El velerista Jason Carroll navega contra viento y marea

Para el velerista estadounidense Jason Carroll, quien recientemente rompió récord junto con su equipo el MOD70 Argo en la RORC Caribbean 600, practicar el velerismo no sólo se necesita fuerza, si no una gran pasión y concentración mental que se logra después de años de entrenamiento.

“La navegación de altamar tiene varios significados para mí. Como en cualquier otro deporte, es una competencia en variados niveles. Siempre te lleva a varias preguntas: ¿Puedes físicamente manobrear tu bote mejor a como lo hacen tus oponentes? ¿Puedes entender el clima y el entorno mejor que tus contrincantes? ¿Puedes manejar el riesgo que inevitablemente enfrentas mejor que ellos? Al responder esto, te das fuerza a ti mismo, a tu equipo y a tu bote llevándolo al extremo de lo que este último pueda aguantar”, dice Carroll.

La RORC Caribbean 600 recorre esa cantidad en millas desde el Norte de Antigua hasta la Isla de Saint Martin, luego a Guadalupa, pasando alrededor de 11 islas de las Pequeñas Antillas para volver a Antigua.

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Jason Carroll comenta que son diferentes sensaciones las que se viven al estar en medio de la nada y dejando que el viento haga su labor.

“La navegación de altamar también es meditación. Estas totalmente aislado de las distracciones normales de la vida. El mundo entero se comprime a tu bote, tu equipo y todo lo que va sucediendo a tu alrededor.

“En los momentos de menor intensidad dentro de la competición, es una buena oportunidad para meditar”.

Jason Carroll habla sobre sus inicios en el mundo del velerismo, siendo su papá quien lo motivo para enfrentar cada reto.

“De niño, aprendí a navegar un 8ft, bote de remos, al cual mi padre y abuelo le agregaron un mástil. Ellos me dieron un par de lecciones y me dejaron suelto en la bahía.

Fue divertido tener esa experiencia y no fue hasta años más tarde cuando aprendí que algunas personas navegaban para ganar, y no solo por diversión como así yo lo creía”, señala al invitar a las nuevas generaciones a conocer más de esta actividad.

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“La navegación viene en todas las formas y tamaños. Se requiere muchísima preparación, experiencia y tolerancia. Miro hacia delante para darle esa experiencia a mis hijos y quizás a mis nietos. Puedes participar en la navegación a cualquier edad. Puedes competir, desafiarte a ti mismo en muchas otras formas, o puedes simplemente, disfrutar la experiencia”, agrega.

Gerardo León / El Sol de México