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¡Por si acaso! Bóveda del fin del mundo supera el millón de muestras de semillas almacenadas

México aportó con semillas para resguardarlas en la bóveda del fin del mundo en caso de una catástrofe mundial

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La bóveda del fin del mundo ubicada en Noruega ya supera el millón de semillas que tiene almacenadas tras la recepción de un nuevo cargamento de vegetales.

El nombre oficial de este lugar es Banco Mundial de Semillas o Bóveda Global de Semillas de Svalbard (Noruega), y la nueva cantidad de vegetales es un hito ya que es la mayor desde que se inauguró hace más de una década.

El Gobierno noruego, el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos y el Banco Genético Nórdico impulsaron este proyecto que culminó en febrero de 2008 que culminó con su paretura.

En el lugar se resguardan parte de las semillas que existen en el mundo en caso de una catástrofe mundial.

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El nuevo número de semillas almacenadas es relevante para la sociedad en la que actualmente se vive la pandemia del coronavirus y el incremento en las temperaturas derivadas del calentamiento global.

El Svalbard Globale Frøhvelv (nombre oficial de esta instalación, en noruego) es un almacén o depósito de seguridad -construido en una cueva excavada en una montaña- para la conservación de muestras de semillas de cultivos alimentarios para protegerlos frente a fenómenos como el cambio climático.

Representantes de 36 organizaciones de 33 participaron en la ceremonia celebrada en el exterior de la bóveda para la recepción de este nuevo cargamento de semillas con el que se supera la barrera del millón de muestras.

México y su aportación a la bóveda del fin del mundo

Entre las instituciones que han participado en esta nueva aportación, compuesta por más de 60 mil muestras en total, figuran el colombiano Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), que ha donado esta vez variedades de guisante de mariposa, trébol, sorgo y frijoles.

De México, el  Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y de Perú el  Centro Internacional de la Papa (CIP) también han participado en la nueva ronda de depósitos, al igual que la Universidad de Costa Rica, que aporta variedades de tres especies de arroz nativo, incluyendo dos salvajes.

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La bóveda del fin del mundo se encuentra excavada a 130 metros de profundidad en una montaña de piedra arenisca, situada a las afueras de la localidad de Longyearbyen, la bóveda “del fin del mundo” es impermeable a fenómenos como la actividad volcánica, los terremotos y la radiación.

Las semillas están almacenadas a 18 grados bajo cero y en caso de fallo eléctrico, el permafrost ártico (capa permanentemente helada) del exterior actuaría como refrigerante natural.

Pero los efectos del cambio climático han empezado a notarse también en el Ártico, lo que obligó a realizar el año pasado una mejora de las instalaciones, tanto en su estructura como en materia de seguridad, en previsión de un clima más cálido.

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