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El Extranjero

Unas 58 semillas de maíces criollos mexicanos se guardan en el Baúl de Noruega

El banco de semillas más grande del mundo tiene capacidad para almacenar 4.5 millones de muestras de semillas

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Foto: Cuartoscuro

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) tiene en el Archipiélago noruego de Svalbard el Baúl de Noruega, donde existe una copia de las 28 mil colectas de las 58 razas de maíces criollos mexicanos.

“Soy muy afortunado porque estoy heredando eso. Es un honor que me asignan el hacerme responsable de conservar esas colecciones. La mayoría son mexicanas, de Brasil y Perú; pero igual se cuentan de otros 20 países diferentes”, manifiesta el curador del Banco de Germoplasma del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Alberto Chassaigne.

Precisa que suman 28 mil colectas y la responsabilidad es conservarlas. En algún momento hay que regenerar, aumentar la cantidad y distinguirla, porque es patrimonio de la Humanidad y cualquier persona física, moral, pública o privada, nacional o internacional tienen derecho de solicitarlas y recibirlas, según los Acuerdos del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y Alimentación y de acuerdo con la FAO”.

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Explica que “otra de las funciones es que esas colectas deben de estar en otro sitio conservadas. Este baúl que se encuentra en Noruega, en la isla del Archipiélago Ártico de Svalbard, y es el Banco de Semillas más grande del mundo”.

Señala además que “nuestra responsabilidad es enviar allá una copia y otra a Estados Unidos, también, para que, por cualquier detalle, se tengan esos duplicados.

“También hemos entregado esas copias al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y a Recursos Genéticos en Guadalajara”.

“Otra de nuestras funciones es buscar su uso. Tenerlo guardado lo hace tenerlo en un depósito, pero el que sepamos para qué funciona nos ayuda a decir, esta raza sirve para esto, para aquello”.

Recientemente se hizo un estudio del maíz palomero para ver su capacidad de reventar y si podían aportar algunas otras cosas o buscarles otro uso.

Por ejemplo, en algunas de esas colectas de Guatemala y de Oaxaca, se encontró resistencia a una enfermedad que se llama “mancha de asfalto”, que la produce un hongo.

“Así, vemos que ese maíz nativo puede tener un valor si se compara con un híbrido. Genéticamente tenía adentro resistencia a esa enfermedad, eso sirve como fuente de génesis que puedan mejorarse en otros maíces más modernos”, explica el especialista.

Precisa que “esos Bancos de Semillas deben dejar de ser una morgue. Se tiene que buscarle una utilidad. Y en eso trabajamos muy fuerte”.

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Explica que otro de los aspectos de esas 28 mil colecciones del Baúl de Noruega es que en algunas localidades se han perdido las semillas ya que las nuevas generaciones no tienen oportunidad de seguir trabajando en el campo como los padres, “algunas generaciones se cansan o fallecen los cuidadores de estos maíces nativos”.

Indica que si después quieren volver a esos maíces nativos, ya no están ahí, en las comunidades, pero sí en el Banco. Ahí tenemos el proceso de “repatriación” de maíz o “rematriación” de maíz a las comunidades que lo solicitan y dicen:

“…Sabíamos que aquí teníamos este maíz nativo que está conservado en CIMMYT, por favor denos para volverlo a reproducir”.

Así se ha hecho en Chiapas y en Yucatán. En esa experiencia es donde se valora el poder tener los maíces resguardados y en conservación. Afortunadamente hay donantes que permiten tener eso ahí y han vuelto a casa esos maíces nativos a sus pueblos originarios.

¿Interesante y trascendente recuperar esa riqueza genética milenaria?

-Así es. Es una fortuna recuperar esa riqueza milenaria, porque sí no, simplemente se iba a perder. Y la erosión genética va perdiendo, va perdiendo y cuando llega el momento, es imposible recuperar la raza.

¿Darnos cuenta lo que tenemos, ver lo que teníamos y lo perdemos?

-Sí, y hasta que se pierde se valora. Afortunadamente en estos casos hubo la oportunidad de poder recuperar esos maíces nativos.

¿Qué guarda el Baúl de Noruega?

Sobre el Banco de Semillas de Svalbard o “Arca de Noé vegetal“, se trata de una infraestructura científica mundial.

También se le conoce como la Bóveda del Fin del Mundo, por lo remoto del archipiélago noruego, que se localiza a 997 kilómetros del Polo Norte.

Se trata de la mayor reserva de semillas de la Tierra. Constituye la póliza de seguro definitiva para el suministro de alimentos de la humanidad.

Esta Bóveda se construyó a 130 metros de profundidad. Es resistente a cualquier actividad volcánica, terremotos hasta de 10 grados Richter, radiaciones y crecidas de mar. Su temperatura oscila entre -14 grados y 6 grados sobre cero.

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El Baúl de Noruega se inauguró en 2008. Tiene capacidad para almacenar 4.5 millones de muestras de semillas. Actualmente guarda más de 1 millón de semillas de especies vegetales de todo el planeta.

Y el CIMMYT, que es el guardián de uno de los Bancos de Germoplasma de maíz y trigo, más importantes del mundo, ya envió 50 millones de semillas de las cuales 170 mil son muestras de maíz y trigo.

Bertha Becerra | El Sol de México

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