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Seguridad

El Ejército Mexicano es el único que protege a la tortuga en Guerrero

Realiza recorridos nocturnos en el litoral de Acapulco y Coyuca para recolectar la mayor cantidad de huevos para su rescate en un campamento tortuguero en las instalaciones del 68 Batallón de Infantería

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Foto: Abraham Martínez

ACAPULCO, Guerrero. Para los integrantes del Ejército Mexicano, la tarea es titánica al intentar conservar la tortuga marina en sus diversas especies que desovan en el litoral costero, desde Acapulco hasta Coyuca de Benítez, pero la satisfacción que les deja la sonrisa de los niños al liberar a los pequeños quelonios, es una recompensa enorme.

Dentro de las instalaciones del 68 Batallón de Infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se encuentra un campamento tortuguero donde se crían y posteriormente liberan los quelonios que cada día militares recolectan como huevos, al caminar entre 35 y 40 kilómetros las playas de Pie de la Cuesta y Barra de Coyuca.

Diariamente, el personal del Ejército Mexicano realiza recorridos nocturnos de 10:00 de la noche a 05:30 de la mañana recolectando la mayor cantidad de huevos para su rescate.

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El Cabo de Infantería, Roberto Quiroz Pérez, informó que el principal objetivo de cuidar a los quelonios es para que futuras generaciones tengan la oportunidad de conocerlas.

En sus recorridos nocturnos durante la temporada alta de desove que comprende de julio a octubre, los militares recogen alrededor de 30 nidos que equivalen de dos mil 800 a tres mil huevos.

El producto es desenterrado de manera cuidadosa para no ponerlo en riesgo de no nacer y posterior a ello se colocan en una bolsa de plástico para trasladarlos a su playa de anidación.

Los cabos del Ejército realizan un nido artificial en la arena, similar al de la tortuga, con una medida de 45 centímetros de profundidad en forma de cántaro, “abajo redondo y de arriba como un cuellito”, describió Quiroz Pérez.

Dijo que protegen a tres especies de tortugas: golfina, la cual tarda un periodo de incubación de 45 días, laúd incuba 60 días y la tortuga prieta o negra 50 días; una vez que cumpla su ciclo nacen las tortugas y son liberadas al mar.

El 68 Batallón cuenta con programas de liberación de tortugas, donde alumnos de diferentes niveles de educación se han dado cita para conocer a las tortugas que se encuentran en peligro de extinción y a su vez concientizarlos sobre su vida y respeto que merecen.

Por ello, la posesión y tráfico de huevos de tortuga marina es tipificado como un delito federal contra la biodiversidad y a quien se le asegura este producto puede tener una condena de entre 1 a 9 años de prisión.

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En el campamento se cuenta con un criadero de tortugas de agua dulce, las cuales les han sido donadas, son de aspecto didáctico para que los visitantes conozcan las diferencias y características de cada una, transferencias directas y transmisiones que tienen las aletas.

Sin embargo, por el confinamiento de la pandemia del Covid-19, estas visitas grupales han quedado suspendidas por el gran número de afluencia.

Los tres tipos de especies que el Ejército Mexicano resguarda son: la tortuga laúd, es la única representante de la familia Dermochelyidae. Es la tortuga más grande del mundo, podría llegar a tres metros y pesar 800 kilogramos, aunque la media está en unos dos metros de longitud y 500 kilogramos de peso.

Su coloración es predominantemente oscura, casi negra, con unas manchas blanquecinas dispersas más abundantes en el cuello, la zona ventral y en las aletas. Las crías prácticamente negras presentan los bordes de las aletas de color blanco.

La tortuga golfina adulta mide entre 55 y 80 centímetros de longitud y pesa de 35 a 50 kilogramos. Las crías registran apenas unos 28 gramos de peso y hasta cuatro centímetros de longitud durante sus primeros días de vida. El color de su anatomía externa se observa más oscuro que el de los adultos; tanto el caparazón como el borde de las aletas mantiene un tono entre azul y gris.

Las tortugas negras son reptiles omnívoros que comen moluscos, crustáceos, esponjas de mar, algas y lechos marinos. Su comida principal son las algas, esto se ve más marcado en su etapa adulta pero a edades tempranas su menú es variado para complementar su alimentación.

Entre sus características denotan una cabeza chata y un caparazón ovalado. Las crías de esta especie tienen un tono dorsal café oscuro mientras que las adultas una tonalidad negra, dato que les otorga el nombre de tortugas negras o prietas.

El Ejército hace un llamado a cuidar y preservar estos animales marinos, ya que por la depredación del hombre se encuentran en peligro de extinción y piden hacer conciencia para proteger su vida y continuar reproduciéndose a fin de que generaciones futuras puedan conocerlas.

Heidi Nieves | El Sol de Acapulco

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