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El Extranjero

Nicolás Maduro está convertido en un presidente invencible

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro ha sobrevivido a un golpe de Estado orquestado por la oposición y a la presión de Estados Unidos y la Unión Europea

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El presidente de Estados Unidos da una recompensa de 13 millones de dólares por Nicolás Maduro.

Quien parece que se hace cada vez más fuerte con el paso de la pandemia de coronavirus (Covid-19) es el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien anuló a su oponente Juan Guaidó y logró que su homólogo estadounidense Donald Trump considerara la posibilidad de una reunión. Por su puesto el anuncio fue lapidario para la oposición y para los miles de venezolanos que viven en Florida.

Con el apoyo de casi 60 países, Guaidó parecía el ungido para desenquistar el chavismo en Venezuela, pero sólo se convirtió en una víctima de Nicolás Maduro, quien con el paso del tiempo se ha especializado en anular a cuanto opositor se le ponga enfrente.

El heredero anuló a Leopoldo López, Herrique Capriles, Óscar Pérez y la extinta opositora Mesa de la Unidad  Democrática.

De poco valió la presión de los organismos internacionales, de casi toda Europa y América en 2019, para responsabilizar a Nicolás Maduro del éxodo de cinco millones de venezolanos por toda América Latina y España. Nicolás Maduro sigue firme y ahora reclama el oro que tiene Venezuela guardado en Inglaterra.

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Son 31 toneladas de oro, que están en el centro de una disputa legal entre el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Banco de Inglaterra. El monto está valorado en mil millones de dólares y están en las bóvedas de la institución inglesa y pertenecen a Venezuela, quien ahora quiere venderlos y usar los fondos para combatir la propagación del coronavirus en ese país, de acuerdo con la justificación del gobierno de Maduro.

El Banco de Inglaterra ha rechazado reiteradamente la solicitud venezolana. ¿La razón? La actual directiva del BCV responde al gobierno de Maduro y la institución británica ha expresado sus dudas sobre la autoridad de esa directiva, argumentando que Reino Unido reconoce como gobierno legítimo al del líder opositor Juan Guaidó, que es de lo poco que le queda al opositor en su resistencia.

Juan Guaidó tuvo varios intentonas, pero para la mala fortuna de la oposición en Venezuela, ninguna puso en verdadero riesgo al régimen de Nicolás Maduro.

Primero un fallido golpe de Estado se quedó sin el apoyo de la disidencia castrense –el fracaso los condenaba a la horca– y prefirieron abandonar al opositor.

Ese fue el primer punto de quiebre del alumno de Leopoldo López, quien durante 2019 tomó mucha fuerza en las calles, debido a una ola de carencias básicas, represión y la falta de empleo.

O la más reciente intentona de la oposición, encabezada por Juan Guaidó, de contratar a mercenarios para tratar de derrocar, matar o capturar al mandatario venezolano, pero también fracasó. Es posible que con este revés se hallan enterrado todas las esperanzas de sacar del poder a Nicolás Maduro, quien ante este triunfo tomó nuevas fuerzas y, por lo menos, hoy no se ve que algo lo pueda remover del poder.

Una versión de The Wall Street Journal establece categóricamente que Leopoldo López, el gurú de la oposición radical y de Juan Guaidó, se reunió con varios grupos de mercenarios para invadir Venezuela y derrocar a Maduro.

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El diario sostiene que López fue un “actor clave” en el diseño de la fracasada operación Gedeón, llevada a cabo a comienzos de mayo, en la que mercenarios ex militares venezolanos, junto con dos norteamericanos pertenecientes a la contratista militar estadounidense Silvercorp, intentaron realizar una incursión armada al país sudamericano.

Hace ocho años Maduro heredó la presidencia de Venezuela de manos de Hugo Chávez y, en ese tiempo, ha logrado perfeccionar su permanencia en el poder.

Nadie como Nicolás Maduro para evadir las sanciones que le impone Estados Unidos y la Unión Europea, cuando ha sido necesario ha recurrido al apoyo de los archirrivales estadounidenses comenzando por Rusia, China e Irán, este último le ha proporcionado petróleo.

Que reciba ayuda petrolera de Irán parece un asunto bastante extraño, tomando en consideración que Venezuela hace una década era considerado como uno de los principales importadores de este energético, pero la gallina de los huevos de oro se agotó por la  falta de reinversión y por la continuidad de las políticas de Chávez para abastecer, casi de manera gratuita, de petróleo a sus aliados.

Petróleo sí hay, lo que se perdió fue la mano de obra calificada, esa migró a Colombia y a México, y la infraestructura ya no goza de sus mejores días.

Pero todo esto, de verdad no le interesa al régimen de Maduro ese gobierno ha sido calificado por Estados Unidos como un narcoestado, ahí está el verdadero interés del régimen, en el que según la DEA está involucrado el ejército venezolano e incluso son reconocidos como el Cártel de los Soles.

El ejército venezolano tomó mucha más fuerza en el trasiego de drogas en la selva después de que, por algún tiempo la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se salieron del negocio, tras firmar un acuerdo de paz durante el gobierno de Juan Manuel Santos, quien luego fue reconocido con el Nobel de la Paz, pero esa es otra historia.

De hecho Trump por esta práctica le puso precio a la cabeza de Nicolás Maduro: 13 millones de dólares por su captura, la acusación es por narcoterrorismo.

El secretario de Justicia estadounidense, William Barr, señaló que el gobierno venezolano busca “inundar a Estados Unidos con cocaína” y ha enviado entre 200 y 250 toneladas de esa droga, lo que equivale, a 30 millones de dosis.

El más reciente dardo de Nicolás Maduro estuvo dirigido a la Unión Europea, luego de anunciar la expulsión de la representante europea en Caracas, Isabel Brilhante Pedrosa.

Ello provocó la reacción urgente de la Unión Europea, quien llamó a consultas a la embajadora de Nicolás  Maduro en Bruselas, Claudia Salerno, para tomar las “medidas necesarias habituales de reciprocidad”.

Pero qué cree usted, el mandatario venezolano se volvió a salir con la suya una vez más, y tras un acercamiento diplomático con la Unión Europea todo quedó en un amago, y con el renovado deseo de reforzar la cooperación en estos momentos difíciles por la pandemia. Le reitero Nicolás Maduro nunca pierde.

Nicolás Maduro había respondió a las sanciones que impuso la Unión Europea a 11 funcionarios venezolanos por su papel en los que considera actos y decisiones contra la democracia y el Estado de derecho en el país sudamericano.

Las personas agregadas a la lista de sanciones de la UE son responsables en particular de actuar contra el funcionamiento democrático de la Asamblea Nacional, retirando la inmunidad parlamentaria a varios de sus miembros, entre ellos a su presidente, Juan Guaidó.

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En el aluvión de amenazas e insultos lanzado por Maduro a la Unión Europea en su mensaje también sufrió capítulo propio a Jesús Silva, el embajador español en Caracas, a quien acusó de ser “cómplice del delincuente Leopoldo López”. 

En el guión propuesto por el heredero de Chávez, el diplomático español también habría participado en el desembarco de mayo en la costa de Macuto “desde la embajada de España en Caracas para asesinarme”, aseguró.

Se ve muy lejana la posibilidad de que Estados Unidos u otro país puedan quitar hoy del poder a Maduro, de hecho si lo pensamos es de los pocos mandatarios que no ha caído en las fanfarronadas de Donald Trump, por el contrario está dispuesto a dialogar con él, pero de igual a igual.

El chavista tuvo buenos maestros expertos en el tema, quizá el más importante y quien lo empoderó fue el fallecido Hugo Chávez, no hay que olvidar la instrucción que recibió de los hermanos Castro en Cuba. La pregunta es ¿Cuándo han podido doblegar al régimen cubano? La respuesta es fácil, nunca.

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