:)

Inteligencia Artificial

Hace 50 años ocurrió el último viaje a la Luna con el Apolo 17

Published

on

Desde diciembre de 1972, la nave Apolo 17 realizó el último viaje tripulado a la Luna y desde entonces nadie ha regresado, a pesar de que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) había planeado 10 alunizajes tripulados, hasta la Apolo 20.

El 7 de diciembre de 1972, a las 12:33 am, despegó el cohete Saturno V. Como comandante estaba Eugene Andrew Cernan (1934-2017), en su tercer y último vuelo espacial. Había sobrevolado a la Luna en la Apolo 10.

Como piloto del módulo de comando “América”, Ronald Ellwin Evans Jr. (1933-1990), este fue su único vuelo espacial. Orbitó la Luna mientras sus compañeros descendieron.

Lee: ¿Qué tan bueno es cortarse el cabello en ciertas fases de la Luna?

Y, como piloto del módulo lunar “Challenger”, Harrison Hagan Schmitt (1935), también con un vuelo. Era el único geólogo astronauta, los demás eran pilotos. Estaba asignado a la Apolo 18, pero al cancelarla, la NASA decidió que al menos un científico debería viajar a la Luna y pasó a la Apolo 17.

Durante el viaje a la Luna, los astronautas realizaron un experimento para determinar los destellos luminosos que observaban al cerrar los ojos y con la cabina a obscuras. Se pensaba que eran causados por rayos cósmicos al atravesar el ojo. estos rayos son partículas ultraenergéticas, de las cuales se desconoce su origen.

La Apolo 17 llegó a la órbita lunar el 10 de diciembre. Al día siguiente, los astronautas Cernan y Schmitt emprendieron el descenso, mientras Evans permaneció en el módulo de comando. A las 2:55 pm del 11 de diciembre la Apolo 17 alunizó.

Los astronautas prepararon el equipo y descargaron el vehículo lunar. Por accidente Cernan rompió la salpicadera trasera derecha. Esto no modificaba la misión, solo que los astronautas quedarían cubiertos de polvo al trasladarse en el vehículo.

Después de colocar el paquete de experimentos ALSEP, partieron rumbo al cráter Steno-Apollo (no confundirlo con el cráter Steno), a 1.5 km. Ahí recogieron 14 kilos de rocas, tomaron siete medidas gravimétricas y colocaron dos explosivos, su detonación sirvió para probar geófonos y los sismómetros de otras Apolo. Realizaron también experimentos eléctricos en la superficie para determinar la densidad del suelo. En total, la expedición duró siete horas y 12 minutos.

Al día siguiente, el 12 de diciembre, los astronautas del Apolo 17 repararon con mapas y cinta adhesiva la salpicadera rota. Y se dirigieron al cráter Nansen, a 7.6 kilómetros, ninguna otra Apolo había viajado tan lejos.

Ahí repitieron los mismos experimentos del día anterior. Después, a unos dos kilómetros, en la Estación 3, Schmitt tropezó y cayó al suelo, algo peligroso porque pudo rasgar el traje y poner en riesgo su vida.

Lee: La luna Europa de Júpiter podría tener vida

Luego, a dos kilómetros, en el cráter Shorty, les llamó la atención el tono anaranjado del suelo, dado por unas extrañas cuentas con forma de lágrima, de tres mil 500 millones de años. Las cuentas son lava solidificada, expulsada en una erupción. Habían permanecido enterradas, hasta que hace 20 millones de años, un asteroide cayó creando el cráter Shorty y las arrojó a la superficie.

Después viajaron al cráter Camelot a otros dos kilómetros de distancia y regresaron al módulo de alunizaje tras siete horas y 37 minutos con 34 kilogramos de rocas.

Mientras tanto, desde la órbita, Evans fotografió la Luna, así como la corona solar. Evans reportó destellos en la superficie de la Luna, también vistos en la Apolo 16, sin que hasta ahora haya una explicación satisfactoria. En total, Evans pasó 148 horas en la órbita lunar, todo un récord. Evans se agotó tanto, que desde Houston no lograban despertarlo cuando llegaba “el día”.

El 13 de diciembre, los tripulantes del Apolo 17 exploraron la enorme roca Tracy del tamaño de una casa (nombre por la hija de Cernan). En el cráter Van Sergen recogieron 66 kilogramos de rocas, entre ellas, la más grande traída por ellos, de ochos kilos. Otra roca fue identificada como la roca lunar más antigua conocida. También recogieron una roca brecha, que dedicaron a un grupo internacional de estudiantes que recorría Estados Unidos. La roca se fragmentó en 70 piezas y se regalaron a las naciones de donde procedían los estudiantes.

Schmitt entró al Módulo Lunar y antes de hacerlo Cernan, dijo: “… Estoy en la superficie… me gustaría decir … que el desafío de Estados Unidos de hoy ha forjado el destino del mañana del hombre. Y, cuando partamos de la Luna, desde Taurus-Littrow, nos vamos como vinimos y, si Dios quiere, como regresaremos, con paz y esperanza para la humanidad“.

Tras siete horas y 15 minutos de actividad, descansaron. Al día siguiente despegaron y dos horas después alcanzaron a Evans. En total pasaron 75 horas en la Luna. El vehículo lunar había recorrido 30.5 kilómetros, y recogieron 114 kilos de rocas.

El 16 de diciembre, a 296 mil km de la Tierra, durante el regreso, Evans salió de la Apolo para tomar unos rollos de película instalados al exterior. Una de las salidas a mayor distancia de la Tierra que no se ha vuelto a repetir.

El 19 de diciembre, la Apolo 17 tuvo un feliz amarizaje en el Océano Pacífico, fueron rescatados por el USS Ticonderoga.

Hace 50 años, la Apolo 17 fue la última misión tripulada a la Luna y desde entonces ningún ser humano ha regresado.

Germán Martínez Gordillo | El Sol de México

Trends