar cualquier precio”, dice Sergio Ramírez (ex vicepresidente de Nicaragua)

Sergio Ramírez, ex vicepresidente de Nicaragua, vive en el exilio desde 2021 por la orden de persecución y castigo del presidente Daniel Ortega y privado de su nacionalidad

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Los escritores nicaragüenses Gioconda Belli, galardonada recientemente con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y Sergio Ramírez, ganador del Premio Cervantes, clausuraron las I Jornadas de Literaturas Hispánicas organizadas por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) en Logroño.

Para Ramírez, ex vicepresidente de Nicaragua en el exilio desde 2021 por la orden de persecución y castigo del presidente Daniel Ortega y privado de su nacionalidad, la escritura es un “oficio por el que vale la pena pagar cualquier precio, aún que te quiten el país en que naciste.

“De todas maneras, la literatura te estará devolviendo siempre, de manera incesante, a ese país indeleble”, enfatizó.

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También Belli vive en el exilio, perseguida por Ortega. Un segundo exilio, al igual que Ramírez, pues ambos los sufrieron por su oposición la dictadura de Anastasio Somoza.

Todo esto va quedando en la obra, creo que la inspiración viene de cosas mágicas. Es un mecanismo mágico, cómo empieza a formarse, pero también tiene que ver con la experiencia vital”, destacó.

La mayor ficción es que hayamos vuelto a la dictadura, después de todo lo que hicimos”, aseguró Belli.

“Este gobierno va a pertenecer a la historia de la infamia, porque es infame en muchos sentidos, el nivel de sofisticación de la crueldad, de la mentira, es algo que verdaderamente podría pertenecer a una novela. De esta experiencia van a surgir creaciones literarias, ya están surgiendo”, recalcó la escritora.

Durante el seminario, ambos escritores han recibido la noticia de que se les ha otorgado de forma conjunta el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, que otorga el Ministerio de Cultura de la República Dominicana.

Esto en reconocimiento a la productividad, trayectoria y excelencia literaria, así como la crítica y la creación de pensamiento de destacados intelectuales a lo largo de su vida. El galardón vuelve a otorgarse tras siete años de cese.

La vicerrectora de Acción Cultural de UNIR, María Teresa Santa María, quien ha recordado que “la vida se completa y embellece con la literatura”.

En una síntesis de lo escuchado durante la Jornada, ha subrayado “la crueldad de los confinamientos, encierros o encarcelamientos; de los cuales el exilio resulta una dimensión más, por lo que tiene de intento de confinarnos en un país ajeno. Porque ese estar ‘en tierra infirme’, en un peregrinaje constante, por desgracia, sigue siendo la maldición de muchos escritores”.

Durante tres días, representantes de las letras contemporáneas en español se han reunido para dar cuenta del “boom” de la narrativa escrita en esta lengua a ambos lados del Atlántico: Manuel Vilas y Mercedes Cebrián acudieron el martes 27 de junio, y Fernando Iwasaki y Eva Díaz Pérez, el miércoles 28.

La Jornada, inaugurada por el rector de UNIR, José María Vázquez García-Peñuela, ha estado dirigida por los catedráticos de Literatura Hispanoamericana Yannelys Aparicio Molina, coordinadora del Programa de Doctorado en Humanidades y Sociedad Digital y vicedecana del Área de Humanidades de UNIR, y Ángel Esteban del Campo, de la Universidad de Granada.

“Todos somos productos de la realidad y de las ficciones. La experiencia vital es la fuente primordial de la ficción”, ha afirmado Belli, durante su ponencia, en la que ha repasado las fuentes de la inspiración de la narración, “la propia vida como recurso para el escritor”.

En palabras de la poeta, “las memorias y vivencias son una mina de posibilidades para la literatura. Ahora, con la auto ficción, estamos aceptando ese hecho sin sentirnos forzados a omitir la ficción de la propia experiencia”.

Belli descubrió que “reivindicar el cuerpo femenino era una forma de rebelión”, algo en lo que persistió intencionadamente con el paso del tiempo precisamente debido a ello: “Con mi primer salario compré una máquina de escribir y empecé a escribir poesía erótica, causó el escándalo en Nicaragua”, recodó.

La relación de mi escritura con mi vida es absolutamente existencial”, recalcó la autora.

“Poder escribir en mi lengua es mi refugio, lo fue cuando estuve viviendo en Estados Unidos, no estoy contenta de estar en el exilio, pero poder estar en España, que puede ser la última etapa, no lo veo como un castigo sino como oportunidad para beber de esta fuente que es la literatura escrita en español. Mi identidad está marcada por este idioma”, concluyó.

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El “peso desmedido” del poder

Ramírez se ha referido en su ponencia a los límites difusos entre la historia y la ficción: “A la hora de vivir los hechos de la independencia, a la exageración se agregará la anormalidad que no dejará de marcar en adelante la historia, y por tanto, la manera de contarla y tomar provecho de ella desde la literatura”.

El escritor ha destacado que “la crónica de hoy día tiene que ver con la anormalidad, igual que la novela” y ha mencionado varios de los temas que ocupan a ambas “las nuevas dictaduras mesiánicas; el poder social de las pandillas de las Maras en Centroamérica.

Las exhumaciones de los cadáveres de los desaparecidos por las dictaduras militares del cono sur; o la corrupción, esa piel purulenta que viste al poder político en América Latina”.

“Cuando el poder se vuelve anormal, y por tanto adquiere un peso desmedido, o injusto, sobre los individuos, actúa como una deidad funesta que violenta el curso de las vidas”, expresó Ramírez.

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