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La Opinión

La sequía es una problemática bilateral entre México y Estados Unidos

La sequía no tiene vestigios de cambiar en el corto plazo, por lo que México y Estados Unidos deben desarrollar nuevas políticas

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La relación bilateral entre Estados Unidos y México es muy compleja, la frontera entre ambos países mide 3,169 kilómetros de longitud y casi del mismo tamaño son las problemáticas, como la sequía. Hoy los efectos del cambio climático ya pusieron en el primer plano lo que será uno de los peores problemas, el reparto del agua.

La migración, el narcotráfico, las armas, la seguridad y la relación comercial se roban la atención de los gobiernos, pero la creciente sequía está proliferando una nueva crisis de agua, que por el momento se considera controlada. Pero parte de las medidas preventivas de EU son el bajar el envío del líquido a nuestro país.

Ante las condiciones de sequía severa que se registran en el oeste de Estados Unidos, en 2022 México verá reducido en 98.6 millones de metros cúbicos el volumen de agua del río Colorado que recibe cada año conforme al tratado bilateral de 1944 y del que depende el abasto público de Baja California.

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La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) México-EU indicó en un comunicado que se trata de la primera reducción desde la entrada en vigor del tratado bilateral. Los gobiernos pueden estar de acuerdo, pero los consumidores no, más si las autoridades de ambos países no tienen un plan B de abastecimiento para cubrir el déficit.

El artículo 10 del tratado establece que Estados Unidos tiene que asignar a México un mínimo de 1850 millones de metros cúbicos anuales de agua del río Colorado y sus afluentes. El mismo tratado prevé que México entregue 2,158 millones de metros cúbicos de agua del río Bravo por quinquenio a Estados Unidos.

El último ciclo quinquenal, que concluyó en octubre del año pasado, fue cubierto a marchas forzadas por el Gobierno mexicano, luego de un conflicto con productores agrícolas de Chihuahua que intentaron impedir el trasvase de agua a Estados Unidos.

Y es que el gobierno federal de Estados Unidos anunció que el lago Mead, el embalse más grande de ese país, operará en 2022 bajo históricas condiciones de escasez de agua impactando a dos estados del oeste y a México. El asunto ya es tratado por ambos gobiernos, pero si la sequía crece el problema tomará dimensiones importantes.

Las proyecciones surgen a partir del estudio bianual que analiza las condiciones de la cuenca del río Colorado que actualmente está a 40 por ciento de su capacidad, una reducción comparado con el 49% registrado en esta época en 2020. El río abastece en Estados Unidos a Wyoming, Utah, Colorado, Nevada, California, Nuevo México y Arizona.

El lago Mead es un reservorio ubicado en la frontera entre Nevada y Arizona, abastece a millones de personas en la región oeste del país y se encuentra en sus niveles más bajos desde su creación en la década de 1930.

Un punto que no puede dejarse de comentar, es que además los efectos del cambio climático que han provocado dos décadas de sequía extrema, hay otro fenómeno que abona a esa problemática, la migración.

En es sentido, México también tiene injerencia y posiblemente el resto de Latinoamérica, mientras más inmigrantes se siguen asentado en esa de Estados Unidos la demanda de agua es más alta, el problema es que difícilmente se pueden controlar los flujos de migrantes para tratar de dar un respiro a los altos consumos y demanda de ese líquido.

En 1900, la población total de los 16 estados y territorios al oeste del meridiano 100, considerado como el límite entre el este húmedo y el oeste árido, era de 11 millones. Para el año 2000, eran 91 millones. En 2020, eran 116 millones, pero los recursos hídricos son fijos y van en disminución.

En 2020, más de 12.5 millones de hectáreas en el oeste estaban bajo riego, lo que subió la presión sobre la limitación del agua.

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La semana pasada, el presidente Joe Biden designó a María Elena Giner para que lidere la Comisión Internacional de Límites y Aguas de Estados Unidos (IBWC), que es una agencia del gobierno federal que implementa los tratados de límites y aguas entre Estados Unidos y México, y brinda soluciones binacionales cuando surgen problemas relacionados con los ríos, el saneamiento, la calidad del agua y el control de inundaciones en la región fronteriza.

A nivel mundial, 800 millones de personas están en riesgo de vivir una crónica escasez de agua debido a la sequía provocada por el aumento de 2ºC de temperatura, de acuerdo con un informe de expertos del clima de las Naciones Unidas.

El problema no es de índole bilateral, más bien mundial y tiende a agudizarse la crisis por la falta de agua, sobretodo si los países con alto consumo de combustibles fósiles cambian esa tendencia, un asunto que en el corto plazo difícilmente sucederá, pero que debe de llevarse a cabo para frenar la escasez mundial de agua.

Para México y Estados Unidos ya no hay vuelta atrás, la sequía no tiene vestigios de cambiar en el corto plazo, más bien ambos gobiernos deben desarrollar nuevas políticas y revisar los acuerdos de agua, para tratar de subsanar el consumo y envío del líquido.

Para la crisis sanitaria que vive el mundo, incluidos México y Estados Unidos, existe ya la vacuna anticovid, pero para llevar un vaso de agua hasta su mesa la situación puede no ser tan sencilla en el corto plazo por la sequía. O usted ¿qué cree?

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