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Limpiar los derrames de petróleo es posible hasta con cabello humano

Gracias a que el cabello es hidrofóbico, es decir; repele el agua y que además recoge los contaminantes.

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Limpiar los derrames de petróleo es posible hasta con cabello humano

Durante los últimos años han surgido iniciativas por parte de algunos gobiernos organizaciones ambientales para limpiar los derrames de petróleo en el agua con diferentes técnicas. Una de ellas consiste en emplear cabello humano como método de absorción.

Uno de los gobiernos que tomó cartas en el asunto fue el de la Isla Mauricio, en África, luego de que el 25 de julio del 2020 un buque japonés chocó con un coral de su costa y derramó toneladas de petróleo en las aguas cercanas a la isla.

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La Isla hasta entonces era considerada un “paraíso ecológico” pero se convirtió en una de las zonas más contaminadas del mundo. Las más de 200 toneladas de diésel y tres mil 800 de petróleo cubrieron los corales, a sus especies y las raíces de los manglares.

De acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, este es el peor desastre ambiental en la historia de la Isla, colocándolos en una inminente crisis ambiental.

Sin embargo, su gobierno y pobladores no se quedarían con los brazos cruzados o esperando a ser rescatados por organismos internacionales. En su lugar comenzaron a desarrollar métodos de limpieza para poder rescatar no sólo sus aguas, sus animales y los manglares, sino también su identidad cultural.

Fue así como llegaron a la limpieza de estas sustancias con barreras absorbentes, hechas de bolsas entretejidas rellenas de cabello humano y otros materiales naturales absorbentes como paja y plumas. Resulta que este anexo cutáneo no absorbe el agua, aunque aceites como el petróleo sí se le adhieren.

De acuerdo con especialistas en ingeniería ambiental de la Universidad de Texas, medio kilo de cabello puede absorber 3.8 litros de aceite en sólo dos minutos, contra otros productos sintéticos absorbentes llegan a tardar hasta 72 horas para la misma cantidad.

Gracias a que el cabello es hidrofóbico, es decir; repele el agua y que además recoge los contaminantes, esta alternativa se ha convertido en una estrategia viable y sostenible para limpiar derrames de petróleo u otras sustancias en el agua.

Ante dicha respuesta tan innovadora, diversos centros de estudio, investigadores y organizaciones ambientales comenzaron a estudiar más a fondo los efectos de esta práctica.

Tal fue el caso de Megan Murraybióloga medioambiental y directora asociada de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Tecnológica de Sidney, en Australia. Murray enfocó su investigación a las propiedades absorbentes que tiene el cabello humano y a estudiar las mismas en otros materiales para encontrar soluciones eficientes para los derrames de petróleo.

Murray ha señalado en diversas ocasiones que uno de los mayores problemas de estas crisis es la falta de una respuesta rápida y contundente, por lo que el cabello podría ser la respuesta que se había estado buscando.

Emisarios de la crisis ambiental

Miles y miles de litros de petróleo están llegando cada año a los ríos, mares y océanos, provocando la muerte de cientos de especies y la fragmentación de numerosos ecosistemas.

De acuerdo con el investigador de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción, José Celis Hidalgo, el atentado contra la diversidad y contra la vida más grave provocado por el ser humano, son los derrames de petróleo.

Además, según estiman datos de GreenPeace, cada año llegan a los océanos más de tres mil 800 millones de litros de petróleo crudo o refinado de forma accidental o deliberadamente.

Uno de los desastres más graves ocurrió en diciembre de 1988 en las costas de Alaska por el buque tanque petrolero Exxon Valdez, que derramó más de 40 mil litros de petróleo y mató a más de 30 mil aves marinas.

Otro de ellos ocurrió en 1991 en el Golfo del Pacífico Pérsico durante la guerra entre Irak y la coalición de países encabezada por Estados Unidos, cuando cinco barcos petroleros fueron arrojados al mar desde la terminal de almacenamiento de la Isla del mar de Kuwait.

La controversia de este derrame radica en que fue de manera intencional y de acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, una estrategia de guerra inaceptable que se cataloga insulso como terrorismo ambiental.

De acuerdo con la investigación “Efectos de los derrames de petróleo sobre los hábitats marinos, realizada por el Dr. José Celis Hidalgo, la mayoría de los ecosistemas marinos expuestos a grandes cantidades de petróleo crudo requieren un aproximado de tres años para su recuperación, mientras que los que fueron afectados por petróleo refinado necesitan hasta 10 años para su recuperación.

Sin embargo, el experto señala que la flora y fauna difícilmente va a alcanzar sus poblaciones habituales, ya que el contacto con este tipo de sustancias (además de otras afectaciones), trae consigo la incorporación de cancerígenos en la cadena alimenticia, así como efectos negativos en la reproducción y propagación de especies.

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También contamina tierra firme

Si bien la presencia de petróleo en el agua supone diversas afectaciones ambientales, esta sustancia también destruye la naturaleza a su paso en tierra firme. En primer lugar, el petróleo forma una capa impermeable sobre la superficie en la que se encuentre, por lo que obstaculiza el paso de la luz solar.

Dicha capa imposibilita procesos naturales que requieren esta luz, tales como la fotosíntesis. La falta o disminución de este proceso reduce el aporte de oxígeno y alimento que las plantas proveen a su ecosistema.

Y también los animales sufren con la presencia de esta sustancia en sus hábitats, en especial las aves. Estas quedan impregnadas en ella y pierden su capacidad de limpiarse por la falta de movimiento, lo que les provoca una muerte por hipotermia en cuestión de minutos.

José Carlos Román | El Sol de México

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