El Papalote Museo del Niño necesita dinero para no quebrar

El Papalote Museo del Niño necesita 50 millones de pesos para sobrevivir tras el prolongado cierre por la pandemia de Covid pero ha recaudado menos de la mitad: 23 millones 603 mil pesos y la mayoría del dinero fue aportado por grandes empresas que siempre han sido aliadas del recinto, Bimbo y ADO.

En conferencia de prensa virtual, la directora del Papalote, Dolores Beistegui, reiteró que el peligro de que el Museo del Niño cierre sus puertas para siempre es real, porque cerraron sus puertas durante siete meses, de marzo a septiembre de 2020, y en todo lo que va de 2021.

“Reconocemos públicamente que no podemos seguir sosteniendo nuestro trabajo si no contamos con nuevos recursos”, aseguró la directiva.

Lee: Museo de Ciudad Cuauhtémoc llevará arte, ciencia y vida al municipio de Chihuahua

Beistegui explicó que Papalote Museo del Niño es una asociación civil que no recibe dinero del gobierno y por eso el precio de su boleto refleja el costo real de operaciones, sin subsidios como los que reciben museos de la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Bellas Artes o el Instituto Nacional de Antropología e Historia. https:

“De las 22 millones de personas que nos han visitado en todos estos años que llevamos operando, 15% han ingresado sin costo. Nunca le hemos negado la entrada a ningún grupo vulnerable. Nuestra manera de financiar apoyos a estos sectores es a través de los donativos y las aportaciones de empresas y fundaciones que son nuestros aliados”, afirmó Béistegui.

Para cumplir sus objetivos, el museo ha trabajado desde siempre muy de cerca con organismos como la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la extinta Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), explicó pero eso no quiere decir que reciba dinero de alguna institución pública.

Para mantener el edificio ubicado en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, los directivos del Papalote tomaron la decisión de recortar  a 50% los salarios de sus 110 trabajadores fijos.

El resto del personal está conformado por los famosos “cuates”, los jóvenes de servicio social que guían y atienden a los visitantes desde que se fundó el museo hace casi 30 años.

La directora negó que los “cuates” recibieran pagos injustos o tratos indignos como se ha denunciado en las redes sociales en las últimas semanas. “Hoy día los cuates’ tienen contrato y hay tantos jóvenes que quieren entrar a este programa que siempre debemos rechazar a muchos”, agregó.

Además de ser el primer museo del país dedicado exclusivamente a los niños, el Papalote realiza una contribución notable a la convivencia familiar y a la educación de las nuevas generaciones, consideró Beistegui. Por ello, dijo, es necesario emprender un “proyecto de corresponsabilidad” que demanda “un esfuerzo solidario entre todos”.