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La Opinión

Una gran coalición del Partido Demócrata para derrotar a Donald Trump

La senadora Demócrata Elizabeth Warren, el ex presidente Barack Obama, así como Hillary Clinton le dan todo su apoyo a Joe Biden para que saque del poder a Donald Trump

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Jacques Coste
Joe Biden es un miembro del establishment del Partido Demócrata

Las elecciones primarias del Partido Demócrata terminaron en la práctica. Bernie Sanders anunció su renuncia a la carrera presidencial y declaró su apoyo a Joe Biden para arrebatarle la Casa Blanca a Donald Trump.


Sanders no fue la única figura prominente del partido Demócrata que declaró su apoyo a Biden en los últimos días. También lo hicieron la senadora Elizabeth Warren y el expresidente Barack Obama.

El respaldo de Warren es importante por dos motivos. Primero, porque, ahora, todos los precandidatos del partido Demócrata apoyan la nominación de Joe Biden. Segundo, porque Sanders y Warren son los máximos exponentes del ala progresista del Partido. Por lo tanto, el apoyo de estos dos personajes simboliza el respaldo de todo el flanco izquierdo del Partido Demócrata a la candidatura de Biden.

Hillary Clinton ha mencionado en repetidas ocasiones que una de las razones de su derrota en 2016 fue el tardío y desganado apoyo de Sanders a su campaña.
Según la antigua secretaria de Estado, si Sanders la hubiera impulsado entre sus simpatizantes, más votantes se hubieran movilizado en su favor y sus posibilidades de vencer a Trump hubieran aumentado.


En esta ocasión, el respaldo de Sanders y Warren llega en el momento justo, pues uno de los principales problemas del Partido Demócrata es la dificultad para cohesionar a sus militantes y a sus dos polos: el tradicional y el progresista.


Joe Biden es un miembro del establishment del Partido Demócrata, goza de la simpatía de los votantes demócratas tradicionales y del electorado afroamericano, que lo ubica por ser vicepresidente durante la era Obama.


Sin embargo, ha tenido muchos problemas para conectar con los votantes jóvenes, ávidos de un proyecto político con ambiciosas propuestas sociales, como las de Warren y Sanders. Se espera que el apoyo de estos dos personajes sea decisivo para atraer a la juventud y a algunas minorías (como los inmigrantes y los latinos) hacia la campaña de Biden.


El apoyo de Obama es clave para lograr la cohesión interna del Partido Demócrata, para convencer a los votantes apartidistas de que voten por Biden y para reforzar la imagen del ex vicepresidente en las comunidades afroamericanas.

Obama es un rockstar de la política. Es el personaje político con más seguidores en Twitter en todo el mundo. Se trata de un orador impecable y simpático, que siempre sabe qué decir, cómo decirlo y a quién dirigir sus mensajes.

Es evidente que el antiguo presidente siempre miró con buenos ojos la candidatura a su “amigo Joe” (como él lo llama), pero decidió no hacer público su apoyo, pues prometió no intervenir en el proceso interno de selección del candidato demócrata. Con la renuncia de Sanders, ya no tiene motivo para guardar silencio y, ahora, va a promover la campaña de Biden con todos sus medios.

El apoyo de Obama será importantísimo para Biden. El ex vicepresidente cuenta con una trayectoria política destacada y tiene fama de ser un hombre mesurado, preparado y sensato, pero posee una personalidad poco imponente y no es un orador brillante.

Por eso, la aportación de Obama será vital, especialmente cuando el introvertido Biden se enfrenta a un candidato como Trump: un campeón de la calumnia, la bravuconería, las descalificaciones personales, la búsqueda de chivos expiatorios y el uso de Twitter.

En resumen, el apoyo de Sanders y Warren buscará atraer al electorado de izquierda y a los votantes jóvenes hacia la campaña de Biden, mientras que el respaldo de Obama servirá para reforzar la posición de Joe en las comunidades afroamericanas y en el electorado apartidista, así como para contrarrestar el impacto de las vociferaciones y los tuits de Trump.

Pero ahí no termina la ecuación. Para consolidar la coalición demócrata que busca evitar la reelección del actual mandatario estadounidense, el Partido debe elegir al compañero de fórmula ideal para Biden. Quien sea el candidato vicepresidencial debe llegar a los sectores electorales inaccesibles para Joe y debe dar un mensaje de unidad y cohesión partidista.

Lee: El ABC de las elecciones presidenciales de Estados Unidos

La prensa estadounidense maneja a cuatro opciones principales para este puesto: Michelle Obama, la esposa de Barack, quien cuenta con una gran trayectoria profesional y es considerada como una de las primeras damas más preparadas y carismáticas de la historia; Andrew Cuomo, el actual gobernador de Nueva York, que se ha ganado la simpatía de todo el país debido a su manejo de la crisis del Covid-19; Amy Klobuchar, que es senadora por Minessota y era una de las precandidatas presidenciales demócratas, pero renunció a sus aspiraciones y declinó a favor de Biden, y Kamala Harris, que es senadora por California.

Esta última parece estar tomando fuerza como la opción más viable por tres razones.

En primer lugar, Kamala Harris es muy popular en su estado, que es uno de los bastiones electorales del Partido Demócrata, pero Biden no es precisamente muy popular en él. La candidatura vicepresidencial de la senadora aseguraría el triunfo demócrata en California.

En segundo lugar, sería positivo que una mujer fuera la compañera de fórmula de Biden. Esto lo acercaría hacia el electorado femenino y contribuiría a romper su imagen de político tradicionalista de vieja guardia.

En tercer lugar, se asocia a Kamala Harris con el ala progresista del Partido, lo que contribuiría a la cohesión interna y reflejaría el compromiso de Biden de tomar algunas propuestas sociales de este grupo e incorporarlas a su agenda.

Se están forjando los cimientos de una gran coalición demócrata para vencer a Donald Trump. ¿Los demócratas lograrán terminarla de construir o el edificio se derrumbará antes de la elección de noviembre?

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