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Los parques son los grandes pulmones naturales de la Ciudad de México

No sólo son benéficos para la salud, sino que también ayudan a evitar desastres como las inundaciones

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Foto: Cuartoscuro

La existencia de áreas verdes en las zonas urbanas es vital, pues actúan como pulmones naturales de las grandes urbes, al neutralizar las grandes cantidades de dióxido de carbono que éstas producen.

Sin embargo, la constante expansión de las manchas urbanas continuamente amenaza a las áreas verdes, que por lo general son relegadas hacia las periferias.

Los espacios llenos de vegetación no sólo son importantes porque absorben parte de la contaminación, contribuyendo así a la mejora de la calidad del aire y por lo tanto de las personas.

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“Estos espacios nos traen muchos beneficios, tanto sociales como ambientales. Uno de ellos es que se evitan las inundaciones, alentando el proceso de recarga de los mantos acuíferos y freáticos”, asegura la directora de la empresa BioHabitare, Circe Guadalupe González Contreras.

Por otro lado, la presencia de suficientes áreas verdes también trae consigo fauna, como abejas, que son grandes polinizadoras, así como escarabajos, murciélagos, arañas y numerosas aves, que cumplen una función en la cadena alimenticia de la cual todos formamos parte.

En el aspecto social, la especialista, quien además es docente de en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Universidad La Salle, apunta que los parques bien diseñados también fungen como puntos de conexión entre los ciudadanos:

“En ellos, las personas que comparten gustos pueden reunirse para realizar actividades recreativas, forman diversos grupos y crean clubes ya sean deportivos, artísticos o de cualquier índole”.

Se ha demostrado que al estar en contacto con áreas verdes los seres humanos reducen las hormonas del estrés y aumentan las de la felicidad como la endorfina, la citocina y la serotonina.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) estos lazos ayudan a afrontar las tensiones de la vida al tener un soporte emocional, con lo cual la gente trabaja de manera más productiva y fructífera.

“De igual manera, se ha demostrado que los pacientes que están internados por algún padecimiento y que tienen a la vista un paisaje o un área verde, se recuperan mejor y más rápido que aquellos que carecen de ella”, añade Circe Guadalupe.

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Esto lo refuerza una investigación de los parques urbanos realizada por Lyda Maritza Rivera Martínez, docente de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en Colombia, quien menciona que los espacios y actividades lúdicas en estos espacios son una necesidad psicológica.

“Su ausencia contribuye a incrementar los niveles de intolerancia, una situación que agrava, a su vez, los índices de violencia registrados en las ciudades”, asegura su estudio.

Esta afirmación, que es respaldada por la ONU en su programa ONU HÁBITAT, contempla que estos espacios públicos son lugares en los que la gente puede realizar actividades que las alejan de las prácticas o pensamientos delictivos.

Y por si fuera poco, cerrando la cadena de beneficios, los parques también ayudan a impulsar la economía, ya que, de acuerdo con la ONU, cuando un parque es remodelado, los negocios aledaños tienen un incremento en sus ventas de entre 5 y 20 por ciento.

Al tener una gran concurrencia estos también se convierten en un motor para la economía, beneficiando a los comerciantes que se encuentren dentro y en los alrededores de ellos; ya sean cafeterías, restaurantes, heladerías o vendedores de todo tipo de productos.

Además de la creación de estos espacios, es igualmente importante su mantenimiento, ya que muchos de ellos corren el riesgo de ser abandonados a corto o mediano plazo, con lo que se pueden deteriorar y en algunos casos convertir en tiraderos de basura.

Parque Bicentenario. Este espacio, habilitado donde alguna vez estuvo la Refinería 18 de Marzo, entre las alcaldías Azcapotzalco y Miguel Hidalgo, tiene como principal objetivo la interacción con los ecosistemas y recursos naturales. Cuenta con 55 hectáreas divididas en 5 áreas denominadas: Natura, Agua, Viento, Tierra y Sol.

Siete ecosistemas interactúan entre sí dentro de esta área natural, como el bosque tropical perennifolio, el desierto, un matorral xerófilo y bosque de encinos, entre otros.

A lo largo del año se ofrecen aquí exposiciones temporales, conciertos, pláticas y clases grupales para todas las edades, pero uno de sus usos principales es que sirve como espacio para que todos los días miles de personas practiquen todo tipo de deportes.

Bosque de Chapultepec. Uno de los lugares más tradicionales de la ciudad, ubicado en la delegación Miguel Hidalgo. Sus 678 hectáreas lo convierten en el parque más grande de esta urbe, ofreciendo diferentes sitios de interés.

En su primera sección se encuentran el Museo del Caracol, el Museo Nacional de Antropología y el Zoológico de Chapultepec, donde se preservan algunas especies endémicas de México.

La segunda alberga más áreas al aire libre, entre las que se encuentran el Lago Mayor y el Lago Menor, el Paseo de los Compositores y el pequeño parque La Tapatía, además del Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental y el Museo Jardín del Agua.

En la actualidad la tercera sección está contemplada para proyectos de restauración con el fin de rescatar zonas olvidadas y convertirlas en lugares atractivos para los visitantes.

Pro Bosque de Chapultepec es un organismo mixto que, de manera voluntaria, se encarga de la captación de recursos para la remodelación y preservación del Bosque. Su objetivo es ofrecer a las familias que lo visitan un espacio de competencia mundial que puedan disfrutar.

Parque La Mexicana. Ubicado en la zona de Santa Fe, al poniente de la ciudad, esta opción trajo consigo un nuevo concepto de los lugares de recreación. Fue inaugurado en noviembre de 2017 y ofrece espacios como una pista para caminata, área para patines y bicicletas, dos jardines caninos, terraza gourmet y skatepark.

Cuenta con 100 mil metros cuadrados de área ecológica, de los cuales 62 mil son de césped y con dos lagos artificiales y humedales. Para su diseño se tomaron en cuenta medidas responsables con el medio ambiente, como el uso de agua pluvial para su riego, así como para los servicios de WC y limpieza. El agua pluvial se concentra a través de una biozanja que se encuentra a lo largo del parque y se almacena en una cisterna de 24 mil metros cúbicos.

Sus lagos fungen como receptores de partículas contaminantes que se encuentren en el aire, reduciendo así los niveles de CO2 del parque.

En cuanto a la flora, tiene dos mil 500 especies de árboles endémicas de Santa Fe, minimizando así su mantenimiento.

Finalmente, la fauna también se ha visto beneficiada con este parque, ya que algunas especies de aves migratorias han sido observadas descansando en los lagos y árboles de La Mexicana y por las noches es muy común ver patos reposando en el lago principal.

Parque Nacional Los Dinamos. También al poniente, esta área natural protegida de 2 mil 429 hectáreas de bosque ofrece una red de senderos ecoturísticos en donde se pueden realizar actividades como tirolesa, rappel y pesca.

Se trata de una franja de agua ecoturística con bosques, cascadas y saltos de agua del río Magdalena, que es el último río de la ciudad.

Recibe el nombre de Los Dinamos porque ahí se localizan instalaciones de antiguas fábricas que generaban energía eléctrica a partir del agua.

Parque de los Venados. Otro de los espacios más concurridos en la capital, con una superficie de 94 mil metros cuadrados, que está constituido por 18 prados divididos en andadores.

En la sección norte se encuentran dos fuentes y el teatro al aire libre “Hermanos Soler”, que a su vez colinda con las canchas deportivas. Al sur se localizan los juegos infantiles y al centro los juegos mecánicos como zona de recreación.

Parque La Cantera. Un espacio recién inaugurado que se localiza en la alcaldía Coyoacán. Forma parte del programa Sembrando Parques, el cual contempla la reestructuración de 16 áreas verdes de la Ciudad de México.

Habitantes de colonias aledañas como Pedregal, Santa Úrsula y Santo Domingo pidieron que esta zona se acondicionara como un parque, con el objetivo de disfrutar de los beneficios que trae un área natural cerca del hogar.

Tuvo una inversión de 64.3 millones de pesos destinados a la revegetación, jardines, espejos de agua, un foro al aire libre, terrazas y zonas para mascotas.

Bosque de Tlalpan. Es un área natural protegida desde 1997. Considerado como bosque por su importancia biológica, esta zona garantiza la protección y conservación de servicios ambientales como la captura de carbono, la infiltración de agua, el control de la erosión y la conservación de las especies de flora y fauna nativas de la reserva ecológica de San Ángel.

En su interior se encuentran alrededor de 206 especies de flora y 134 de fauna. Para su conservación, la Fundación Lince ha llevado a cabo diversas actividades de educación ambiental, tales como el Curso de Verano Animal Kids, las Fiestas Infantiles de Animal Kids Adventure y las Visitas Escolares de Educación Ambiental.

Entre otros programas que contempla, está el “País de las Maravillas”, respaldado por la Conabio y un programa de Educación Ambiental que fue evaluado por la Conanp dentro del marco de la Semana Nacional Por la Conservación, llevado cada año por dicha institución.

José Carlos Román | El Sol de México

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