:)

Negocios

Eternal Reefs: Construir arrecifes artificiales con desechos industriales y cenizas de humanos

La idea de Eternals Reefs surgió en la década de los 80, cuando Todd Barder y Don Brawley, iban a bucear a una zona abundante en arrecifes.

Published

on

Eternal Reefs: Construir arrecifes artificiales con desechos industriales y cenizas de humanos

Durante miles de años los seres humanos han sido enterrados bajo tierra después de su partida. Luego se optó por cremar las personas para tenerlas en casa.

Sin embargo, los costos ambientales de estas prácticas son invisibles y el riesgo de ellos es que también son invisibles para la mayoría de la población.

Lee: Pesca de Plástico: La iniciativa de Corona para limpiar los océanos

Es por ello que en la búsqueda de alternativas para ayudar al medio ambiente, la empresa estadounidense Eternal Reefs ideó una opción para que las que la gente pudiera seguir cuidando del planeta, incluso después de su muerte.

La idea de Eternals Reefs surgió en la década de los 80, cuando dos jóvenes universitarios, Todd Barder y Don Brawley, iban a bucear a los Cayos de Florida, una zona abundante en arrecifes.

Ahí se dieron cuenta de que año con año la cantidad de vida y de arrecifes sanos disminuía de manera acelerada. A partir de entonces comenzaron a pensar en una alternativa para contribuir a la reconstrucción de estos ecosistemas marinos.

Su proyecto tardó en concretarse, y fue hasta mediados de los 90 cuando su iniciativa logró concretarse, gracias a la intervención de organizaciones como Reef Ball Development Group y Reef Ball Foundation.

En esa misma época, el suegro de Don Brawley pidió antes de su muerte que sus cenizas fueran colocadas en uno de los arrecifes que ellos fabricaban. Fue así que los arrecifes que comenzaron a fabricar con desechos industriales, también se convirtieron en una especie de tumba que ayuda a la conservación de las especies marinas.

El proyecto está avalado por expertos en biología marina de varias universidades y centros de estudio de Estados Unidos, los cuales apuntan que hoy en día es la opción más amigable con el medio ambiente para gestionar los cuerpos o cenizas humanas.

Por medio de las “Reefs Balls”, que son unas semiesferas con orificios, Eternal Reefs crea ecosistemas artificiales para que las especies marinas puedan tener una nueva casa.

Las esferas están hechas de desechos industriales no tóxicos para el ambiente (como el papel, hierro, vidrio y concreto), materiales con los que producen un “cemento ecológico” y este es mezclado con cenizas de personas que antes de su muerte solicitaron ser colocadas en uno de dichos arrecifes.

“Si llenas una zona de arrecifes artificiales estás contribuyendo a la restauración del ciclo de vida de diferentes especies y permites que los procesos naturales de la zona se regularicen, aún si esa área ya había sido desplazada o destruida”; cuenta a este medio Murray Roberts, profesor de biología marina de Universidad de Edimburgo.

Para la fabricación de estos monumentos marinos, los familiares de las personas fallecidas también pueden participar. Algunos prefieren mezclar las cenizas de su ser querido con el cemento o dejan huellas de sus manos, mientras que otros optan por colocar objetos de su ser querido (que no afecten al medio ambiente) o escribir mensajes en el cemento.

Las esferas también fungen como una placa conmemorativa porque llevan el nombre de las personas fallecidas que permanecen en la esfera.

Finalmente, las esferas o “casas para peces” (como las llama la empresa), son hundidas en el fondo del mar en zonas autorizadas, en donde permanecerán por siempre. Además, su propio peso hace imposible que las corrientes marinas puedan moverlas o derrumbarlas.

“Colocar arrecifes con restos humanos, que al final de cuentas son materia orgánica, va a ayudar a concentrar especies muy rápido y cualquier impacto que haya provocado que las especies migraran de esa zona se puede revertir en cuestión de días”, explicó Murray.

Roberts explica que si bien las cifras para la creación de estos arrecifes son algo elevadas, el costo económico no se compara con la contribución ambiental que supone.

“Este tipo de arrecifes tiene la capacidad de albergar a más de 56 especies, entre ellos cangrejos, erizos de mar, esponjas y corales y sin ellos, podrían desaparecer. Aquí la pregunta es, ¿qué precio le estamos poniendo a la vida de las especies marinas?”, cuestiona el experto.

Para solicitar información sobre el proceso para formar parte de uno de estos arrecifes de coral se debe ingresar a su página web y buscar la sección de Nuestros Programas o Planificación de la vida.

El objetivo principal es que las especies marinas puedan nadar a través de estas estructuras, además de recolectar y almacenar alimento en ellos, lo que contribuye a combatir la problemática que aqueja hoy en día al mundo por la pérdida de arrecifes masiva que se ha vivido durante los últimos años.

Te recomendamos: Extracción petrolera: Saqueando las profundidades del océano

Una opción para rescatar los océanos

El aumento de la temperatura de los mares y el cambio de sus características químicas, son las amenazas más grandes que los arrecifes de coral corren en todo el mundo. Sin dejar de lado la contaminación por plásticos o la destrucción por el turismo irresponsable.

De acuerdo con un estudio realizado por la UNESCO, de las 29 áreas de arrecifes pertenecientes al Patrimonio Mundial, al menos 25 de ellas habrán experimentado decoloración y pérdida de vida marina para el 2040.

Además, de acuerdo con el mismo informe, si no se reducen las emisiones de carbono, para 2100, casi el total de los sistemas de arrecifes habrán muerto.

“Los corales y todo tipo de animales marinos tienen condiciones de supervivencia más óptimas en estructuras sólidas, ahora imaginen que pasaría si esas estructuras desaparecieran por completo, se desencadenaría una crisis oceánica sin precedentes”, alerta Roberts.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, EPA por sus siglas en inglés, publicó un estudio en mayo de este año, en el que explica los riesgos y las consecuencias que sufren los arrecifes de la actualidad.

Uno de los más grandes es la sedimentación, la cual proviene del desarrollo costero, la llegada de aguas pluviales urbanas y la agricultura. Este se ha identificado como uno de los mayores factores de estrés para los arrecifes de coral en la actualidad.

De la mano de la sedimentación, viene la falta de nutrientes como el nitrógeno y fósforo. Este problema tiene su origen en el uso de fertilizantes agrícolas y residenciales, así como de la descarga de alcantarillas y de plantas de tratamiento de aguas industriales.

Por otra parte, la pesca excesiva también pone en peligro el equilibrio de los arrecifes, ya que se altera la estructura de la red alimenticia, lo cual tiene un efecto de cascada, es decir que las especies que dependían de alguna otra para alimentarse se quedan sin alimento y las que servían como alimento, se pueden convertir en una plaga.

Otro de los riesgos menos mencionados, pero de los más peligrosos, es la recolección de corales para acuarios, la producción de joyas y para el coleccionismo de algunas personas. Esta práctica no sólo reduce la biodiversidad de especies, sino que también atenta contra los ecosistemas marinos más importantes de los océanos.

Por ello, durante la conferencia “Nuestro Océano” celebrada el 14 de abril del 2022 en Palau, Oceanía, expertos señalaron que es urgente actuar para rescatar los arrecifes de coral del mundo. Durante dicho evento, la UNESCO se comprometió a priorizar la atención de 19 de los 29 arrecifes incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial.

Dichos arrecifes están en peligro de extinción y se encuentran en los países de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá y México. Además integrantes del Fondo Mundial para los Arrecifes de Coral, hacen un llamado para poner especial atención en que todos estos arrecifes están en la región de latinoamérica.

Más ecológico que los entierros convencionales

Cuando un cuerpo comienza su descomposición se embalsama para conservarlo en buen estado y se utilizan diferentes sustancias como el alcohol, metanol y formaldehído, dos compuestos altamente tóxicos para el ambiente.

De acuerdo con datos del Green Burial Council de Estados Unidos, cada año la Tierra se contamina con más de tres millones de litros de formaldehído y más de mil 300 toneladas de cemento (proveniente de lápidas), así como 13 mil 600 toneladas de acero y otros metales provenientes de los féretros.

Además, según señala la People´s Memorial Association, una cremación representa el mismo uso de energía y genera las mismas emisiones de carbono que dos tanques de gas de un automóvil promedio.

Otras iniciativas

Convertirse en un arrecife de coral después de partir no es la única opción que existe hoy en día para marcharse sin contaminar.

Otra de las innovaciones que se han logrado en este ámbito son los ataúdes con hongos biodegradables, creados por Loop Biotech, una startup holandesa.

Estos están fabricados con micelio, una estructura de hongos que aparenta una raíz con textura de hilo. El ataúd entero está compuesto de hongos y fibras de cáñamo recicladas. Gracias a la naturaleza de sus materiales y a la rapidez con la tierra los absorbe, los ataúdes se degradan de forma natural en menos de dos meses.

A diferencia de los tradicionales que pueden pesar entre 60 y 120 kilos, los que están hechos de hongos pesan alrededor de 30 kilos porque no requieren tantos materiales para su fabricación.

Otra de las iniciativas que la empresa ofrece es una urna hecha con los mismos materiales, la cual también puede ser enterrada debajo de una planta o huerto para brindar nutrientes a la naturaleza está emergiendo.

“Para impulsar este tipo de iniciativas se debe de cambiar el lente con el que las vemos y redireccionar nuestros intereses como seres humanos y como seres vivos que quieren seguir cuidando el planeta aun después de que partamos de él”, añade Roberts.

José Carlos Román | El Sol de México

Publicidad

Trends

Publicidad