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Seguridad

El mundo en llamas: El costo ambiental de los incendios forestales

Los incendios forestales generan grandes toneladas de carbono negro.

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El mundo en llamas: El costo ambiental de los incendios forestales

Después de la ola de incendios que sufrió Australia entre 2019 y 2020, los incendios forestales tomaron relevancia en las agendas mundiales.

Mucho se habla de cuántas hectáreas se llevan o a cuáles comunidades que afecta, pero se le presta poca atención a las consecuencias que el medioambiente paga a causa de estos fenómenos.

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Por ello consultamos a algunos especialistas para que nos cuenten lo que pasa durante y después de los incendios forestales en términos ambientales.

La raíz del problema

Para comprender el riesgo que suponen los incendios forestales es necesario entender las razones por las que suceden.

Si bien sus causas van desde la caída de rayos o el aumento de la temperatura en la zona, el 90 por ciento son provocados por el hombre, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Forestal, CONAFOR.

Las condiciones climáticas actuales, como el aumento de la temperatura en el planeta, la velocidad y dirección del viento, así como el nivel de humedad en el suelo y la atmósfera, provocan que la mitigación de incendios forestales sea cada vez más difícil.

“La mayoría de los incendios son provocados por el hombre bajo demandas sociales y quienes los provocan buscan ejercer presión en sectores empresariales o gubernamentales”, explicó a El Sol de México Fidel Camacho, especialista en manejo de recursos naturales.

Estos fenómenos pueden ocurrir bajo cuatro contextos: accidentales (relacionados con percances automovilísticos, ferroviarios o con la ruptura de líneas eléctricas), negligencias (quemas no controladas o descuido de personas que visitan las zonas), intencionales (se dan bajo un conflicto de intereses) y naturales (caída de rayos o erupciones volcánicas).

“La gente ganadera tiene la creencia de que si quemas una extensión de tierra, para el próximo periodo va a rebrotar, pero esto solo es una creencia, porque no todos los suelos y plantas tienen la capacidad de recuperarse después de un incendio”, cuenta a este medio Alberto Almeraya, coordinador de reforestaciones en Naturalia.

Una de las razones más comunes por la que el sector ganadero y agrícola provoca incendios forestales es para hacer cambio de uso de suelo, el cual por sí solo representa daños para el medioambiente.

“Una de las prácticas de quema que se han llevado a cabo durante muchos años en México es Roza, tumba y quema, la cual consiste en quemar grandes extensiones de tierra para lograr abrir paso en las áreas naturales para los cultivos. Sin embargo, cada vez es menos recurrente”, explicó Camacho.

Consecuencias ambientales

Los incendios forestales generan grandes toneladas de carbono negro, uno de los contaminantes más dañinos para el medio ambiente, después del dióxido de carbono.

Además, contribuyen al derretimiento de los glaciares, ya que son fenómenos que en gran medida contribuyen al calentamiento global.

Según señala la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en su último Informe de Fronteras, la mayor consecuencia que tienen los incendios forestales en términos ecológicos es que las áreas que antes funcionaban como sumideros de carbono, se convierten en grandes fuentes de este compuesto.

Bajo este contexto, la principal afectación que las áreas naturales sufren después de un incendio forestal es la quema de su “piel”, es decir; su suelo y sus especies.

“La cuestión es que al quemar no solo te estás llevando la madera de los árboles o las plantas, sino también todo el material orgánico que forma parte del suelo o también llamado hojarasca. Este, cambia su ph cuando se convierte en ceniza y lo que provoca es que comience a romper la cadena de funcionamiento del ecosistema entero, ahí es donde comienza el problema”, alertó Camacho.

Aunado a ello, viene la erosión de los suelos, un proceso en el que pierde su capa superficial y sin ella, se convierte en una superficie inerte.

“Al tener un suelo erosionado, este pierde su capacidad de esponja de agua. Esto provoca que el agua pluvial ya no se absorba para nutrir los mantos freáticos y en su lugar, solo se va al drenaje, lo que se traduce en un desperdicio inmenso de este recurso”, añadió Camacho.

Sin embargo, el problema provocado por la falta de absorción del agua no se queda ahí y los especialistas nos cuenta por qué: “Para el momento en que llegan las fuertes lluvias, viene la erosión hídrica, la cual provoca deslaves y es ahí donde vienen los problemas de inundación, taponeos de drenaje y con ello pérdidas de infraestructura, materiales e incluso de vidas”, puntualizó Almeraya.

Y a todo esto, ¿qué pasa con las especies?

Tanto la flora como la fauna de los ecosistemas, son las principales víctimas de los incendios forestales, las cuales pueden sufrir de problemas que van desde su desplazamiento hasta su extinción.

“Cuando se genera un incendio forestal en un área, esta se puede comenzar a recuperar después de un tiempo. Sin embargo, si después de un periodo corto se vuelve a quemar, las pocas defensas que las especies sobrevivientes hayan podido tener, se pierden”, cuenta Camacho.

Pero, ¿cuáles son las consecuencias de estar bajando las defensas de estas áreas de manera constante?

“Cuando una planta o árbol se encuentra vulnerable atrae a su depredador, uno de ellos es el descortezador en pino, el cual llega, ataca a los árboles vulnerables y después actúa como plaga, la cual no solo comienza a consumir a otros árboles de la zona, sino que también afecta a los bosques aledaños de la zona”, puntualizó Camacho.

“Si una especie llegara a desaparecer por causas de quema de su ecosistema, va a traer un efecto dominó porque se va a llevar a varias especies consigo y aunque se diga que el incendio ya se controló, aun mucho tiempo después las especies del lugar van a seguir pagando las consecuencias”, añadió Camacho.

Por otra parte, algunos de los animales que también sufren las afectaciones por los incendios forestales son los utilizados para el ganado, ya que al consumir pasto en áreas donde ya hubo presencia de incendios, están consumiendo restos de ceniza y carbón, lo cual les puede provocar diarrea y en algunos casos la muerte de los animales.

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¿Incendios necesarios?

Aunque parezca algo increíble, algunos ecosistemas requieren de incendios para tener un desarrollo óptimo.

Estos son denominados Ecosistemas dependientes del fuego, los cuales requieren de incendios superficiales entre cada dos y 10 años.

El propósito es que se remueva una barrera de zacate o materia orgánica acumulada en la superficie para que las semillas de los nuevos árboles puedan tener contacto con el suelo mineral y así poder crecer.

Pero, no hay de qué preocuparse, las especies de estas áreas cuentan con cortezas gruesas y aislante que protege al bosque de las temperaturas letales del fuego. Muchas de ellas recuperan su follaje cuando parte de su copa ha sido afectada por el incendio.

“Bajo este contexto, los incendios en cierta medida no son malos. Hay algunas especies, una de ellas los pinos, que su semilla no germina ni brota si no suceden estos incendios o se cumple con ciertas temperaturas de calor. Pero por eso, se llevan a cabo los quemas controladas”, explicó Almeraya.

Uno de ellos es la prevención de incendios forestales dañinos para el ecosistema. Esto se hace quemando algunos de los componentes más vulnerables y secos de la zona para abrir paso a los organismos más jóvenes, lo que permite que el ecosistema pueda seguir prosperando.

Los responsables de estas gestiones forestales utilizan esta estrategia con el objetivo de mantener bosques y pastizales sanos a largo plazo.

“Hoy en día existen varias brigadas organizadas por voluntarios capacitados por las dependencias correspondientes para poder mitigar estos fenómenos”, cuenta Almeraya.

Algunas de las herramientas utilizadas durante estas brigadas, son las brechas cortafuego, con las que se rasca el suelo para delimitar zonas que los incendios forestales no deberán rebasar.

Actuar para apagar

En la actualidad existen grandes redes de brigadas para la prevención de incendios forestales, una de ellas organizada por la organización mundial World Wildlife Fund, quienes trabajan en conjunto con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.

Sin embargo, en México también hay capacitaciones para las personas interesadas en el tema. Estas son organizadas por la Comisión Nacional Forestal, CONAFOR.

En su sitio web, la dependencia publica convocatorias para capacitaciones gratuitas presenciales o en línea.

Además, brindan información diaria sobre el monitoreo y atención de incendios forestales a nivel nacional, así como algunos concursos para jóvenes y niños con los que buscan incrementar la conciencia forestal entre la población.

Algunas otras dependencias que cuentan con convocatorias para brigadas forestales son PROBOSQUE y la Secretaría del Medio Ambiente.

“Todos y todas podemos contribuir a disminuir esta problemática. Debemos involucrarnos y capacitarnos y dejar de delegar la batuta de la responsabilidad a otras personas. Hoy es el momento de actuar”, dijo finalmente Alberto Almeraya.

José Carlos Román | El Sol de México

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