Donald Trump le dará la batalla en la carrera presidencial a Joe Biden

Hay un importante debate en México sobre que le conviene más a nuestro país, que gane las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020: El republicano Donald Trump o el demócrata Joe Biden, la balanza se inclina a que es mejor que gane el segundo. Pero es seguro que el actual presidente de Estados Unidos no va a tirar la toalla, así como así, para complacernos.

Se realizó la Convención Nacional Republicana y Donald Trump hizo apariciones diarias de alguna u otra manera. El primer día, acusó a los demócratas de tratar de robarse la elección con la crisis sanitaria de coronavirus (Covid-19), como si ellos tuvieran la culpa de lo que él dejó de hacer, incluso considera que un fraude electoral se cocina a través del voto por correo. Se esperan un poco más de 60 millones de sufragios por esta vía.

La convención presentó el pasado martes un video donde el presidente encabeza una ceremonia de naturalización de cinco personas y les da la bienvenida a Estados Unidos. Por supuesto no pronunció sus políticas extremas en contra de la migración, de hecho, la reunión republicana no le dio tanto eco al tan cacareado muro.

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Pero no olvide que estamos en tiempos electorales y el voto latino puede ser definitorio en las próximas elecciones (32 millones de posibles votantes), según las estimaciones republicanas. Donald Trump tiene asegurado 30 por ciento del voto latino,  lo cual es altamente posible, sobre todo, en los sectores conservadores.  

La investigadora Shannon O’Neil considera que habrá una posible nueva crisis migratoria conforme se transforma el perfil de los migrantes: cada vez más mexicanos, jóvenes, varones y solos, que huyen de la crisis económica en México por la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus, mucho más severa que en Estados Unidos. Si los números siguen creciendo, es casi imposible que Trump no utilice el tema migratorio, además es su preferido.

La idea de la Convención Nacional Republicana fue dar un giro a la imagen de Donald Trump, sobre todo, en los traspiés que ha tenido con su forma de enfrentar las manifestaciones contra los abusos policiacos hacia las minorías, mostrando a un mandatario de la ley y el orden.

Como un jefe de gobierno que está revirtiendo los daños económicos que dejaron las cuarentenas por la pandemia del Covid-19 (un millón 100 mil desempleos al corte del 15 de agosto). 

La verdad es que los temas centrales que le interesan a México son la relación bilateral, la comercial, la de seguridad y la inmigración legal e ilegal, en algunos de esos rubros Estados Unidos y nuestro país se han logrado poner de acuerdo. Por ejemplo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador contuvo los flujos migratorios centroamericanos como lo exigía Trump.

Además, los cabildeos diplomáticos mexicanos frenaron la cancelación del programa DACA, que protege a los dreamers (jóvenes de origen mayoritariamente mexicano que llegaron a EU cuando eran niños).

También se aceptó la renovación del tratado trilateral, al que se suma Canadá, y que en buena medida fue una promesa de campaña en 2016 del presidente estadounidense. 

El primer viaje al extranjero que realizó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador fue a Estados Unidos para la firma del T-MEC y eso no fue bien visto entre los demócratas.

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Según los analistas políticos, la visita de Andrés Manuel López Obrador puede ser una herramienta electoral muy importante para Donald Trump. El millonario encargado de la Casa Blanca aprovecha el recién firmado acuerdo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos, son dos de sus cartas internacionales más fuertes para la campaña.     

Los demócratas apuestan porque el nuevo tratado comercial cumpla al pie de la letra en dos rubros: los sueldos de los trabajadores y las políticas ambientales. 

Se habla de que Joe Biden tiene un amplio bagaje en materia de política exterior, porque cuando fue el vicepresidente de Barack Obama tuvo oportunidad de conocer más de cerca la realidad latinoamericana y que apuestan por una reconformación de las política migratoria de Estados Unidos.

Biden ha expresado en meses anteriores que, de convertirse en el próximo Presidente, una de sus prioridades será viajar a México, pues nos guste o no, existe una natural vecindad que nos obliga a mantener una fuerte relación de dependencia, que va desde asuntos migratorios, pasando por seguridad, hasta la lucha contra el tráfico de drogas, problemas de larga data que nunca han podido ser erradicados.      

En el plano de la seguridad, es donde más trabajo pendiente hay, pese a que México extraditó al Joaquín Guzmán Loera “Chapo”, uno de los capos de la droga más buscados por Estados Unidos y que fue sentenciado a cadena perpetua, pero el magnate inmobiliario culpa a México de la epidemia de opioides que azota a EU, seguramente esa será otras de sus banderas en la campaña de reelección.

Lo cierto es que la campaña electoral apenas está tomando vuelo, y el mandatario republicano todavía tiene en la chistera muchos recursos –pese a que según él su homólogo mexicano es su “amigou”– como el argumento de que gracias al muro que él ha levantado se han logrado frenar los contagios de México hacia EU, sin tomar en cuenta que ellos son el país más contagiado del mundo.  

En este sentido, el gobierno mexicano ya ha fijado una postura de no confrontación con Trump, lo que le da manga ancha para utilizar sus argumentos despectivos cuantas veces sea necesario, al fin que no le vamos a reclamar nada.

También es altamente posible que el republicano utilice la crisis de los opioides que vive EU en su campaña, ya que afecta una de sus bases de apoyo más importantes: los varones blancos de más de 60 años sin título universitario. 

Hay un tema que está creciendo en medio de las sombras energéticas, la lista de empresas estadounidenses y canadienses en el ramo crece con litigios en México por nuevas disposiciones o decisiones tomadas por el actual gobierno en esa materia. Ahí Trump tiene otra veta que explotar, pero seguramente las va a ir dosificando a como mejor le convenga.

Que no le quepa la menor duda que la Convención Republicana, no fue nada, de lo que Trump sacará de la chistera para no perder la Presidencia que tanto le costó ganar y que su hijo Trump Jr, desde ya, anhela tener algún día. Se dice que Donald Jr es más trumpista que el mismo Trump, ¿se lo imagina?

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