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Política

El discurso de Barack Obama debe hacer eco en México

Barack Obama, ex presidente de Estados Unidos, define a la democracia como un proceso electoral y una forma de vida en tolerancia

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El presidente de Estados Unidos ha sido intolerante con México.

El jueves 30 de julio de 2020, el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama pronunció un poderoso discurso para elogiar a John Lewis, activista y político afroamericano que junto con Martin Luther King y Malcom X, es considerado padre fundador de la lucha por los derechos civiles de la comunidad de raza negra.

Se trata de uno de los discursos más impactantes de Obama, quizá comparable a los de Winston Churchill por su valor, fuerza y contenido.

La profundidad de su mensaje va más allá de la crítica abierta a la administración de su sucesor Donald Trump o de la apología de los derechos civiles, incluso del mensaje de igualdad entre las personas.

El núcleo del discurso fue definir a la democracia como un proceso electoral o sistema político, así como a una forma de vida de los ciudadanos a través de actos cotidianos de tolerancia, inclusión y protesta para transformar a la sociedad y hacer mejores leyes.

La democracia se vive con el voto, que se convierte en una forma de participar y hacer valer la voz del ciudadano.

Al reflexionar sobre esa idea, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump es un antidemocrático y también pongo en la misma línea a Andrés Manuel López Obrador.

Donald Trump y AMLO tienen muchas similitudes que los acercan en vez de distanciarlos, pese a que uno es de derecha y el otro de izquierda.

Ambos han dividido (en redes sociales) con sus discursos a los países que gobiernan, sembrando odio y diferencias entre la población, en un claro mensaje de desunión.

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También han sido pésimos dirigentes, al igual de otros mandatarios de Europa, en el manejo y control de la pandemia por Covid-19, permitiendo que Estados Unidos se convierta en el primer lugar mundial y México en el tercero, por número de fallecimientos a causa del virus.

Tampoco usan cubrebocas en los eventos públicos y minimizan los trágicos efectos de esta enfermedad.

Los sistemas políticos e instituciones electorales, que validaron sus triunfos presidenciales, ahora son atacados por los dos presidentes. Aunque por propósitos diferentes.

Donald Trump está tratando de aplazar las elecciones de noviembre de este año y en caso de no lograrlo, quiere deslegitimar el voto por correo y al propio Sistema Postal.

El mandatario de Estados Unidos dice que la elección de noviembre de 2020 y el voto por correo pone en riesgo de contagio de Covid-19 a la población y en consecuencia van a invalidarse muchos votos realizados por esa vía. Trump sabe que las encuestas y estadísticas actuales de tendencia de voto no le favorecen en este momento, algo que tampoco le favorecía cuando se enfrentó a Hillary Clinton.

Andrés Manuel López Obrador ha tratado de deslegitimizar al Instituto Nacional Electoral a través de ataques directos y disminución presupuestaria en medio de un boquete fiscal.

El presidente de México ha dicho vigilará las elecciones de 2021, tratando de anticipar cualquier derrota electoral de los casi 3 mil 200 cargos de elección popular que estarán en disputa, entre diputados federales, gobernadores, Congresos Estatales y Ayuntamientos, y con ello inclinar la balanza a favor de su partido y aliados políticos cuando los resultados no le favorezcan.

Otra similitud entre ambos mandatarios es su capacidad de mentir y contradecirse, con tal de salvar su imagen política y conservar el poder. El epítome de ello fue su reciente reunión el mes pasado con motivo de la celebración del inicio de la vigencia del nuevo Tratado de Libre Comercio, en la que no pararon en elogios mutuos.

Donald Trump ha sido racista con los mexicanos y López Obrador cuando era candidato a la presidencia escribió un libro en el que describe la política del millonario estadounidense como agresiva, neofascista y llena de odio contra los inmigrantes mexicanos.

La política comercial nacionalista y proteccionista de Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump es otro punto en común, porque apuestan a fortalecer la economía con empresas nacionales.

La diferencia es que Trump no pretende acabar con la iniciativa privada de su país y AMLO quiere fortalecer el control Estatal.

Los dos se sienten auténticos representantes del pueblo y transformadores de sus países, uno queriendo regresar la grandeza de América y el otro dibujándose en la historia de México como fundador de una cuarta transformación.

Los aires dictatoriales, mesiánicos y el control castrense de su Gabinete, son evidencia de otra simetría política.

La ignorancia en muchos temas los exhibe como habladores. Trump quería curar el Covid-19 inyectándose desinfectantes y AMLO usando amuletos y detentes para combatirlo.

Hay una prensa buena y una prensa mala a la que atacan cuando pueden, lo que vulnera la prensa libre.

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Los dos quieren estar por encima de la Ley, ya sea denostando o amenazando en el caso de Trump o armando consultas populares para desmantelar un aeropuerto o planta cervecera en el caso de Andrés Manuel.

Es por ello que el discurso de Obama también refleja la decadencia de la política mexicana, pero comparte el mismo mensaje esperanzador: el poder de los ciudadanos de vivir la democracia y no limitarla a un proceso electoral, para hacer un cambio profundo en la sociedad.

¿Quién puede representar esa fuerza opositora en México que lleve un mensaje tan claro y poderoso? Confío en que no sea una sola persona, sino toda la sociedad, porque el verdadero cambio debe nacer con cada uno de nosotros.

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