Vladimir Putin lleva a delante su sueño expansionista

Durante varios meses Moscú ha acumulado más de 190 mil efectivos militares y utiliza una política agresiva en la frontera con Ucrania, dando su apoyo a los separatista prorrusos del Donbas, aumentando la presión sobre su vecino exsoviético, lo que comenzó a desestabilizar Europa y abrió la puerta para que Estados Unidos protagonice una nueva guerra.

En las últimas semanas, los vertiginosos esfuerzos diplomáticos para disipar las tensiones no lograron llegar a ninguna conclusión, mientras el pasado fin de semana, Rusia mostró su poderío nuclear en nuevos ejercicios que encabezó el presidente Vladimir Putin junto con su aliado bielorruso Aleksandr Lukashenko, otro represor, un pájaro de cuenta para Occidente.

Moscú ha negado sistemáticamente que esté planeando un ataque, insistiendo en cambio en que el apoyo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Ucrania y una posible admisión a esta alianza constituye una amenaza creciente en el flanco occidental de Rusia, aunque Moscú un día si y otro también abastece a los rebeldes prorrusos.

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Una escalada en los bombardeos en el este de Ucrania y la explosión de un vehículo en la región del Donbas, controlada por los separatistas, ha aumentado los temores de que Moscú podría estar avivando la violencia para justificar una invasión, un modus operandi muy recurrente para Putin, por cierto un antiguo agente de la KGB.

La escalada en el conflicto de años entre Rusia y Ucrania ha desencadenado la mayor crisis de seguridad en el continente desde la Guerra Fría, levantando el espectro de un enfrentamiento peligroso entre las potencias occidentales y Moscú.

Además, Occidente no está dispuesto a permitir que suceda algo similar a 2014, cuando Rusia le quitó a Ucrania Crimea argumentando que los separatista prorrusos estaban en su derecho de elegir de quien ser parte, al mismo tiempo Moscú aseguró su salida al Mar Muerto, en lo que resultó una anexión clave para el negocio del gas.

Más de 190 mil soldados rusos ahora rodean Ucrania como una herradura por tres lados, según estimaciones de funcionarios de inteligencia estadounidenses y ucranianos. La Casa Blanca adverte prácticamente diario que el Presidente de Rusia podría lanzar una invasión a gran escala de Ucrania en cualquier momento, puede ser cuando esté revisando este artículo.

El 15 de febrero, Vladimir Putin afirmó que estaba llevando algunas tropas de regreso a la base después de completar los simulacros y que estaba abierto a una ruta diplomática para salir del enfrentamiento, pero siempre ha resultado que son puras largas que da el mandatario ruso a Occidente, la verdad es que está jugando con su par estadounidense, Joe Biden, y su homólogo francés Emmanuel Macron.

Mientras, la OTAN aumentó la preparación de su fuerza de respuesta rápida, los países miembros pusieron tropas en estado de alerta y desplegaron batallones, aviones y barcos en la región. Estados Unidos ordenó el despliegue de tres mil soldados adicionales en Polonia, lo que elevó el número total de refuerzos enviados a Europa en las últimas semanas a unos cinco mil, aunque Estados Unidos dice que no tiene intención de enviar tropas a Ucrania, que no es miembro de la OTAN.

Biden y los líderes europeos no se cansan de advertir que Rusia sufriría graves consecuencias, incluidas sanciones, si Putin sigue adelante con una invasión. Pero eso no ha impedido que Moscú continúe reforzando sus posiciones militares, la verdad Biden y los socios de la OTAN se han visto rebasados, diría novatos ante un viejo lobo de mar.

Seguramente si siguiera en el cargo la canciller alemana, Ángela Merkel, ya hubiera utilizado sus herramientas efectivas de negociación par disuadir a Putin, porque Macron no ha sabido o no ha podido frenarlo. Probablemente, si se hubiera reelegido Donald Trump difícilmente Estados Unidos estaría encabezando esta crisis del lado de Occidente.

Por el contrario, quizá no velada, pero si de forma indirecta estaría apoyando las aspiraciones expansionistas de Vladimir Putin, quien tiene como su máximo sueño volver a conformar una nueva Unión de Repúblicas Soviéticas, pero el sueño es un gran reto y difícil de cumplir.

Lo cierto es que a fines de 2021 y principios de 2022, las imágenes satelitales revelaron nuevos despliegues rusos de tropas, tanques, artillería y otros equipos en múltiples lugares, incluido el este de Ucrania, Crimea y Belarús, donde sus fuerzas participaban en ejercicios conjuntos con el aliado internacional más cercano de Moscú.

A pesar de recibir financiamiento, entrenamiento y equipo militar de Estados Unidos y otros países miembros de la OTAN, los expertos creen que Ucrania sería superada significativamente por Rusia,que se ha modernizado bajo el liderazgo de Putin.

Si estallara una guerra entre los dos países, decenas de miles de civiles podrían morir y hasta 5 millones se convertirían en refugiados, según algunas estimaciones, en 2014, unas 14 mil personas murieron en los enfrentamientos, que por supuesto Rusia ganó.

Ucrania fue una piedra angular de la Unión Soviética hasta que votó abrumadoramente por la independencia en 1991, un hito que resultó ser una sentencia de muerte para la superpotencia en decadencia.

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Después del colapso de la Unión Soviética, la OTAN empujó hacia el este, incorporando a la mayoría de las naciones de Europa del Este que habían estado en la órbita comunista.

En 2004, la OTAN agregó las antiguas repúblicas bálticas soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania. Cuatro años más tarde, declaró su intención de ofrecer la membresía a Ucrania algún día en un futuro lejano, cruzando una línea roja para la seguridad de Rusia.

Putin ha enfatizado su opinión de que Ucrania es parte de Rusia, cultural, lingüística y políticamente. Si bien parte de la población mayoritariamente de habla ruso. En un artículo escrito en julio de 2021, el jefe del Kremlin subrayó su historia compartida y describió a rusos y ucranianos como “un solo pueblo”.

Los ucranianos, que en las últimas tres décadas han tratado de alinearse más estrechamente con las instituciones occidentales, como la Unión Europea y la OTAN, se han opuesto a esa noción.

Aún así, las intenciones del Kremlin en el país siguen siendo en gran parte un misterio. Sin embargo, lo que Putin ha dejado en claro es que ve la expansión de la OTAN hacia el este como una amenaza existencial para Rusia.

En diciembre de 2021, Putin presentó a EU y la OTAN una lista de demandas de seguridad. La principal de ellas es una garantía de que Ucrania nunca ingresará a la OTAN y que la alianza hará retroceder su huella militar en Europa Central y Oriental, propuestas que Washington y sus aliados han dicho repetidamente que no son viables.

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Parece que nada puede detener en este momento los sueños de Putin, que dicho sea de paso no está sólo, para China resultaría muy beneficioso apoyarlo contra el rival de ambos, Estados Unidos, además Cuba, Venezuela, Argentina, Brasil y otros tantos países en la región han comenzado a expresar su apoyo al jefe del Kremlin, lo que significa que Washington no la tiene tan segura. O usted ¿qué cree?