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Diseñadora veracruzana usa cempasúchil, helechos y bugambilias para pintar vestidos

La pandemia del coronavirus le dio la oportunidad a la diseñadora Liz Ledezma de utilizar las flores en sus vestidos y ser amigable con el medio ambiente

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Ha diseñado y confeccionado vestidos, faldas y blusas.

XALAPA, Veracruz. Con la llegada de la pandemia por el coronavirus (Covid-19), la diseñadora de modas Liz Ledezma afirma que también llegaron las cancelaciones de fiestas y la desaparición de un ingreso más o menos estable para ella y su familia, por ello apostó utilizar las flores en sus vestidos.

Sin embargo, también le dio oportunidad de reinventarse y hacer realidad un sueño: lanzar una colección de ropa con menos inversión y amigable con el medio ambiente. Ella ahora tiñe sus vestidos con cempasúchil, helechos, bugambilias y otras flores más.

La orizabeña rememoró lo que llama los buenos tiempos, cuando recién egresada de la Escuela de Diseño de Modas no paraba de experimentar y explorar.

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Liz cuenta con 47 años de edad, en medio de un panorama poco alentador, afirma que ha vuelto a sentir el entusiasmo y la alegría de aventurarse en nuevos caminos, aquellos que había postergado. Retomar el rumbo responde a una necesidad. Y es que en la contingencia sanitaria Liz ha tenido altibajos.

 “Inicialmente todo se cayó, menos mis deudas; esas iban para arriba. Vivo con mi mamá y mi hijo, que estudia la universidad”, comparte.

Fue muy difícil pero empecé a elaborar cubrebocas normales y luego a bordarlos a mano. A los clientes les gustaron mucho y hasta nos vimos saturados.

“Los tres participábamos y nos pusimos al corriente en pagos; después la gente empezó a comprar los cubrebocas chinos y, además, mi mamá se enfermó”, detalló.

Ecotextil

“No podía salir”, declaró Liz, para enseguida contar que solo tenía un rollo de algodón, las ollas de su mamá, el fogón, y la bugambilia y los helechos que alcanzaba a ver por la ventana. Ese fue el inicio de una nueva etapa con los vestidos.

Con un trabajo artesanal de teñido de algodón que le lleva varios días, ha diseñado y confeccionado vestidos, faldas, blusas, “palazzos” y pantalones. El teñido lo logra con cualquier cantidad de flores y hojas, y los residuos se van a la composta.

En momentos de gran satisfacción, Liz ha alcanzado concretar una moda sostenible con materiales orgánicos. La segunda etapa, adelanta, será el teñido con vegetales, como acelgas, zanahorias, betabeles y otros después de que utilizó las flores.

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Manifiesta sentirse agradecida con la naturaleza y también con sus amigos, gente de la sierra que la apoya y con la cual ha hecho un trabajo colaborativo. A Liz aún le falta cumplir otro sueño, hacer un desfile de modas de su colección Ecotextil en el Teatro Ignacio de la Llave, donde hace muchos años se graduó como diseñadora.

Como mujer de fe, espera que alguien la ayude a alcanzar esta meta. Hoy más que nunca está convencida de que todo es posible. También hace un llamado a todos aquellos interesados en conocer su trabajo, adquirir una prenda o hacer un pedido especial, la contacten a través de Facebook El ropero de Frida Kah y que asistan a su taller.

Maribel Sánchez |Organización Editorial Mexicana

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