Fue consciente la compra de último minuto del boleto de la rifa del avión presidencial José María Morelos y Pavón

¡Viva México!… ¡Viva! Ayer 15 de septiembre, hice una compra consciente en una venta de pánico para la rifa del avión presidencial.

Media hora antes de que dejaran de vender los boletos para la rifa de cien premios de 20 millones de pesos cada uno en la Lotería Nacional conseguí uno, luego de superar una fila en unos 20 minutos.

A las 15:30 horas llegué al edificio central de la Lotería. En una pantalla debajo de una carpa estaban transmitiendo ya el inicio de la ceremonia y con potentes bocinas atraían a los últimos compradores. Emociones artificiales. Sueños y más sueños.

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En uno de los dos puestos aledaños, donde venden cachitos o series completas para los sorteos tradicionales, aún tenían boletos para la rifavión. Los últimos.

“Los últimos”, decía la vendedora que tenía seis boletos en mano. Un hombre compró cinco sin dudar y yo casi arrebato el “huerfanito”, el que quedada, pero me contuve y otro hombre lo agarró y pagó luego-luego: 500 pesos en un billete y de los nuevos.

Entonces me percaté que había una fila para seguir comprando en un edificio oficial frente a la Lotería y me formé guardando mi sana distancia, misma que poco le importó a quien estaba detrás (para alejarla me movía de un lado para otro, pero ella seguía mis pasos sin dejar de ver su teléfono móvil).

Comprar un boleto fue una decisión tomada luego de varias semanas. Este martes la meta era:  si hay compro uno (por la tarde miré en Twitter que, en la víspera, don René Bejarano puso una foto con diez boletos en la mano y escribió: Buenas noches !! Apoyemos la iniciativa del Presidente @lopezobrador_ para la rifa del avión presidencial, que se llevará a cabo el 15 de Septiembre del 2020 #LoteríaNacional #CdMx #México @lotenal).

Luego de hacer una operación en un cajero bancario caminé varias, varias, cuadras con esa tranquilidad que da la desesperación de obtener algo. Muchos puestos de lotería estaban cerrados y me preguntaba si cerraron hoy temprano o cerraron hace semanas cuando las calles estaban vacías por la pandemia.

Cada paso, cada duda.  Cada paso, un recuerdo. Uno de ellos: Tuve oportunidad de estar arriba del avión dreamliner que se pensaba rifar originalmente, pero no volé.

Preciso: tuve oportunidad de estar arriba de él horas antes de que se lo llevaran al hangar estadunidense que lo resguardaría mientras se vendía. Hoy se sabe que no se vendió y no creo que se venda.

El asunto es que el domingo dos de diciembre del 2018, en el hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), abrieron las puertas del avión a los medios. La aeronave no tenía ni un accesorio, por lo que no pude mirar nada de esos excesos lujosos que se pregonan. Por ahí guardé una de las fotos de la ocasión.

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Y así, sin querer, llegué a la glorieta de Colón en Reforma y una vendedora me dijo: en la Lotería todavía hay boletos, apúrate. No me apuré y seguí a mi ritmo.

En esos últimos pasos llegaron a mi mente las imágenes fuera y dentro de un hospital de diciembre del 2017. ¿Quién puede negar carencias? El objetivo final de la rifa era el impulso. Sí, hay otras opciones. Hoy fui con la del día.

Y, por supuesto, tengo varias objeciones al actual gobierno. ¡Suerte!

Por Alejandro de la Rosa