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El Extranjero

Nayib Bukele desafía a los políticos de Estados Unidos

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, se enfrenta al Caucus Hispano de Estados Unidos y la congresista Norma Torres

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El choque entre el Caucus Hispano de Estados Unidos y la congresista Norma Torres en contra del presidente de El Salvador, Nayib Bukele es una de las secuelas de la nueva crisis migratoria que enfrenta el gobierno de Joe Biden y, es sólo el principio, de una guerra de baja intensidad para tratar de bajar al mandatario salvadoreño, quien ha roto los esquemas de la política tradicional.

A finales de marzo, la legisladora demócrata Torres, de origen guatemalteco y la única centroamericana miembro del Congreso de Estados Unidos, rogó al gobierno de Biden limitar “severamente” la asistencia económica a los gobiernos de Centroamérica –también llamados países del Triángulo Norte–, en los que acusó de “corrupción” y “mala gobernanza”.

En aquella ocasión Torres dijo que, en El Salvador, “el presidente Bukele usa su influencia para desacreditar procesos e instituciones democráticas legítimas”. El mandatario reaccionó y pidió a los latinoamericanos del distrito 35 de California a través de Twitter “no votar” por ella, en lo que parece una reacción lógica de toma y daca en contra de los políticos de Estados Unidos.

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“No trabaja para ustedes, sino para mantener a nuestros países en el subdesarrollo”, escribió Nayib Bukele en un tuit, tras un polémico intercambio de mensajes con Torres. Hay que recordar que Biden anunció una partida de 4 mil millones de dólares para Guatemala, Honduras y el Salvador, para atender y frenar los flujos migratorios hacia Estados Unidos.

Nayib Bukele, como sucede con muchos mandatarios en la actualidad, utiliza las redes sociales para defender sus posturas y eso no les pareció a los congresistas de Caucus Hispano de Estados Unidos, acostumbrados a ser los árbitros de la región y, dicho sea de paso, del mundo. ¿No cree usted?    

Ese bloque, que agrupa a 37 legisladores federales de Estados Unidos de ascendencia hispana, condenó lo que calificó como “ataques” contra una de sus integrantes, la congresista Torres, por los tuits publicados por Bukele, quien por cierto el mes pasado consiguió que su partido Nuevas Ideas tenga mayoría en el Congreso. En pocas palabras cuenta con el apoyo del pueblo salvadoreño.


El Caucus fue más allá al señalar que “desafortunadamente, los ataques personales contra la congresista Torres sólo sirvieron para minar sus esfuerzos para construir una relación entre Estados Unidos y El Salvador que beneficie a la gente de ambos países”.

Pero, ese pronunciamiento es de dientes para afuera, nunca ha sucedido nada en el Congreso estadounidense que cambie las tendencias o frene los flujos migratorios. Todos han sido puros paliativos.

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El Caucus también consideró “totalmente inapropiado que un líder extranjero (Nayib Bukele) interfiera en las elecciones al Congreso de Estados Unidos”, luego de que el mandatario salvadoreño pidió “no votar” por Torres, pero que tal si los papeles estuvieran al revés, nadie podría decir nada, la verdad es una apostura de doble moral.


Y la historia es testigo, en 1973 se consumó un golpe de Estado en Chile, con el apoyo de la estadounidense Agencia Central de Inteligencia, mejor conocida como la CIA. O que me dice usted de la Invasión de EU a Panamá en 1989: cómo la “Operación Causa Justa” que llevó a la caída de Manuel Antonio Noriega y la desaparición del ejército en el país centroamericano.  

La congresista Torres responsabilizó del drama migratorio en la frontera sur estadounidense a los gobiernos del llamado Triángulo Norte. Usó como ejemplo el video de la Patrulla Fronteriza que capturó el momento en el que contrabandistas de personas arrojan a dos niñas pequeñas por sobre el muro metálico que separa a EU de México.

Nayib Bukele cree que catalogar a El Salvador, Honduras y Guatemala como Triángulo Norte y considerar que todos están en la misma situación es un “plan reciclado” de 2014 que “no funcionó”, cabe señalar que es verdad que su forma de gobernar incomoda a la clase política de su nación, pero también a la del exterior.

“Cada día queda más claro que una política que piensa que existe un ‘Triángulo del Norte’ tiene CERO posibilidades de éxito. Menos si siguen confundiendo a El Salvador con Ecuador”, remarcó el mandatario.

Un punto de quiebre con Estados Unidos se dio cuando Bukele recibió, en septiembre de 2020, sendas cartas tanto de congresistas republicanos como de demócratas donde manifestaban su preocupación por el deterioro constitucional que estaba viviendo El Salvador, luego de la toma militar de la Asamblea Legislativa.

En aquella ocasión, el mandatario buscaba expresamente presionar a los diputados para que aprobaran la negociación de un préstamo por 109 millones de dólares para poner en marcha la III Fase del Plan Control Territorial, cuyo objetivo es modernizar el equipamiento de las fuerzas del orden para que estuvieran mejor preparadas para combatir a las maras o bandas criminales que están bien armadas.

Pero las pandillas no sólo están en las calles, también por varios años se ha sabido cómo han permeado las esferas del poder, con el fin de seguir operando con toda impunidad, eso mismo y la ruptura de Bukele con los partidos tradicionales polarizó a los dos poderes.

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Los principios y valores democráticos están a la base de los tratados internacionales, pero deben ser respetados por ambos lados ya sea en el plano doméstico e internacional, para que puedan funcionar.

Con todo y su combatividad, Bukele, de 39 años, es a la fecha el político más popular en Centroamérica, una región plagada de corrupción y delincuencia y está rompiendo con los estereotipos de los viejos políticos y eso sin duda causa mucho ruido.

Según expedientes del Departamento de Justicia de Estados Unidos hechos públicos, El Salvador contrató el mes pasado al exsubsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Tom Shannon, para enfrentar a los numerosos críticos de Nayib Bukele.

El contrato de un año y 1.2 millones de dólares con Arnold & Porter, firmado el 25 de marzo por la oficina de Bukele, busca fortalecer las relaciones de El Salvador con Estados Unidos y las instituciones multilaterales, pero entonces no le parece extraño que el mandatario centroamericano haya rechazado reunirse con el enviado especial de EU para Centroamérica, Ricardo Zuñiga. O ¿usted qué cree?

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