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La Opinión

Las guerrillas vuelven por sus fueros a América Latina

Por más de 50 años la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) sostuvieron con los gobiernos colombianos una lucha armada

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Otro de los males que siguen aquejando a América Latina son las guerrillas, varias de ellas están tomando un segundo aire o al menos eso parece en Perú, que disputará el próximo domingo su segunda vuelta presidencial, y en Colombia, que está inmersa en una ola de protestas para exigir mejoras económica y cambios sociales.

Prácticamente las guerrillas en América Latina nacieron bajo el cobijo de los movimientos socialistas o comunistas impulsados en buena medida por la antigua Unión Soviética Socialista y por China, dos países que tuvieron que modificar sus sistemas económicos cerrados para no claudicar como gobierno.

Por más de 50 años la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) sostuvieron con los gobiernos colombianos una lucha armada, que dejó al menos unos 220 mil fallecidos, pero si se suma todas las consecuencias que provocó esa guerra estamos hablando de un promedio de seis millones de víctimas.

Después, en 2016 entró en vigor el acuerdo de paz en Colombia que frenó la guerra entre el gobierno y la guerrilla de las FARC (hoy convertido en partido), pese a todos los esfuerzos en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez y por el contrario, a todos los auspicios a favor de la paz de su predecesor Juan Manuel Santos, que incluso le valió el Nobel de la Paz.

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Cuando Álvaro Uribe fue presidente desmovilizó en 2006 a las Autodefensas Unidas de Colombia (UAC), un grupo paramilitar de derecha que nació para combatir a las FARC, financiado en buena medida por los hacendados del país sudamericano, sector al que pertenecía el papá de Uribe.

La otra ala guerrillera colombiana es el ELN, con el que mantiene un acercamiento para iniciar una posibles conversaciones de paz, pero el principal impedimento es la condición de liberar a todos los secuestrados de este grupo considerado terrorista, y eso puede llevar mucho más tiempo.

Ahora con las nuevas protestas en Colombia, la fracción disidente de las FARC que regresó a la selva y al trasiego de drogas, según informes de la inteligencia colombiana, ahora vio un resquicio en las protestas contra el gobierno de Iván Duque y cada vez hay más indicios señalan de que están detrás de los actos violentos, ya sea en las calles o en las redes sociales.

De la misma manera que la guerrilla del ELN, según los servicios de inteligencia colombianos financia a los grupos subversivos como los Escudos Negros, que es una banda de tráfico de estupefacientes en Cali, con la intención de poder operar de manera normal, mientras los disturbios sociales acaparan la atención y las fuerzas de las autoridades.

Y todo parece que lo están logrando, porque el gobierno de derecha ha respondido a la violencia con más violencia y eso sólo le sirve a los intereses de los grupos guerrilleros que financian su supervivencia con el trasiego de drogas, secuestros y extorsiones en todos sus niveles.

Esto sin contar el posible apoyo logístico y de libertad de operación de Venezuela, sólo baste señalar como el mes pasado se dio a conocer la muerte de Jesús Santrich, líder de las disidencias de las FARC, en territorio venezolano, a manos de un comando del Ejército colombiano.

El fenómeno que ha funcionado en Colombia ahora llega a Perú, que el próximo domingo saldrá a votar en segunda vuelta para elegir nuevo presidente, un cargo que se ha estado tambaleando durante los últimos meses en el país sudamericano. Tres presidentes diferentes asumieron ese cargo en una semana.

Cuando terminó la primera vuelta presidencial, sorprendió a propios y extraños el triunfo del líder izquierdista Pedro Castillo, en segundo lugar quedó Keiko Fujimori –hija del dictador Alberto Fujimori–, el asunto es que como fueron pasando los días la derechista fue ganando fuerza y ahora se habla de una lucha parejera entre ambos.

Acá es donde entra en escena los resquicios de Sendero Luminoso, a quien se le atribuye la matanza de 16 personas en un valle cocalero de Perú estiman analista, pero el mensaje más bien parece estar dirigido a Keiko, los guerrilleros tienen cuentas pendientes con los Fujimori, fue durante su dictadura que su líder Abimael Guzmán fue capturado.

Hoy Guzmán está preso y condenado a cadena perpetua, pero los resquicios de la guerrilla, considerada por occidente como terrorista, entraron de lleno en la contienda electoral y seguramente no frenará hasta que vean cumplidos sus objetivos políticos.

No es la primera guerrilla que le da un golpe bajo a los Fujimori, la toma de la residencia del embajador japonés en Lima fue un secuestro masivo que comenzó el 17 de diciembre de 1996 en San Isidro, Lima, Perú, cuando 14 miembros de la organización terrorista peruana Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).

Tomaron como rehenes a cientos de diplomáticos, oficiales del gobierno, militares de alto rango y empresarios que asistían a una celebración con ocasión del 63 aniversario del nacimiento del emperador de Japón Akihito.

Gran parte de los 800 rehenes fueron liberados casi de inmediato; todas las mujeres, sin excepción, fueron puestas en libertad la misma noche del 17 de diciembre, incluyendo la madre del presidente Alberto Fujimori que se encontraba en el evento, hecho que los terroristas desconocieron hasta que fue tarde.

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Tras ser retenidos como rehenes por 126 días, 71 de los 72 rehenes que quedaban fueron liberados el 22 de abril de 1997 en una incursión armada de las Fuerzas Armadas peruanas conformada por el Comando Chavín de Huántar; operativo que dejó como resultado la muerte de un rehén, dos comandos y los 14 militantes del MRTA que participaron de la toma.

Hoy 25 años después, Sendero Luminoso le planta cara a otro Fujimori, con la intención de  disuadirla de sus intenciones presidenciales. Lo cierto es que las guerrillas siguen vivas y Colombia y Perú, sólo pueden ser el inicio de un nuevo despertar debido a las crisis económicas, sociales y políticas que enfrenta toda la región. O usted ¿Qué cree?

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