Médicos Sin Fronteras atienden a pacientes Covid-19 en zonas de Los Maras en El Salvador

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) se convirtió prácticamente en la única esperanza de atención médica para poblaciones en El Salvador, que sufren la pandemia de coronavirus (Covid-19) y otras enfermedades en áreas dominadas por pandillas criminales o maras.

La comunidad 1 de Diciembre, a 5 kilómetros al este de San Salvador, es una de esas zonas donde la única cobertura médica es la que brindan las brigadas de Médicos Sin Fronteras.

Este populoso barrio, de angostas calles de tierra y casas precarias construidas con láminas, exhibe en sus muros los grafitis de los pandilleros que controlan la zona, la facción Sureños de la pandilla Barrio 18, una de las principales del país.

En El Salvador, la actividad de estos grupos delincuenciales, encabezados por Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS-13), incluye sicariato, narcotráfico, extorsión y robos.

El gobierno del presidente Nayib Bukele tiene un frente abierto contra estos grupos y ha bajado los niveles de asesinatos, pero también ha recibido fuertes críticas de la oposición y de organismos internacionales que los acusan de abusos de los derechos humanos de esos delincuentes.

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Se estima que las pandillas cuentan en su conjunto con unos 70 mil miembros, de los cuales más de 17 mil están en prisión.  

Víctor Valle, presidente de la 1 de Diciembre, declaró a la agencia francesa AFP que el personal médico del Ministerio de Salud no llega a su comunidad, donde viven niños, ancianos y embarazadas que necesitan atención, porque “tienen temor” de entrar.

MSF dice que una de las causas en el aumento de las muertes es que el sistema de salud está ya al límite de su capacidad, pero esa no es la única causa y señala que con la pandemia el acceso a los servicios de atención primaria se limitaron y este contribuyó al deterioro de pacientes con enfermedades crónicas.

“Estamos ya en una fase crítica. Desde MSF estamos registrando un aumento en el número de fallecimientos en los hogares antes de que nuestro servicio de ambulancias pueda llegar”, la declaración la realizó la semana pasada Luis Romero, el coordinador de MSF en ese país.

El país centroamericano es uno de los Estados sin guerra más violentos del mundo, con un promedio anual de 35.6 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2019. La mayoría de esas muertes fueron consecuencia de la actividad pandillera.

“Estamos en una situación de emergencia en nuestra comunidad porque sí ha entrado el Covid-19“, lamentó Valle.

El equipo de MSF en la 1 de Diciembre brinda atención médica y ayuda a llevar ambulancias para evacuar a pacientes afectados por la pandemia.

En las comunidades de la periferia capitalina se encuentra el epicentro del brote de Covid-19 en el país, por lo que MSF advirtió en un comunicado a comienzos de julio que “se evidencia un rápido agravamiento de los efectos de la pandemia sobre la población y el sistema de salud”.

La asistencia de MSF comenzó a acudir a la comunidad porque las ambulancias del sistema público demoraban de 24 a 72 horas en atender una llamada, y en ese período “un paciente con problemas clínicos llega a morir”, declaró el médico Boris Erazo.

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Las alarmas de la institución se disparan porque este año, entre enero y junio, han muerto 37 personas en sus hogares antes de que llegara la asistencia de la ambulancia, lo que evidencia el deterioro de su salud.

Ángel Sermeño, médico gestor del servicio prehospitalario de MSF, asegura que esta no es una situación nueva, y que en 2019 para el mismo período ocurrió en 11 ocasiones, pero este año casi se han cuadruplicado los casos y solo en junio ocurrió 18 veces.

Rina Flores, paramédica de MSF, estimó que entre 70 por ciento y 80 por ciento de los casos que atienden son de pacientes catalogados como “sospechosos” de Covid-19. Con 6.6 millones de habitantes en un territorio de 20 mil 742 km2, El Salvador acumulaba hasta este lunes 17 mil 843 casos de coronavirus, con 477 fallecidos.