Un policía de la Ciudad de México quedó sorprendido por el suicidio del asaltante que enfrentó

Ricardo, un policía de la Ciudad de México, revive el momento en que un asaltante despojó a cuatro comensales su dinero en efectivo, teléfonos y pertenencias en un pequeño restaurante de la colonia Narvarte de la Ciudad de México.

En instantes fue cercado por los policías, pero al recostarse sobre el suelo, el ladrón recuperó su arma y sin dudarlo se disparó a la altura de la sien.

“Fue algo que en lo personal me sorprendió, cómo fue su actuar en el último momento, nosotros pensamos que ya había cedido y fue cuando tomó su arma y la accionó en contra de él”, recordó este mando de la Secretaría de Seguridad Ciudadana quien encabezó la persecución de este asaltante suicida del pasado 14 de julio.

Este agente con 14 años de servicio, detalló en entrevista con Cobertura 360 que después del suceso, se investigó si este hombre de más de 40 años tenía antecedentes penales recientes, que hubieran motivado su decisión por quitarse la vida.

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Hasta el momento en que se hizo la puesta a disposición del Ministerio Público del caso, el fallecido permaneció en calidad de desconocido ni tampoco se constató que tuviera un historial delictivo reciente.

Para conocer los resultados toxicológicos practicados al cuerpo del ladrón en la necropsia de ley,  se consultó al Poder Judicial de la Ciudad de México, donde se informó que por política de la institución no se pueden ofrecer reportes de personas que ingresan en calidad de desconocidas.

Ricardo comentó cómo ocurrieron los hechos: Al circular a bordo de su patrulla en la esquina de Viaducto Miguel Alemán y Vertiz varias personas le pidieron apoyo, porque acababan de ser asaltadas.

“Me señalan directamente a una persona, quien portaba en su mano derecha un arma de fuego, al verlo, le trato de dar alcance marcándole el alto, esa persona voltea y comienza efectuar disparos en contra de mi persona”, expuso el agente de la SSC.

En ese momento comenzó una persecución a pie tierra, que se prolongó por unos tres minutos.

Después de atravesar la joroba del Viaducto Tlalpan, Ricardo comenzó a repeler la agresión. Mientras por la frecuencia de radio solicitaba apoyo a Víctor, un policía que se encontraba en un “punto fijo” a unas cuantas cuadras.

A una corta distancia del asaltante, Ricardo pierde el equilibrio y cae de espaldas, trata de incorporarse y su arma de cargo se “encasquilla”. En ese momento se sintió en desventaja, pero a sus espaldas tenía el respaldo de Victor, un joven policía de 22 años, con dos de servicio en la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

“Empiezan a correr del otro lado de Viaducto y es cuando noto que mi jefe, se resbala y se cae y es cuando se escuchan detonaciones, desenfundo mi arma y hago unas detonaciones para que esa personas cesara la agresión”, recuerda Víctor, el otro agente de la policía.

“Se logra reincorporar mi jefe y le empezamos a indicar a la persona que se fuera hacia el piso, que soltara el arma, hace correcta la indicación, suelta el arma, hace el movimiento corporal que va hacia el piso y al momento antes de llegar el piso, retoma su arma y se da un disparo en la cabeza”, agrega.

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—¿Sin dudarlo de suicidio?—, se le inquiere.

—“Sí, sin dudarlo”, respondió el policía preventivo.Después de ese disparo seco, ambos policías se acercaron al asaltante para confirmar que estaba muerto.