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La Opinión

Los médicos y enfermeras son los más vulnerables y olvidados del Covid-19

Andrés Manuel López Obrador atacó en plena crisis del Covid-19 a los médicos, quienes durante “el periodo neoliberal solo buscaban enriquecerse”

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Los médicos y enfermeras son los más vulnerables y olvidados del Covid-19
Los médicos y enfermeras se han convertido en los más expuestos al Covid-19. Foto: Galo Cañas/Cuartoscuro.

“Solo el que carga el cajón, sabe lo que pesa el muerto”. Son muchas la personas que están desempeñando las labores y trabajos esenciales como médicos y enfermeras, que nos permiten permanecer en la comodidad de nuestras casas, sin exponernos, sin comprometer nuestra salud ni nuestra vida durante el coronavirus (Covid-19). Pero no les hemos dado el reconocimiento suficiente ni la remuneración adecuada para agradecer su valiosa cooperación.

Por el contrario, se les exige, obliga e incluso se les ha ofendido y agredido física y verbalmente a enfermeras, médicos, personal de limpieza, abastecedores de alimentos, policías, distribuidores de material médico, empleados de hospitales y un gran número de personas que vía Decreto Presidencial no pueden dejar de trabajar.

La libertad de trabajo es una garantía constitucional y expresamente el párrafo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) señala que “nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento, salvo el trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el cual se ajustará a lo dispuesto en las fracciones I y II del artículo 123.”

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Además, se deben cumplir medidas de seguridad e higiene en los lugares donde se desempeñan los trabajos, proporcionar instrumentos y materiales adecuados, brindar capacitación y adiestramiento y organizarlo de tal manera que resulte la mayor garantía para la salud y la vida de los trabajadores (Artículo 123 CPEUM).

Ante los eventos que se han presentado en México surge el siguiente planteamiento legal ¿Es válido que un patrón obligue a un trabajador a prestar sus servicios si no se cumplen las garantías mínimas señaladas? Claramente la respuesta es que no puede y el eventual despido sería injustificado, pero se abre el debate cuando es el Estado el que funge como empleador. 

Pensemos en un hospital público en el que no se proporcionan mascarillas ni material higiénico que proteja completamente a los doctores y enfermeros (en su género masculino y femenino) y, en consecuencia, queden altamente expuestos a contraer todo tipo de enfermedades.

Por un lado debe salvaguardarse el derecho a la salud y el acceso a la atención médica de los pacientes y por otro se desprotege a los cuidadores de nuestra salud. 

En este supuesto se contraponen dos garantías individuales y habrá que analizar caso por caso, pero de manera general en México se presentan dos constantes en el sector de salud pública: bajos salarios y deficiencia en su equipamiento.

El comparativo salarial de 18 profesiones en 8 países realizado por la Wage Indicator Foundation en 2015 calcula los salarios medios brutos por hora, los cuales toma en cuenta la Paridad de Poder Adquisitivo (PPP), es decir,  el costo de la vida es distinto en cada país.

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En México los limpiadores ganan 2.79 dólares por hora, cuando en Alemania obtienen una retribución de 12.03 dólares, en Estados Unidos les pagan 9.12 dólares, en Argentina dan 8.83 dólares por hora de trabajo, en España dan un salario de 7.89 dólares y en Chile ingresan 4.78 dólares por hora. Solo en Brasil y Colombia, el salario de los limpiadores está por debajo de México.

En el caso de las enfermeras sucede algo similar, pues en México ganan 3.57 dólares por hora, cuando en Estados Unidos ganan 24.33 dólares, en Alemania 18.24 dólares, en Argentina 15.76 dólares y de ahí para abajo. Esta proporción no ha mejorado.

Actualmente los hospitales están por colapsar por el aumento desmedido de pacientes con  coronavirus (Covid-19) o que presuntamente están contagiados, más los pacientes que de ordinario requieren otro tipo de atención y tratamientos. 

Tristemente está presentándose el contagio masivo de enfermeros y doctores en varios nosocomios así como una incomprensible agresión hacia ellos en el transporte público. Se encuentran en una situación de vulnerabilidad muy marcada.

A nivel internacional, la semana pasada el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que incrementará los salarios de aquellas personas que han trabajo en sectores vulnerables y esenciales durante la pandemia y que han sido los más expuestos, además de haber establecido el Subsidio de Emergencia del Sueldo para afrontar los dos millones de empleos perdidos en ese país tan solo en el mes de abril. 

El 31 de marzo de 2020 el gobierno de Eslovenia ofreció un incremento salarial de 200 por ciento a los médicos y enfermeras que han estado en la línea de batalla contra el  Covid-19.

En México, por el contrario, se ha olvidado del discurso gubernamental a estos trabajadores esenciales e incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que en el “periodo neoliberal los médicos solo buscaban enriquecerse”: eso es un ataque directo a este gremio y una falta de empatía y humanidad por quienes están literalmente cargando en sus hombros el peso de los féretros. 

AMLO no se ha pronunciado hasta el momento por brindar más seguridad al equipo médico ni en dar algún beneficio económico para compensar el trabajo que se les está exigiendo.

Incluso 8 de mayo de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se reforma y adiciona el artículo 4 de la CPEUM recalcando que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y garantizando la entrega de apoyos económicos para las personas que tengan discapacidad permanente, pensiones a personas mayores de 68 años y un sistema de becas para estudiantes, en todos los casos dando preferencia a los que se encuentren en condición de pobreza o sean indígenas y afromexicanos.

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Pero se ha olvidado del actual sector vulnerable que merece protección inmediata y que gracias a su labor se está sosteniendo el sector salud y la endeble economía mexicana. Se merecen no solo un reconocimiento público, sino una disculpa por esa denostación pública.

¿En qué puede resultar todo esto? Nuestros médicos y enfermeras son la primera línea de combate contra el Covid-19  y si nos los cuidamos y recompensamos debidamente podemos perderlos y con ello se mermaría nuestro escudo de protección de salud y erosionará toda nuestra economía.

Ya la semana pasada se ampararon 12 empleados del Hospital de Coatzacoalcos Valentín Gómez Farías, en Veracruz, para no laborar durante la pandemia, acusando falta de insumos y medidas insuficientes para evitar contagios, todo ello sin importar que los pacientes infectados por Covid-19 en esa región siguen en aumento.

Reconozcamos a la gente valiosa y con vocación de servicio que tenemos antes de perderlos y brindémosle la protección y seguridad que se merecen, porque de lo contrario tienen la libertad de no ejercer su profesión en condiciones que los pongan en peligro sin faltar con ello a su juramento Hipocrático.

Sirva el presente artículo para rendir homenaje a nuestros ángeles de la guardia, médicos, enfermeras y trabajadores del sector salud y en especial a mi madre quien con devoción brindó por 30 años sus servicios como enfermera del IMSS.

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