La disciplina, pasión y libertad son las cualidades de la danza y bailarines tamaulipecos

TAMPICO, Tamaulipas. En el marco del Día Mundial de la Danza Disciplina, se trata de destacar una actividad artística que se vive con pasión y libertad, y la entidad no se queda atrás en este talento, pues la zona sur es hogar de bailarines.

Fue en 1982 cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proclamó esta fecha, bajo iniciativa del Comité Internacional de Danza, con el objetivo de resaltar la importancia de esta actividad y sus vertientes en el desarrollo del ser humano.

La zona sur de Tamaulipas es reconocida por ser el hogar de bailarines que dominan diferentes estilos, entre ellos el ballet clásico, la danza contemporánea y en especial el folclor.

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Como muestra del gran talento que hay en nuestra zona, platicamos con cinco exponentes de dichos géneros dancísticos, quienes compartieron experiencias, retos y bendiciones que esta manifestación del arte les ha dado a su vida.

Nadia Retta Pérez y Francisco Alejandro Orduña Morales (en portada de esta nota) son grandes exponentes de ballet, que conocieron por motivos diferentes. Sin embargo, su amor por el arte los ha llevado a cruzar caminos en distintas ocasiones.

La joven conoció la danza en su adolescencia mientras buscaba una manera de aprovechar el tiempo de ocio que ofrecían las vacaciones de verano. Por su parte, Francisco vio en el ballet una terapia para sobrellevar el fallecimiento de su padre.

Ambos tamaulipecos se han formado en reconocidos espacios de la localidad, entre ellos la Casa de la Cultura de Ciudad Madero y el Instituto Regional de Bellas Artes, y tanto uno como otro han compartido sus habilidades en importantes festivales e instituciones artísticas de la zona.

El Día Mundial de la Danza, una actividad que ha sido representada de manera digna por los artistas que residen en Tampico y su zona conurbada | Víctor de Sampedro

Francisco es integrante del Ballet de Cámara de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) a cargo de la maestra Elizabeth Rodríguez y docente de la Academia Grand Attitude en Altamira, en tanto que Nadia imparte clases de danza clásica bajo la metodología Vaganova, en el Centro Cultural IRBA.

El ser bailarín implica distintos retos y complicaciones, como la disposición de tiempo y energía, comparten. Sin embargo, ambos artistas coinciden en que el arte ha traído una gran cantidad de bendiciones a sus vidas.

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Para Nadia, el ballet representa el positivismo en su vida, así como una herramienta para mantener en buenas condiciones su salud física y mental. De igual manera, bailar es la chispa que mantiene la vida de Francisco, “es como una corriente eléctrica que recorre tu cuerpo y te mantiene en movimiento”, expresó.

“Es mi fiel acompañante, es mi refugio más preciado”, así describió Enheide Xilonen Tovar Domínguez a la danza contemporánea, estilo al cual se ha dedicado desde los diez años.

Su formación artística inició en Torreón, Coahuila, dentro del Espacio Cultural Pilar Rojas. Así mismo, la talentosa coreógrafa y bailarina ha estado bajo la tutela de importantes instructores como Dolores Bernal, Alicia Ledezma, Lourdes Luna, Jaime Blanc y Jorge Gayón.

Aunque la responsable de llevarla al género contemporáneo sería Alicia Pérez Vélez, quien le enseñaba a dominar el ballet.

A lo largo de su trayectoria artística, Enheide Tovar ha llevado sus habilidades a importantes eventos de la localidad como el Festival Internacional Tamaulipas, el encuentro de baile Cuarenta y Cuatro Grados, y las celebraciones por el Día de la Danza organizadas por el Espacio Cultural Metropolitano.

Además, ha tenido la oportunidad de presentarse en Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, Tamaulipas; Culiacán, Sinaloa, y Piedras Negras, Coahuila.

Enheide Tovar declaró que el arte permite manifestar sus pensamientos y emociones con libertad a través de la expresión corporal. Así mismo, una de las mayores satisfacciones que la danza le ha dado es formar a un sinfín de jóvenes, quienes comparten el mismo amor y pasión por el arte que ella.

Ana Bolado y Jorge Quiñones son dos jóvenes de 21 años que comparten su amor por el arte y la cultura dentro del Ballet Folclórico Yacatecutli, bajo la dirección de Gil Alberto Martínez Carreón.

Jorge dio sus primeros pasos a los nueve años dentro de la agrupación infantil Raíces Tamaulipecas, del profesor Andrés Montiel, y posteriormente se uniría al Ballet Folclórico Cuauhtli. A su vez, a esta agrupación se uniría la propia Ana, cuando solo tenía 14 años de edad.

Tanto uno como otro han tenido la oportunidad de presentarse en distintos foros dentro y fuera de Tampico.

Gracias al Ballet Yacatecutli, los jóvenes participaron en el festival Mitote Folklórico Nacional, ahora internacional, con sede en Pueblo Viejo, Veracruz, además de las festividades por el Día de la Danza que presenta el Metro.

Ser exponentes del folclor mexicano implica una gran responsabilidad para ambos. “Representa parte de nuestra historia y cada baile es una forma de homenajear nuestras tradiciones y cultura como mexicanos”, declaró Ana Bolado.

Cada uno de los bailarines trabajó en sus respectivas áreas para mejorar en sus habilidades, así como en compartirlas con el público y alumnos.

Nadia Retta contempla concretar su proyecto de concientización de los valores en la danza, mientras que Francisco Orduña tiene entre sus intenciones montar una obra propia. De forma similar, Enheide Tovar tiene como meta crear una compañía de danza contemporánea y promover este estilo a lo largo de toda la república mexicana.

Mientras tanto, Ana Bolado y Jorge Quiñones continuarán trabajando dentro del Ballet Folclórico Yacatecutli bajo la misión de promover las costumbres y tradiciones de la región huasteca.

Víctor de Sampedro | El Sol de Tampico