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La Opinión

El Covid-19 abre el camino para la oposición en 2021

Se está constituyendo una incipiente oposición en contra de Andrés Manuel López Obrador, que es impulsada por gobernadores del PAN, el CCE y Coparmex

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Jacques Coste
El líder de la Coparmex, Gustavo de Hoyos sostiene un discurso mucho más duro y crítico en contra de AMLO.

Después de la arrolladora victoria electoral de Morena en 2018, los partidos de oposición (PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano) quedaron debilitados por la ausencia de liderazgos fuertes, el desastroso resultado en las urnas y la pérdida de credibilidad tras un sexenio repleto de escándalos de corrupción.

Por eso, hasta hace poco, la hegemonía de Morena parecía incuestionable. Sin embargo, la crisis del Covid-19 está erosionando el poder presidencial, diluyendo la viabilidad del proyecto político lopezobradorista y golpeando la popularidad de AMLO. 

Al mismo tiempo, se está constituyendo una incipiente oposición que aún permanece focalizada en ciertos organismos y en ciertas regiones del país.

Lee: Coparmex no es una oposición a López Obrador: Gustavo de Hoyos

¿Es posible que esta incipiente oposición aproveche la actual coyuntura para articular una alternativa política al lopezobradorismo con verdaderas posibilidades electorales?

Es una pregunta difícil de responder. Por el momento, la principal oposición está gestándose en dos frentes que permanecen, en buena medida, aislados entre sí: los gobiernos estatales y los organismos empresariales.

Durante las últimas semanas, los gobiernos estatales han cuestionado la respuesta del Ejecutivo federal ante la pandemia, así como sus cifras de contagios y sus previsiones futuras.

Además, varios gobernadores han implementado medidas más estrictas que las establecidas desde Palacio Nacional o se han anticipado a las directrices de la Secretaría de Salud.

Lo sorprendente es que los mandatarios estatales que se han comportado de esta manera pertenecen a todos los partidos, incluido Morena.

Por ejemplo, el gobernador morenista de Baja California, Jaime Bonilla, puso en tela de juicio las cifras y las previsiones del subsecretario Hugo López-Gatell, a quien acusó de “mentir y manipular”.

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Si bien algunos gobernadores morenistas han asumido esta posición ante las autoridades federales, aún no cuestionan el liderazgo ni la capacidad del presidente López Obrador.

Pero los mandatarios locales de oposición han sido más vehementes en sus reclamos y han denunciado la intransigencia económica de AMLO, quien se niega a elevar el gasto público y apoyar a la iniciativa privada para paliar los efectos económicos de esta crisis.

Incluso, varios gobernadores están implementando medidas propias de política económica y fiscal con estos fines, como el aplazamiento o la condonación del impuesto sobre la nómina a las empresas que operan en esas entidades.

Tres gobernadores que han confrontado al gobierno federal de manera especialmente visible son Silvano Aureoles (PRD, Michoacán), Enrique Alfaro (Movimiento Ciudadano, Jalisco) y Jaime Rodríguez Calderón (independiente, Nuevo León).

Sin embargo, las acciones de estos y otros gobiernos estatales aún son esfuerzos aislados.Los gobernadores que sí han actuado de manera concertada y conjunta son los del PAN.

La Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN) envió una carta al presidente López Obrador con una serie de propuestas para amortiguar los efectos económicos del Covid-19.

La misiva, firmada por todos los gobernadores panistas, propone un Programa de Emergencia Económica, el cual consiste en siete propuestas: 1) estímulos fiscales, 2) financiamiento a las MiPyMes, 3) ingreso básico solidario, 4) incremento extraordinario al presupuesto de los estados y municipios, 5) agilizar el pago a proveedores del gobierno, 6) posponer la entrada en vigor de las reglas de producción establecidas por el T-MEC y 7) apoyar al sector turístico.

En el mundo empresarial, también se están alzando diversas voces que le exigen al presidente López Obrador que reconsidere sus políticas económicas, aumente el gasto público en este período de crisis y brinde apoyos fiscales a las empresas de todos los tamaños.

El problema es que los empresarios están muy divididos entre quienes buscan acercarse al presidente por medio de la conciliación y el diálogo (como ha ocurrido desde el principio del sexenio) y quienes están hartos de que AMLO los oiga, pero no los escuche.

El caso más claro de estas diferencias entre los organismos empresariales es el del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Coparmex.

El líder del CCE, Carlos Salazar Lomelín, se presenta como un personaje cercano a AMLO, es muy cauto al hablar de los desencuentros entre el empresariado y el presidente, y pretende continuar con una política de diálogo. 

El líder de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, sostiene un discurso mucho más duro y crítico contra el gobierno federal y se presenta más como un opositor que como un aliado del presidente.

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Además, varias cámaras industriales estatales o grupos empresariales regionales han cuestionado la legitimidad de estos organismos nacionales y hay varios empresarios que se “van por la libre” y mantienen su propia relación con el presidente López Obrador, como es el caso de Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego y el Grupo Monterrey.

Así, la respuesta empresarial ante el gobierno luce poco cohesionada. Sin embargo, el CCE lanzó una convocatoria abierta a todos los interesados de los sectores público, privado y social para construir un Acuerdo Nacional para lidiar con los efectos de la pandemia.

Habrá que ver cuánto arrastre tiene este llamado y quiénes se adhieren a la iniciativa durante los próximos días.

En resumen, la oposición permanece focalizada y poco articulada, pero la carta de los gobernadores panistas y la convocatoria del CCE pueden ser los primeros esbozos de un programa político alternativo al de López Obrador.

Como ocurrió con el neopanismo de los años ochenta y noventa, parece que nuevamente una coyuntura está uniendo las prioridades y las agendas del PAN y de los empresarios. De nueva cuenta, esto está ocurriendo en los estados y no en el centro de la República.

Por el momento, parece que una alternativa de oposición podría surgir de esta alianza entre algunos grupos empresariales importantes y el panismo.

Algunos gobernadores de partidos de oposición están ganando visibilidad en medio de esta  crisis, por lo que se podrían posicionar como opciones electorales viables para el Congreso Federal en las elecciones intermedias de 2021 o incluso como aspirantes presidenciales rumbo a la todavía lejana elección de 2024.

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