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Negocios

La importancia de desconectarse de lo digital

Las empresas deben tomar conciencia del impacto de la hiperconectividad y medir si su productividad proviene de una mayor eficiencia o sólo de que las personas trabajan más horas

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Foto: Cortesía Frog

Estar conectados todo el tiempo se ha convertido en un estilo de vida cada vez más común, que con la llegada de la pandemia de Covid-19 se ha acentuado luego de que encontramos en el entorno digital un lugar para satisfacer nuestras necesidades sociales y laborales, como respuesta al aislamiento.

El trabajo remoto, el comercio electrónico y el entretenimiento on demand ahora son parte de nuestra vida cotidiana, y aunque las personas se benefician de la flexibilidad también se ha reportado una disminución del equilibrio entre la vida online y offline.

El bombardeo de comunicaciones constantes ha provocado que los empleados estén desvinculados y estresados. La Universidad de Oxford revela que muchos de los directivos carecen de los conocimientos y la tecnología necesarios para ayudar a los empleados a adaptarse a las nuevas formas de trabajo.

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En México, un gran número de mexicanos ha incrementado su carga de trabajo, y consideran que procurar el bienestar laboral está ligado a alcanzar mayores índices de productividad, lo que difumina la barrera de la desconexión.

El engagement es una métrica importante para las empresas, especialmente las de redes sociales. Se trata de medir cuánto tiempo está conectada una persona de tal manera que se pueda incrementar este tiempo mediante el diseño o el uso de algoritmos que ayuden a mantenernos consumiendo contenido de nuestro interés.

Así que no eres tú quien tiene una adicción a las redes sociales, es algo intencional y provocado, con la idea de poder tener un tiempo más prolongado para mostrarte anuncios. Es la atención de las personas la que está siendo vendida a las empresas. Asimismo, cada vez que subimos o consumimos contenido nuestro cerebro espera la reacción de aquellas personas con las que estamos conectados. Esos pequeños impactos de aprobación y dopamina hacen que nuestro cerebro siempre quiera más.

Todo esto hace urgente la necesidad de tomar un respiro. Sabemos que no podemos dar marcha atrás a la evolución digital, pero debemos encontrar un equilibrio para darle al bienestar emocional el lugar prioritario que debe tener. Cada vez es más frecuente la conversación sobre la salud mental y cómo se relaciona con nuestra actividad en entornos digitales. Esto representa una oportunidad para que las marcas puedan fomentar el balance de conexión y desconexión y fomentar que sus clientes puedan prestar atención a este aspecto.

Las empresas deben actuar a través de sus áreas de diseño para evitar los impactos negativos de la hiperconectividad. No se debería diseñar solo para vender, como director de diseño en frog —consultora líder en diseño e innovación estratégica—, considero que se deben diseñar productos y servicios teniendo en cuenta el peor escenario y actuando para evitarlo. Sería deseable que las empresas piensen en el bienestar físico y psicológico de sus clientes, lo cual sería una buena forma de generar incluso una mayor lealtad de estos.

El diseño y los diseñadores deben tomar conciencia de ello y ser conscientes y responsables del impacto negativo que su trabajo puede causar en los demás. Ese es el diseño responsable.

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Las empresas deben tomar conciencia de ese impacto y medir si los aumentos de productividad provienen de mayor eficiencia en el tiempo o simplemente de que las personas trabajan más tiempo, más horas y tardan más en desconectarse. De lo contrario, se arriesgan a una caída en masa de la productividad a medida que el tiempo pase y los trabajadores entren en una fase de burn out.

De igual forma, se debe cobrar conciencia individual sobre el fenómeno. Monitorear el tiempo que permaneces conectado es clave, así como identificar qué parte de tu vida está siendo afectada. ¿Te cuesta más concentrarte? ¿Pierdes la atención a tus hijos o a tu pareja? ¿Dificultad para dormir?

Algunos cambios efectivos son alejarse de los dispositivos antes de ir a dormir, apagar las notificaciones innecesarias y eliminar algunas apps, incluso aquellas de redes sociales que tanto exigen tu atención. También puedes hackear el sistema y hacer clic en contenido no habitual. Es una buena práctica interactuar con contenido que habitualmente no consultas y una forma de retar a los algoritmos.

Aitor González / El Sol de México

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