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Ángel Saucedo Escobar es un marino altamirense que se hizo escritor

Fue abanderado de la ONU el 24 octubre de 1967 en Ciudad Victoria

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Foto: Ángel Saucedo

ALTAMIRA, Tamaulipas. El ingeniero mecánico naval, Ángel Saucedo Escobar, fue un marino trotamundos que además se dio el tiempo de incursionar como escritor emergente con sus cinco libros en los que dejó plasmadas historias y anécdotas que vivió durante su vida profesional, al recorrer gran parte del mundo.

En sus textos relata que uno de sus mayores retos fue cuando ingresó de gerente de Operaciones y Mantenimiento Marítimo de Cemex, con un alto cargo en la industria privada, donde administró 21 buques cementeros de México, España, Venezuela e Inglaterra, liderando el comité técnico marítimo y a 420 marinos de seis nacionalidades, donde logró la armonía en toda la flota.

Es originario de Lomas del Real y criado en Aquiles Serdán -ambos ejidos salineros y pescadores de Altamira-, nació en agosto de 1952, y vivió en estos ejidos hasta 1965.

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Posteriormente hizo lo que llama su “nostálgico brinco en su tejido social”, emigrando a Ciudad Victoria, donde curso la secundaria en la Escuela Industrial, institución pública premilitarizada, donde aprendió lo que es la puntualidad, disciplina, jerarquía y la grandeza de Tamaulipas.

De regreso a su tierra, en 1968, Saucedo Escobar decidió estudiar en la Escuela Náutica Mercante de Tampico, que en mucho se parecía a su secundaria donde encontró su vocación, graduándose como Ingeniero Mecánico Naval en julio de 1973.

“Obtuve el más alto promedio de mi grupo, lo que me permitió como pasante de Ingeniería escoger en la Industria Privada los más modernos buques del momento para viajar a Europa y a la costa del Pacífico”, contó.

De inmediato empezó a laborar en TMM en el más potente y veloz porta-contenedor “Monterrey”, navegando solo entre puertos de Estados Unidos y Europa, le siguió el “Puebla” y en Pemex en el tanquero “M. Moctezuma”, donde en 13 meses terminó sus prácticas y de inmediato hizo su examen profesional en 1974 y aprobado por unanimidad recibió felicitaciones especialmente de sus tutores y lugareños de sus ejidos; él se considera “el primer profesional de El Barranco”.

Su actualización dio pie a que el director de la Escuela Náutica Mercante de Tampico lo invitara muy joven a ser catedrático de tiempo completo, la cual ejerció con pasión durante 14 años.

Saucedo Escobar navegó en 12 buques mercantes, incluyendo los dos Buques Escuelas de México y el buque gasero de “Mundo Gas”, fue Jefe de Máquinas y con ello ascendió a 1er. Maquinista; fue pionero, en 1983, en la Universidad Marítima Mundial en Suecia, donde escribió su tesis “Cómo mejorar la Educación Náutica en México, utilizando su estructura y recursos humanos”.

Entre sus anécdotas cuenta que durante su paso por Cemex atendió a los dos buques gemelos cementeros “G. Elena” y “A. Paola”, ambos construidos en Alemania en los 80’s y que con bandera panameña era operados por Marinos Españoles, de quienes recibió su apoyo y afecto.

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“Me lleno de orgullo y satisfacción que con el crecimiento de Cemex, mi trabajo se amplió como inspector, auditor y hasta coordinador del Comité Técnico Marítimo de la flota de Cemex, viajando hasta cuatro meses por año; simultáneamente fui cofundador del Colegio de Marinos de Tamaulipas y su presidente de 1992 a 94″, resaltó.

Entre sus funciones como apoderado legal marítimo debía revisar y autorizar las facturas de reparación de los buques en astilleros de varios países, también con las empresas de tercería que contrataban a los marinos que eran españolas, hondureñas, venezolanas, filipinas, inglesas, mexicanas y hasta cubanas.

Actualmente, Saucedo Escobar, goza la jubilación ideal -título de su primera novela-, reflexiona y se le nublan sus ojos “porque, aunque tuve que pagar mi cuota de alejamiento de mi mujer e hijos, acepto que ese fue el destino que Dios me tenía deparado y lo hice con mi mejor intención, integridad y buena fe”.

Silvia Rangel | El Sol de Tampico

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