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Baja California

La expropiación del Club Campestre de Tijuana es legal y procede: Amador Rodríguez

El Club Campestre es un pulmón de Tijuana y una área verde de la ciudad, dice Amador Rodríguez Lozano, secretario Gobierno de Baja California

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La expropiación del Club Campestre de Tijuana no es un capricho del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla.

Amador Rodríguez Lozano, secretario General de Gobierno de Baja California, afirmó que la expropiación del Club Campestre de Tijuana será perfectamente legal y sí va a proceder, así como se cuenta con la ruta jurídica para darle el espacio al pueblo.

“La expropiación es un acto jurídico reconocido y avalado por la Constitución General de la República y la Constitución del Estado de Baja California”, dijo el Titular de la Secretaría General de Gobierno (SGG).

La expropiación tiene el propósito de que un bien perteneciente a una persona física o moral sea quitado de su propiedad de manera legal para que sirva a un interés general en este caso para el interés de la sociedad, dijo el funcionario del gobierno de Jaime Bonilla Valdez.

Jaime Bonilla Valdez, gobernador de Baja California, instruyó a cada uno de sus funcionarios encontrar la ruta de la expropiación del Club Campestre de Tijuana, que es presidido por Mario Gastón Toledo Castillo.

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En 1950 se abrieron las puertas del Club Social y Deportivo Campestre de Tijuana siendo el presidente Honorario Abelardo Rodríguez, así como su gerente General del Club, Ismael Bracamontes y profesor de golf, Red Bost, durante el período 1953-1958.

En el año de 1960 comenzó a funcionar el Comité de Damas, presidido por la señora Francisca G. De Ellis. Las esposas de los socios empezaron a participar activamente organizando todo tipo de actividades en las que podía participar toda la familia.

La primera reina que representó al Club fue la señorita Martha Huerta, elegida en 1961.

El caso de la viuda de Regnier, no se había olvidado. Unas personas movidas por una gran ambición y listas para pelear los supuestos derechos de los bienes de la sucesión Arguello, formaron una empresa llamada Inmuebles Californianos, S. A. La I.C.S.A., declaraba ser la dueña única de las diez mil quinientas treinta y tres hectáreas de terrenos en donde ya, miles de mexicanos habían construido sus hogares y negocios. 

Algunos terrenos eran muy codiciados por la I.C.S.A. por su ubicación, extensión y valor comercial, entre los cuales destacaba el Club Campestre.

Pasaron los años y la amenaza en contra de los Tijuanenses y del Campestre se hacía cada vez más grande. 

En el año 1966, Abelardo Rodríguez exhortó a los socios a defender con hombría el Club. Como eran épocas de sequía, el campo se encontraba en un estado deplorable.

David Cota, en ese tiempo presidente del Club, se reunió con varios socios para planear la rehabilitación del campo de golf y la manera de motivar el acercamiento de los asociados, ya que se consideraba casi perdida la situación. 

Un grupo de 15 socios entre ellos David Cota, Miguel Calette, Gustavo González E., Miguel Bujazán y otros, facilitaron al Club la cantidad de 5 mil dólares cada uno, reuniéndose la cantidad de 75 mil dólares, dinero con el cual se construyó la planta interior para el tratamiento de aguas negras que sirvió para el riego del campo y así demostrar el interés que tenían de conservar los terrenos e instalaciones del Club. El problema de inseguridad sobre las propiedades duró más de 30 años.

Rodríguez Lozano explicó que a pesar de que el Club Campestre está ubicado en una de las zonas más importantes de la ciudad, es una propiedad que está rodeada de muchos problemas jurídicos y legales, de bastantes controversias que datan prácticamente desde principios del siglo pasado. 

“El Club campestre es un pulmón de Tijuana es una de las pocas áreas verdes que tiene nuestra ciudad, que como todos saben recientemente se ha determinado que somos el municipio más poblado de México”.

“Sin embargo no tenemos áreas verdes, no tenemos lugares de esparcimiento, de tal manera que la idea del gobernador es que el Campestre deje de ser de unos cuantos y se convierta en un centro para el beneficio y el goce y disfrute de todos los tijuanenses”, enfatizó.

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El Titular de la SGG comentó que la expropiación no es un acto autoritario, es un acto regulado por la ley que establece una serie de condiciones y una serie de principios para realizarla:

“No es pues ninguna agresión y a los empresarios de Baja California, ni a los miembros del Club Campestre, es una necesidad de que nuestra ciudad cuente con áreas verdes para su beneficio, que nuestra ciudad tenga un centro cultural de la mayor envergadura, que nuestros jóvenes y nuestros niños tengan lugares donde puedan hacer deporte, hacer cultura o simplemente sentarse a jugar ajedrez, oír música clásica, etc.”. 

El funcionario expuso que la expropiación tiene una serie de pasos jurídicos, primeramente, hay que hacer un estudio para establecer el interés jurídico, luego hay que hacerlo del conocimiento de las personas, hay que emitir un decreto perfectamente sustentado en el derecho y motivado por el interés público. 

“Este predio tiene una importancia histórica en el desarrollo de nuestro de nuestra ciudad y va a ser ahora de beneficio de cientos de miles de habitantes de Tijuana y por supuesto que esta administración hará todo lo posible para que a la brevedad así sea”

“No es un acto arbitrario, no es un capricho del gobernador, y yo creo que esta expropiación va a ser definitiva y difícilmente va a ser anulada, porque está pensada en beneficio de toda la ciudadanía y tiene que prevalecer el interés de todos, sobre el de unos cuantos”, dijo Rodríguez Lozano. 

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