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El Extranjero

Las “fiestas de la muerte” en Brasil

Las fiestas masivas clandestinas e Brasil se convirtieron en una tendencia que cada vez toma más fuerza

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La policía realiza redadas. / Foto: Cortesía

Pese a que Brasil está en medio de una ola de contagios de Covid-19, que lo tiene como el país más afectado en la región, las fiestas masivas clandestinas se convirtieron en una tendencia que cada vez toma más fuerza, sin importar que el país reporta diariamente un promedio de 2 mil 400 fallecidos diarios.

Tropas de choque con fusiles en mano entran por la fuerza en un local cerrado a piedra y lodo en São Paulo, dentro, se celebra una fiesta clandestina mientras Brasil vive la peor crisis sanitaria de su historia, debido a la pandemia del coronavirus.

El gobernador de São Paulo, Joao Doria, las califica de “fiestas de la muerte” por ser potenciales focos de nuevos brotes de Covid-19. Desde el pasado 26 de febrero, han desactivado 716 fiestas clandestinas en Sao Paulo, según datos oficiales.

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La policía de São Paulo ha tenido que dispersar fiestas clandestinas, en algunas con hasta 600 personas, desde que el gobierno regional impuso nuevas medidas restrictivas para intentar frenar la propagación de la pandemia, entre ellas un toque de queda nocturno, el cierre de bares y restaurantes y la prohibición de eventos y fiestas que generen aglomeraciones.

Su proliferación obligó a su administración a crear un grupo específico de trabajo, en el que también colaboran otros organismos públicos. El objetivo: evitar aglomeraciones nocturnas.

Pero, las fiestas clandestinas son cada vez más recurrentes en el gigante sudamericano, hace unas semanas, el futbolista Gabriel Barbosa Gabigol, jugador del Flamengo, fue detenido en una fiesta con cerca de 200 personas en un casino clandestino en Sao Paulo pese al toque de queda vigente en la mayor ciudad de Brasil.

El grupo Garra, el cuerpo de élite de la Policía Civil de Sao Paulo que combate robos y asaltos, es el encargado de realizar los operativos en contra de estas fiestas clandestinas, en momentos en que Brasil reporta unos 12.5 millones de contagios y 315 mil muertos. El promedio actual es de 2 mil 400 fallecidos diarios.

La aplicación de estos operativos es similar a las espectaculares razias contra el crimen organizado, pero es una de las intervenciones que se realizan desde hace un mes para poner fin a las noches de farra de decenas, y a veces hasta cientos, de jóvenes aglomerados, ajenos y desdeñosos del drama sanitario.

Pese a estar prohibidas, debido a las medidas sanitarias vigentes, estas fiestas se siguen convocando semana tras semana, generalmente a través de redes sociales.

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“He recibido por semana más de dos mil denuncias”, señaló a EFE el diputado federal Alexandre Frota, exactor porno, antiguo aliado del presidente Jair Bolsonaro, y ahora uno de los críticos del mandatario por su negacionismo ante la pandemia.

“Brasil está perdiendo tres mil personas al día. No es posible que veamos como algo normal que las personas salgan, beban, fumen y se diviertan mientras otras mueren”, indicó.

Una de las presuntas organizadoras, que prefirió no ser identificada, defendió estos eventos incluso en pandemia porque cada persona “es responsable” de sí misma. Aseguró que lleva seis meses “trabajando” con fiestas ilegales porque “de alguna forma hay que pagar el alquiler y las cuentas”.

Al término de los operativos contra estas reuniones masivas, los organizadores de la fiesta son conducidos a comisaría para declarar. A los clientes se les fotografía la credencial de identidad y pueden marcharse a casa.

El local se clausura y se aprehenden los equipamientos de sonido. En alguna intervención también hubo casos de tráfico de drogas, alcohol adulterado y hasta prostitución infantil.

La Fundación de Protección y Defensa del Consumidor de Sao Paulo (Fundación Procon-SP) indicó que había multado a unos 100 establecimientos por violar las restricciones. Carlos César Marera, director de cumplimiento de Procon-SP, dijo que las fiestas clandestinas de la ciudad se organizan a través de internet.

Mientras tanto, la Prefectura de Río de Janeiro informó que los agentes encontraron aglomeraciones en dos direcciones de las zonas norte y oeste de la ciudad. Espaço Verde Vila, en la isla de Guaratiba; y Espaço “7.8. Bailar“(donde se llevó a cabo la fiesta” Segunda Certa), en Abolição, fueron prohibidos y multados. También se confiscaron sus equipos de sonido.

En la fiesta “Guaratiba” también se aprehendieron 840 unidades de bebidas (cervezas y bebidas energéticas). Los agentes municipales contaron con el apoyo del 27 Batallón de Policía Militar (Santa Cruz) para dispersar al público.

El grupo de trabajo también llegó hasta Kastellão, en Engenho de Dentro, zona norte, donde estaba programada la fiesta “Spotlight”. Al momento de la inspección, no había público y se advirtió al establecimiento que no realizara el evento, bajo pena de sufrir las correspondientes sanciones.

Pese a la vigencia de las restricciones impuestas por la cuarentena y al riesgo latente de contraer Covid-19, continúan las fiestas clandestinas, parece que la gente no está dispuesta más a seguir en cuarentena, porque esta tendencia de las fiestas clandestinas ya se registra también en Europa y Estados Unidos.

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